México

La Tuna, la aldea donde nació «El Chapo»: «Aquí no te pasa nada si haces la vista gorda»

LA RAZÓN visita La Tuna, una aldea de 200 familias donde nació y se ocultó «El Chapo» hasta ser cazado por tercera vez. Doña Consuelo, su madre, es la vecina más ilustre

Imagen de la casa de la madre de «El Chapo», Doña Consuelo, de 87 años
Imagen de la casa de la madre de «El Chapo», Doña Consuelo, de 87 añoslarazon

LA RAZÓN visita La Tuna, una aldea de 200 familias donde nació y se ocultó «El Chapo» hasta ser cazado por tercera vez. Doña Consuelo, su madre, es la vecina más ilustre

El enemigo número uno de EE UU y México es conocido por un apodo de mocoso. Chapo, chapito, era como le llamaba su tío por ser chaparro o bajo, a Joaquín Guzmán Loera. Así lo cuentan los vecinos de Badiraguato, municipio en el que nació, creció y donde vive su madre, Consuelo Loera. La misma que ordenó que no viniesen más periodistas a molestarla después de que, cuando capturaron a su hijo en 2014, dijo a dos medios americanos que a su hijo «le gustaban los billetitos» desde pequeño.

Doña Consuelo, de 87 años, es una suerte de líder moral en su comunidad, La Tuna, una aldea de 200 familias a 4 horas del núcleo principal de Badiraguato por un camino de tierra empinado y angosto. A La Tuna ahora se acercó la Marina, pero hasta hace poco no se aparecía ni el progreso. La electricidad llegó en 2004. Y tiene más suerte que muchas de las otras 80 aldeas que componen el municipio, donde aún no hay drenaje ni luz eléctrica. Y es que, pese a tener sólo 35.000 habitantes, se trata de uno de los más extensos de México, con más kilómetros que toda la provincia de Alicante. También es uno de los 608 municipios con índices de marginación alto o muy alto, según el Consejo Mexicano de Evaluación de la Política Social, que mide la calidad de la vivienda, el acceso a la educación o a otros servicios públicos. Según el Programa de Desarrollo de Naciones Unidas (PNUD), estos municipios están a la par del África Subsahariana. Ahí, en medio de la hostilidad de la Sierra Madre Occidental, la pobreza, la cercanía a Estados Unidos –el principal consumidor de droga en el mundo­–, una orografía que permite muchos escondites y un clima perfecto para el cultivo de enervantes han hecho de Badiraguato un pueblo de narcos. Ahí nacieron «El Chapo» y una larga lista de grandes del narcotráfico mexicano como Rafael Caro Quintero, Alfredo y Arturo Beltrán Leyva o Ernesto Fonseca, Don Neto, el maestro de todos ellos. Ismael, el Mayo Zambada, o Amado Carrillo Fuentes, más conocido como el Señor de los Cielos, son de pueblos vecinos. La región se conoce como el triángulo dorado, 1.200 kilómetros de la Sierra Madre Occidental de los Estados de Sinaloa, Durango y Chihuahua, donde desde hace casi un siglo están las mayores plantaciones de marihuana y amapola del país.

Es ahí donde «El Chapo» empezó a sembrarlas con sólo 15 años, explicaba en la entrevista que grabó para el actor Sean Penn y difundió la revista «Rolling Stones». La gran mayoría de sus habitantes viven de eso, tanto que hasta el alcalde, Mario Valenzuela, lo reconoce. «Lamentablemente la actividad económica principal es la producción de marihuana y opio, o depende de alguna manera del narcotráfico. También hay gente que trabaja para el cártel de manera lícita: los que guardan los ranchos, los que hacen comida, por ejemplo. Hay gente que se dedica a la ganadería pero también la mezcla [es decir, que siembran parcelas de enervantes para completar el ingreso]», explicó Valenzuela desde su despacho del ayuntamiento, donde, además de su foto repetida por todo el consistorio, destaca la del presidente Enrique Peña Nieto, del mismo partido que él, el Revolucionario Institucional, y varios souvenirs del Disneyworld de Texas. Los grandes capos no se dejan ver en el pueblo. Se mueven en círculos estrechos, pero su gente habla. En Badiraguato se cuenta que se le había visto encomendarse a la Virgen, en la iglesia de Santa Cruz, una de sus rancherías, donde viven apenas un centenar de habitantes. Por las inmediaciones de su pueblo estuvo los últimos seis meses.

En una esquina, la dueña de una fonda familiar explicaba que cuando «El Chapo» está, «fluye más dinero» en el pueblo. «Mira, ‘El Chapo’ no ha hecho más que obras o mejoras aquí en la cabecera, pero la gente de la sierra vendía mejor la marihuana o la goma del opio cuando estaba él, como que defendía el precio de la cosecha y había más negocio, como que todos están más quietos cuando él no está, baja mucho», decía.

En Badiraguato son los pistoleros de «El Chapo» los que tienen dinero, llevan buenos coches e infunden respeto, aunque sea por la presión de las armas. «Aquí no te pasa nada si sabes hacerte de la vista gorda y callar», sigue explicando la señora del restaurante. En el pueblo hay una base del Ejército desde hace más de dos décadas. Su marido es un ex militar que aprendió a convivir con el narco.