Periodismo
Khashoggi murió durante un interrogatorio, según la CNN
El rey Salman ordena una investigación oficial presionado por la Casa Blanca
El rey Salman ordena una investigación oficial presionado por la Casa Blanca.
Arabia Saudí se dispone a admitir que el periodista Jamal Khashoggi murió como resultado de un interrogatorio que salió mal, informó ayer la cadena de televisión CNN citando a dos fuentes anónimas. Una de ellas advirtió de que la declaración aún no está lista y podría cambiar. La otra aseguró que Riad reconocerá que la operación fue realizada sin permiso y que los implicados deberán responder por su responsabilidad en los hechos, informa la CNN.
Dos semanas después de la desaparición de Khashoggi, la presión diplomática contra Arabia Saudí ha dado sus primeros frutos y el rey Salman ordenó ayer al fiscal general que inicie una investigación interna sobre su caso. La decisión del monarca viene en parte motivada por una conversación previa que tuvo con el presidente estadounidense, Donald Trump, quien dijo en Twitter que el rey Salman «niega cualquier conocimiento de lo que pudo haber sucedido» a Khashoggi y que Riad «trabaja estrechamente con Turquía» para hallar respuestas. Trump consideró que ante la «negativa muy, muy fuerte» del rey Salmán, «me sonó como que tal vez esto debió de ser obra de asesinos del hampa. ¿Quién sabe?», añadió Trump, quien mencionó la posibilidad de que los asesinos fueran «elementos incontrolables».
La presión al monarca también le llegó desde Turquía. El presidente Recep Tayyip Erdogan habló a su vez con el rey Salman el domingo para que se aceleraran los trámites para permitir al grupo de investigadores forenses turcos entrar en el consulado. El permiso llegó ayer. El registro del edificio consular comenzó por la tarde y en él participan un equipo conjunto de forenses locales y saudíes. Según el diario progubernamental «Al Sabah», la demora del registro se debe a que Riad solo quería permitir una inspección visual, mientras que el equipo turco insiste en utilizar productos químicos para revelar rastros de sangre.
Mientras, la prensa turca ha difundido nuevas hipótesis sobre la muerte de Khashoggi. Un diario especuló ayer con que su cuerpo pudo haber sido disuelto en ácido, si bien también se ha difundido el rumor de que fue troceado y sacado del país en maletas. Arabia Saudí petende con el registro tranquilizar a sus aliados occidentales y a la comunidad internacional. Sin embargo, dos semanas después del presunto asesinato en el interior del consulado, según la investigación turca, será difícil encontrar evidencias si es que queda aún alguna.
Las especulaciones sobre la muerte del periodista saudí siguen dañando la moneda saudí. El riyal alcanzó ayer el nivel más bajo en dos años y los precios de sus bonos internacionales bajaron ante el temor de que los flujos de inversión extranjera podrían reducirse como el valor del riyal. Además, las posibles sanciones de EE UU a Riad si se comprueba que está detrás de la muerte de Khashoggi han hecho cundir el pánico entre las firmas internacionales que iban a participar en el foro «Davos en el desierto». El millonario británico Richard Branson decidió congelar sus proyectos en el país. Y varias personalidades anunciaron que no participarán. Entre los grandes ausentes están James Dimon, consejero delegado del banco JPMorgan Chase, ni el jefe de Uber, ni medios de comunicación como «The Financial Times», el «The New York Times» o «The Economist».
Para muchas multinacionales, ir a esta cita de inversores comporta riesgos para su reputación que «superan a los beneficios que habrían podido sacar de la economía saudí», según Michael Stephens, del «think tank» británico Royal United Services Institute.
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