Política

Derechos Humanos

La realidad de la mujer saudí pese a las reformas de MBS

Se espera que en 2030, el 30% por ciento de las mujeres saudíes sean activas

Dos mujeres en un partido de fútbol en Arabia Saudí
Dos mujeres en un partido de fútbol en Arabia Saudílarazon

En los últimos años Arabia Saudí ha experimentado pequeños pasos en cuanto a los derechos de la mujer. La nueva imagen reformadora del régimen saudí, bajo el joven príncipe heredero, Mohamed Bin Salman, permite a las mujeres votar en las elecciones locales, asistir a un estadio de futbol o poder conducir su propio coche. También como parte de su proyecto económico

“Vision 2030” se contempla pasar del 22 por ciento de mujeres activas al 30% en el 2030. Las mujeres emprendedoras pueden obtener permiso para crear empresas, y están autorizadas a incorporarse a las fuerzas policiales.

La última ley revolucionaria para ellas es que ahora, las mujeres saudíes recibirán un mensaje de texto como notificación de su divorcio, que pretende impedir que los maridos puedan disolver el matrimonio sin comunicárselo a sus esposas, según informó este domingo el Ministerio de Justicia saudí.

No obstante, a pesar de que desde hace unos meses la mujer saudí va al volante, otros muchos derechos aún no han sido reconocidos. Debido a la política de tutela masculina en el reino saudí las mujeres no pueden salir solas de casa. Tampoco pueden viajar al extranjero, casarse o recibir tratamiento medico sin permiso paterno o de un hermano u otro pariente masculino. Las saudíes no pueden por si solas obtener un pasaporte, estudiar, trabajar, alquilar un piso, abrir una cuenta bancaria, presentar una reclamación legal sin la aprobación paterna o un familiar masculino.

La cultura y la política de tutela de Arabia Saudí requiere que las mujeres tengan permiso de un pariente masculino para trabajar, viajar, casarse e incluso recibir algún tratamiento médico.

Por ese motivo, las mujeres que han intentado transgredir las estrictas normas sociales se arriesgan a penas de cárcel o a ser víctimas de los llamados "crímenes de honor”, que suelen ser silenciados por la justicia saudí.

Amnistía internacional y Human Rights Watch han acusado a las autoridades saudíes de detener arbitrariamente y torturar a las activistas, algo que el Gobierno de Riad niega. Un grupo de parlamentarios británicos pidió recientemente una "respuesta urgente"al embajador saudí en Londres sobre estas denuncias.