Bruselas
La sombra de Berlusconi amenaza el Gobierno italiano
Una vez más, la coalición de Gobierno italiana se tambalea por culpa de Silvio Berlusconi. El Pueblo de la Libertad (PDL), el partido del tres veces ex primer ministro, amenaza con hacer caer el Ejecutivo, del que forma parte, si se retira a Berlusconi el escaño de senador, después de su condena a cuatro años de cárcel por fraude fiscal en el «caso Mediaset». Y es que a sus 76 años , «Il Cavaliere» no está dispuesto a retirarse de la vida política, consciente de ser la llave de la estabilidad política de Italia tras las elecciones de febrero, qeu dibujaron un Parlamento ingobernable que obligó a pactar una coalición a los dos eternos enemigos.
Mientras, el Partido Democrático del primer ministro, Enrico Letta, respondió diciendo que no acepta chantajes. «Berlusconi contra todos. A un paso de la crisis», titulaba el diaro turinés «La Stampa», en una Italia que vuelve a estar en vilo sólo cuatro meses después de gestarse con gran esfuerzo la actual coalición.
«Berlusconi debería ir a la cárcel. Los criminales como él deberían ser excluidos de la política. Robó a 60 millones de italianos», asegura un jubilado romano. «Es otro ejemplo de que Berlusconi sólo piensa en él y no en Italia», opina un joven.
En este clima de tensión política, se celebra hoy una reunión del Consejo de Ministros en la que se abordará la reforma del impuesto sobre la primera vivienda (IMU), cuya abolición es el otro caballo de batalla del PDL. El PD, que en las elecciones prometió mantenerlo para cumplir así con la reducción del déficit público exigidad por Bruselas, tendrá que hacer de tripas corazón y buscar la forma de compensar los 2.000 millones de euros que las arcas públicas dejarán de recaudar en diciembre si se mantiene suspendido el polémico tributo.
Durante su viaje a Afganistán el domingo, Letta afirmó que arrojar por la borda todo el trabajo hecho «sería una locura» y pidió que prevalezca «el sentido común, lo que significa que no hay que abrir una crisis de Gobierno». «Vuelvo a casa con mayor convicción de que tirar por la borda todo lo obtenido en este momento sería una locura», aseguró el primer ministro, quien subrayó que quiere «trabajar para que el sentido común prevalezca» y agregó que está convencido de que «entrar en una barrena hija de la irracionalidad no servirá al país». En su opinión, obrar con sentido común significa «no ir a una crisis de Gobierno y a unas elecciones [anticipadas], sino trabajar en las justas soluciones en un marco complejo».
La incertidumbre en los mercados tiene su reflejo en los mercados, que están castigando de nuevo a la tercera economía de la eurozona. El índice de la Bolsa de Milán cayó ayer un 2% y la prima de riesgo ha iniciado una carrera alcista que amenaza con colocarla al nivel de la española.
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