Política

Terrorismo yihadista

La yihad lanza la amenaza global en venganza por el atentado de Nueva Zelanda

Daesh y Al Qaeda "compiten"en la agresividad de sus comunicados

Ali Mahmoud Raji / Captura de pantalla
Ali Mahmoud Raji / Captura de pantallalarazon

Expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN advierten, por el volumen de amenazas yihadistas que se producen a diario desde la matanza de Nueva Zelanda, de que podemos estar ante una oleada de atentados

Expertos antiterroristas consultados por LA RAZÓN advierten, por el volumen de amenazas yihadistas que se producen a diario desde la matanza de Nueva Zelanda, de que podemos estar ante una oleada de atentados, bien por medio de células o actores («lobos») solitarios. Nada más conocerse la acción criminal, las redes sociales se inundaron de mensajes en los que se clamaba venganza por lo ocurrido. Con el paso de las horas, destacados cabecillas de Al Qaeda y Daesh «oficializaron» la obligación de dar una respuesta contundente contra los «cruzados» (cristianos), a los que se culpaba genéricamente de lo ocurrido. Referencias a España no han faltado, en concreto en el comunicado conjunto hecho público por la franquicia de Al Qaeda en el Sahel, una de las más fuertes de la banda.

En un mundo como el yihadismo, siempre dispuesto a atacar a occidente y a «derribar la Cruz (de Cristo)», como se decía en un manual recientemente difundido, el mensaje de los cabecillas era la «cerilla que faltaba para encender la mecha», con el agravante de que se hace a nivel global. Existe una gran dificultad de prevenir los atentados, en especial en las actuales circunstancias en que los cabecillas yihadistas tratan de «dinamizar» a todos sus seguidores.

En el caso de Al Qaeda, sigue con su patrón de organizar metódicamente las acciones criminales (aunque ahora haya hecho un llamamiento a sus “lobos”), pero Daesh es imprevisible y aprovecha cualquier oportunidad para atacar. El que fuera su portavoz, Abu Mohamad al Adnani, muerto en una acción de la Coalición Internacional, ya lo dijo: “utilizar cuchillos, bombas, coches, camiones y hasta piedras, con tal de matar a los “cruzados””.

Por ello, sea Al Qaeda o Daesh, se trabaja con la hipótesis de que el yihadismo va a tratar de dar respuesta a lo ocurrido en Nueva Zelanda en los próximos días o semanas, y que lo van a hacer en occidente, porque como dijo el “califa” Abu Bark Bagdhadi, un atentado en estos países vale por mil que un cometido en otras zonas, donde muchas personas los interiorizan como “algo habitual”.

La amenaza actual se concretaría, si pueden, en el ataque a templos cristianos o judíos, pero les vale cualquier otro objetivo con tal de visualizar su venganza, agregan.

Que dichos cabecillas han decidido poner toda la carne en el asador” es un hecho y, en las últimas horas, se han registrado varios ejemplos que ilustran dicha amenaza, entre ellos los de la franquicia de Al Qaeda en el Sahel, el JNIM, publicada hoy mismo en esta web, y el propio portavoz de Daesh, Abu Hassan al Muhajir.

El dirigente de la rama en Somalia de Al-Qaeda, el Movimiento Shabaab al-Mujahideen, el jeque Ali Mahmoud Raji aseguró, tal y como adelantó LA RAZÓN, que el atentado de Nueva Zelanda se debe a “la hostilidad de los cruzados hacia los musulmanes, a que ese el odio se extiende durante siglos (...) es una clara evidencia de que su cruzada está enraizada contra los musulmanes; y que el asunto no está en su racismo, odio a los inmigrantes o que los criminales son simplemente locos”. Según el jeque, todo esto demuestra que los “cruzados no son personas civilizadas (...) que creen en la convivencia, la libertad de religión (...) su objetivo es apagar la luz del Islam". Amenazó con que “la sangre de nuestros hermanos no se desperdiciará y los hombres de su nación (Islam) asumirán la responsabilidad de la venganza, si Dios quiere, tarde o temprano".

En el canal Telegram, Daesh, el Estado Islámico, ha insertado bastantes mensajes con el denominador común de la venganza. En el canal de una de sus franquicias, un tal Al-Asyaf Al-Baghdadi hizo un llamamiento a los seguidores de la banda yihadista para que “se derrame la sangre de los adoradores de la cruz (cristianos), de los nietos de monos y cerdos (judíos) para vengar la religión de Alá y la sangre de los musulmanes que se ha derramado y sigue siendo derramada en sus manos en Al-Baghouz (ultimo bastión de Daesh en Siria) y dentro de las mezquitas en Nueva Zelanda", según se recoge en varias páginas web.

También en Telegram, se publicó una fotografía con un fusil de asalto, un chaleco de explosivos para suicidas y la bandera del Estado Islámico. Anunciaban que “pronto vendrán represalias ya que habéis abierto las puertas del infierno”.

Al Qaeda no se queda atrás y preguntaban: “¿Dónde está la venganza celosos musulmanes? Por Alá, si no hacemos nada no hay nada bueno en nosotros".

En otro mensaje, en un grado de fanatismo llamativo, se decía a los musulmanes que se enfrentaban a una “nueva cruzada” y que “el lenguaje de la sangre no se combate con el lenguaje de la rendición ... y las llamadas y los lemas de tolerancia y paz, sino con el lenguaje de la sangre”.