Inmigración

La UE pierde el rastro de 400 personas en el Mediterráneo

El buque en el que viajaban desapareció frente a la costa egipcia. La llegada de migrantes a Italia se duplica, mientras se reduce un 50% en Grecia

Inmigrantes desembarcando del barco de rescate «Aquarius» en el puerto de Lampedusa (Italia)
Inmigrantes desembarcando del barco de rescate «Aquarius» en el puerto de Lampedusa (Italia)larazon

El buque en el que viajaban desapareció frente a la costa egipcia. La llegada de migrantes a Italia se duplica, mientras se reduce un 50% en Grecia

Los medios de comunicación italianos daban por hecho ayer la desaparición de 400 migrantes naufragados en una embarcación que zarpó desde las costas de Egipto rumbo a Italia, noticia que lanzaba por la mañana la edición en árabe de la BBC. Según la agencia italiana ANSA, la mayoría de los embarcados habrían escapado de Somalia, Etiopía y Eritrea. El ministro de Exteriores italiano Paolo Gentiloni, reunido ayer con sus homólogos en Luxemburgo, afirmaba que «otra vez más estamos frente a una tragedia en el Mediterráneo», coincidiendo con el primer aniversario de la muerte de más de 700 personas en el Canal de Sicilia en el hasta hoy el mayor naufragio de la historia del Mediterráneo. En relación con los desaparecidos de ayer frente a Egipto, el titular de Exteriores alemán, Frank Walter Steinmeier, declaraba que se podría hablar «de unas 300 víctimas».

Gentiloni insistió en que el nuevo naufragio pone de relieve la necesidad de un compromiso «más fuerte» de Europa, «especialmente con África», para hacer frente a la inmigración. Las palabras del ministro coinciden en el día en el que Italia presentó a sus socios de la UE el «Migrant Compact», una propuesta para promover una solución continental y coordinada de cara a la crisis migratoria: multiplicar las inversiones en los países africanos, implicarles para reducir los flujos y controlar a las mafias que trafican con inmigrantes.

Por otro lado, la Guardia Costera italiana coordinaba ayer, desde la Central Operativa con sede en Roma –que coordina los rescates en el Mediterráneo Central– seis cadáveres en una operación frente a Libia en la que salvó la vida de 108 personas. Se sospecha que pueda haber muchos más muertos dado que, según lo que han declarado en Lampedusa los migrantes salvados, al salir de Libia la lancha neumática transportaba aproximadamente a 130 personas. De modo que podría haber una veintena de ellas aún desaparecidas en aguas territoriales del país africano.

La agencia de control fronterizo de la Unión Europea (Frontex) publicaba también sus datos acerca de las llegadas de migrantes y refugiados a las costas de Grecia e Italia, donde se puede observar que las 26.460 personas que alcanzaron las costas helenas en marzo son la mitad que las del mes anterior. Mientras, el caso italiano es exactamente el contrario: las 9.600 personas que han llegado a Italia en marzo son el doble respecto a febrero. La mayor parte de los solicitantes de asilo que alcanzaron las islas griegas son sirios, afganos e iraquíes, mientras que a las costas italianas arriban mayoritariamente subsaharianos de Nigeria, Somalia y Gambia. Para los expertos de Frontex, la reducción de llegadas a Grecia se debe, principalmente, al acuerdo de la UE con Turquía.

Estas cifras, el bloqueo de la ruta balcánica y la progresiva llegada del buen tiempo primaveral en el antiguo Mare Nostrum, indican que la ruta Libia-Italia, la del Mediterráneo central, será el gran foco de atención de la UE en los próximos meses. Fabrice Leggeri, director ejecutivo de Frontex, asegura que «aunque las condiciones meteorológicas siguen desempeñando un papel en el número de desembarcos en las islas del Egeo, la tendencia descendente ha continuado hasta abril. Ha habido menos de cien llegadas de media en la primera mitad de este mes».

Según la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), de las 973 muertes de migrantes certificadas en el mundo, 737 se produjeron en el Mediterráneo, de modo que cruzarlo es ahora mismo una de las acciones más peligrosas para alguien que escapa de la guerra o del hambre. Los flujos migratorios que alcanzan el Viejo Continente son de tipo mixto: entre quienes arriesgan su vida para salvarla hay tanto refugiados como migrantes. En esencia, los migrantes buscan mejores oportunidades económicas, mientras que los refugiados escapan de guerras y persecuciones individuales.