La oposición siria denuncia cientos de muertos en un ataque químico

«Reunión urgente», «investigación inmediata». Son las palabras que desde todos los países se transmitían ayer tras ver las horribles imágenes del supuesto ataque con armas químicas en las afueras de Damasco.

«Reunión urgente», «investigación inmediata». Son las palabras que desde todos los países se transmitían ayer tras ver las horribles imágenes del supuesto ataque con armas químicas en las afueras de Damasco. La cifra de muertos baila, según diversas organizaciones, desde los cien a los 1.300 y aunque la oposición acusa al régimen de Bachar al Asad, el Gobierno sirio lo ha negado en rotundo y con extrema rapidez. Y es que, además, el ataque, todavía sin verificar, se ha producido cuando por fin los expertos de la ONU en armamento químico se encontraban en la capital siria para estudiar denuncias anteriores. Aunque el jefe de la misión de Naciones Unidas, Ake Sellstrom, reconoció a la agencia sueca TT que había visto los vídeos: «Parece que es algo que debería ser observado», se limitó a decir Sellstrom.

Anoche, el Consejo de Seguridad de la ONU se reunió con urgencia en Nueva York, pero fue incapaz de ponerse de acuerdo para reclamr una investigación de los hechos. En cambio, el Consejo de limitó a expresar su «gran preocupación» por la situación en Siria y demandar «claridad» sobre el uso de armas químicas.

Previamente, el secretario general de la ONU, Ban Ki Moon, se mostró «conmocionado», y adelantó que la misión de expertos destinada en Siria ya está negociando con las autoridades incluir este suceso dentro de su agenda. Pero, según recoge Reuters, París y Londres «no entendían por qué no estaban yendo inmediatamente a las afueras de Damasco al lugar donde se produjo el ataque».

Desde Amnistía Internacional (AI) exigieron también a las autoridades sirias que la ONU tenga acceso completo a investigar la acusación del uso de armamento químico. Hassiba Hadj Sahraoui, vicedirector para Oriente Medio y el Norte de África de la organización, señaló que «AI no ha sido capaz de verificar independientemente las alegaciones, que ponen de manifiesto la necesidad urgente para el equipo de Naciones Unidas de tener completa autorización y acceso sin impedimentos para investigar estos y cualquier otro incidente de este tipo». Sahraoui pidió a las autoridades sirias, que claman no ser responsables, «facilitar inmediatamente a la ONU su visita a Ghouta».

El régimen sirio difundió a través de la agencia oficial SANA que las informaciones carecían de fundamento y eran un modo de «distraer la atención de la comisión de investigación de la ONU de sus responsabilidades». Por su parte, Sharif Shehadeh, parlamentario sirio, manifestó a la cadena Al Yazira que estaban acostumbrados a esa retórica por parte de los rebeldes. «Cada vez que el Ejército sirio controla una zona donde se encuentran los terroristas, dicen que se han usado armas químicas. Estoy seguro al cien por cien de que no se han usado. En primer lugar porque las Fuerzas de Seguridad sirias tienen la habilidad de destruir a los grupos armados usando armas convencionales. En segundo lugar, en el caso de que ese armamento químico existiera, no lo usaríamos por cuestiones morales».

Lo cierto es que en los perturbadoras vídeos con decenas de cuerpos retorciéndose en el suelo de un hospital o los bebés con color azulado, no se ven restos de metralla y los cuerpos carecen de heridas. Según la Comisión General de la Revolución Siria (SRGC), murieron 200 personas. «Las fuerzas del régimen dispararon cohetes con cabezas químicas en Zamllaka y en Al Zaina. El barrio de Jobar también fue afectado por culpa del viento. Como consecuencia, un gran número de civiles fueron sujeto de los gases, llevando a decenas de ellos al martirio». Además, añaden que los síntomas son náuseas, alucinaciones, sofocos, tos fuerte, alta presión de la sangre... y que todavía no saben qué arma química o gas tóxico fue usado «por parte de las fuerzas del régimen contra los civiles inocentes».

La Coalición Nacional Siria (Cnfros) también da por hecho que fue el régimen de Asad el culpable de perpetrar el bombardeo. Según sus cifras, alrededor de 1.300 personas han fallecido a consecuencia de este ataque indiscriminado, por lo que solicitaron desde Estambul una intervención urgente de la comunidad internacional.