Relaciones internacionales
La UE mantiene las sanciones pese al deshielo EE UU-Rusia
Mogherini viaja a Washington para reunirse con la nueva Administración
Mogherini viaja a Washington para reunirse con la nueva Administración
La UE no piensa en grande giros en su política exterior respecto a Rusia, al menos por el momento. Los ministros de Exteriores de los Veintiocho se reunión ayer en Bruselas para analizar, ente otros asuntos, la situación de Crimea. En la última cumbre de 2016, los líderes europeos decidieron extender las sanciones a Rusia por la anexión de la península ucraniana y en la cancillerías europeas no se baraja un posible levantamiento de estos castigos, a pesar de la necesidad de tender puentes a la nueva Administración Trump, cuyas simpatías hacía Moscú son más que conocidas.
La cumbre celebrada en la Valeta (Malta) el viernes supuso un intento de rebajar el discurso respecto al nuevo inquilino de la Casa Blanca y de preparar el terreno antes de que el vicepresidente Mikel Pence viaje a Bruselas a finales de mes para entrevistarse con los líderes comunitarios. En estos intentos de comenzar el deshielo, la alta representante para la Política Exterior Europea, Federica Mogherini, realizará un viaje a EE UU a finales de esta semana. De momento, se ha confirmado su encuentro con el asesor de Seguridad Nacional, Michael Flynn. Habrá más viajes y más entrevistas. Sólo el tiempo dirá si llegan las alianzas. Trump viajará en mayo a Bruselas para asistir a la cumbre de la OTAN, pero todavía no ha confirmado su asistencia a una cita cuya invitación fue cursada tras su victoria electoral. En la capital comunitaria preocupa el escaso entusiasmo de Trump, pero la nueva consiga es intentar establecer lazos con el nuevo presidente de EE UU.
Una «posición clara»
España también considera que a pesar de buena sintonía entre Trump y Vladimir Putin, la política europea debe mantenerse. «Nosotros tenemos una política clara y bien formulada respecto a Rusia y esa política vamos a seguir, independientemente de los gestos que haga la Administración americana con el presidente ruso», aseguró el ministro de Exteriores, Alfonso Dastis, que supeditó cualquier cambio al cumplimiento de los Acuerdos de Minsk. En la misma línea, Mogherini aseguró que «la claridad que tenemos sobre la anexión ilegal de Crimea seguirá. La UE reafirmará su firme posición. No puedo decir cuál es la de EE UU, pero sí la nuestra».
Los Veintiocho siempre han mantenido divergencias sobre Rusia. En la cumbre de diciembre, los líderes europeos volvieron a estar divididos sobre la posibilidad de alzar la voz con mayor contundencia y extender posibles sanciones a Moscú por su apoyo al régimen de Bachar Al Asad en la guerra en Siria. Fuentes diplomáticas reconocen que estamos hablando de un gesto puramente simbólico, ya que «los militares y altos cargos implicados en los dos conflictos son los mismos. No tiene sentido congelar los bienes e impedir el viaje a territorio europeo de las mimas personas y empresas dos veces».
En el mundo diplomático, los gestos importan. Londres es el país que más ha batallado para incrementar la presión sobre Moscú y uno de los grandes interrogantes es hasta qué punto esta posición lastrará sus relaciones con Washington en un momento en el que Theresa May necesita establecer alianzas comerciales y políticas tras el Brexit. A pesar de la mano tendida de Trump a la «premier», el mensaje británico se mantuvo inalterable.
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