Estados Unidos
La maquinaria republicana se activa para liquidar a Trump
El ex candidato Romney lo tacha de «fraude» y Wall Street se une a 60 expertos del partido para pedir que no sea nominado
El ex candidato Romney lo tacha de «fraude» y Wall Street se une a 60 expertos del partido para pedir que no sea nominado.
Apenas 24 horas después del «supermartes», la maquinaria republicana despertó ante la amenaza de su candidato más votado, Donald Trump. Quizá sea demasiado tarde. Esperaban que cayese por su propio peso cuando anunció su candidatura en verano, pero desde entonces no ha hecho más que fortalecerse, primero en los debates, después en las encuestas y más tarde entre el electorado. Ayer en el partido ya no se molestaron en ocultarlo. Buscan como sea opciones para desbancar a Trump.
Mitt Romney, candidato del Partido Republicano en 2012, fue quien cargó más duramente contra él en un discurso en la Universidad de Utah. Como quería que su mensaje llegase alto y claro, filtró a los periodistas el contenido de su intervención antes de pronunciarla. «Es un falso. Es un fraude», indicó el ex gobernador de Massachusetts sobre el magnate. «Sus promesas valen menos que su licenciatura de la Universidad Trump. Juega con el público estadounidense», alertó Romney, al que Trump no dudó en contestar inmediatamente: «Fue un candidato fracasado, no debe dar consejos», indicó, en referencia a que Romney perdió frente a Barack Obama.
La ofensiva republicana de este primer día de guerra interna la completaron 60 expertos en seguridad nacional que publicaron una carta abierta en la que previenen de los peligros de que Trump se convierta en el nominado del GOP (el Viejo Gran Partido, por sus siglas en inglés). En la misiva, preparada por el ex funcionario del departamento de Estado Eliot Cohen y el ex consejero de Romney Bryan McGrath, se advierte sobre las ideas de Trump del «uso de la tortura», sus «retóricas llenas de odio y antimusulmanas» y su admiración por el presidente ruso, Vladimir Putin. También insisten en que las consignas del magnate no coinciden con el ideario republicano y pondrían en peligro a Estados Unidos y su influencia en el mundo.
Por otro lado, Wall Street también se unió al asalto contra el millonario. Para los grandes empresarios el dinero no será un problema, pero quieren liquidar el «efecto Trump» cuanto antes. Por eso convocaron una conferencia telefónica a varias bandas el mismo «supermartes» cuando se hizo evidente lo que el «establishment» llevaba negando meses: Trump se va a convertir en el nominado del Partido Republicano. En esa charla participaron el multimillonario del fondo de inversión Elliott Management, Paul Singer; la presidenta de Hewlett Packard, Meg Whitman; el copropietario de los Chicago Cubs, Todd Ricketts; Richard Uihlein, un magnate de Illinois; y el donante Jim Francis, de Texas, entre otros. Singer, que tiene una fortuna valorada en 2.000 millones de dólares, quiere que el grupo anti Trump «Our Principles» (Nuestros principios) inunde con anuncios los Estados donde se votará próximamente –Florida, Illinois, Missouri, Arizona, Wisconsin– y otras zonas del noreste y oeste del país. Si los ataques en los medios de comunicación no funcionan, empezarán a cargar contra el precandidato por no haber rechazado el apoyo del líder del Ku Klux Klan, David Duke, por su polémica Universidad Trump y las Hipotecas Trump. Nadie en Wall Street quiere que el magnate sea presidente. Sería devastador para la economía y los mercados, claman a bombo y platillo.
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