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La «Revolución Azul» toma las calles de Kiev y derriba la estatua de Lenin
La Revolución Azul redobla su pulso en las calles de Kiev. Los europeístas exigen la dimisión de Yanukovich y derriban la estatua de Lenin
Más de 100.000 personas, según la Policía ucraniana, y hasta un millón, según la oposición, desbordaron ayer las calles del centro de Kiev para exigir la dimisión inmediata del Ejecutivo de Nikolai Azarov y la convocatoria de elecciones anticipadas.
Más de 100.000 personas, según la Policía ucraniana, y hasta un millón, según la oposición, desbordaron ayer las calles del centro de Kiev para exigir la dimisión inmediata del Ejecutivo de Nikolai Azarov y la convocatoria de elecciones anticipadas, tanto parlamentarias como presidenciales. La oposición amplió a la mayoría de los edificios oficiales del barrio gubernamental de Kiev el campamento de la protesta instalado hasta ahora y desde hace una semana en la Plaza de la Independencia, en la que miles de opositores pernoctan rodeados de barricadas en tiendas de campaña. Miles de personas levantaron nuevos campamentos y barricadas en los accesos a las principales sedes gubernamentales de la capital.
El Servicio de Seguridad de Ucrania (SSU) anunció la apertura de una causa penal por «acciones dirigidas a la toma del poder del Estado», un delito que, según la Constitución, va contra la seguridad nacional y puede ser castigado con penas de hasta diez años de cárcel. La oposición calificó de «provocación» la apertura de la investigación penal por parte de los servicios secretos, mientras que el líder del partido opositor Batkivshina, Arseni Yatseniuk, dijo que el Gobierno se prepara para declarar el estado de excepción. De hecho, la toma o el bloqueo de edificios gubernamentales, los desordenes públicos o el intento de toma del poder, que ya investiga el SSU, son motivos legales para declarar el estado de excepción.
Tras partir en una columna numerosa desde la Plaza de la Independencia, los manifestantes levantaron barricadas y varias tiendas de campaña en otra de las principales calles de la ciudad, por la que se accede a la sede del Gobierno de Ucrania, aunque tuvieron que hacerlo a decenas de metros del edificio, protegido por un cordón policial. Otro grupo de opositores obstruyó con un camión y un coche una de las calles colindantes al edificio de la Rada Suprema (Parlamento ucraniano), donde colocaron además dos tiendas de campaña y varios bancos para continuar el bloqueo.
Temor al estado de excepción
Al mismo tiempo, otro acceso a la Rada fue protegido por soldados que se interpusieron entre miles de opositores y al menos otras tres mil personas que respaldan al presidente Yanukovich y a su Partido de las Regiones frente a la sede del Legislativo. En otra parte del centro, cerca de mil efectivos de la fuerzas especiales antidisturbios («Berkut»), responsables del violento desalojo de hace una semana en la Plaza de la Independencia, impidieron a los manifestantes el acceso a la sede de la Presidencia.
La Policía de Kiev advertía a los congregados sobre la alta probabilidad de provocaciones violentas durante la jornada de protesta, mientras Gobierno y oposición se acusaron mutuamente de preparar sabotajes para llevar la situación al extremo. A última hora de la tarde, según la Policía, un grupo de radicales con la cara tapada, simpatizantes de la formación ultranacionalista Svoboda, derribaron una estatua de Lenin en la plaza Bessarabskaya, en pleno centro de Kiev. Horas antes, la formación opositora Batkivshina denunciaba en un comunicado que las autoridades planean emplear a saboteadores para provocar desordenes públicos y obtener un pretexto para declarar el estado de excepción en la ciudad.
Por su parte, el diputado oficialista Oleg Kalashnikov aseguró a los medios locales que la oposición ha introducido a más de 3.000 radicales en Kiev «para desestabilizar la situación y realizar provocaciones que podrían acabar en un golpe de Estado». La Plaza de la Independencia, corazón de una de las más multitudinaria protestas de la historia contemporánea de Ucrania, se quedó pequeña para la Marcha del Millón.
Los líderes de la oposición europeísta, que no perdonan a Yanukovich su renuncia a firmar el Acuerdo de Asociación con la Unión Euoropea, también le exigieron la liberación de los detenidos en el violento desalojo de la plaza del pasado fin de semana y el castigo a los responsables de aquella acción represiva. Efe
La UE busca una salida pacífica
La jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, viajará esta semana a Kiev para tratar de impulsar una solución política a las tensiones actuales entre el Gobierno y la oposición en Ucrania, informó ayer la Comisión Europea. El presidente del Ejecutivo comunitario, José Manuel Durao Barroso, informó al presidente ucraniano, Víctor Yanukóvich, del inminente viaje de la alta representante de la Política Exterior y de Defensa de la Unión Europea (UE) a Kiev en una conversación telefónica que mantuvieron ambos líderes este domingo. En la misma, Barroso reiteró la «necesidad de buscar una solución política a las tensiones actuales mediante el diálogo con la oposición y la sociedad civil», según un comunicado oficial de la UE.
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