París
Las escuchas a Sarkozy muestran las filtraciones judiciales que recibía
Una serie de siete escuchas judiciales a Nicolas Sarkozy, publicadas hoy por el sitio "Médiapart", muestran que el anterior presidente francés tenía varios topos en la judicatura que le informaban de la marcha de sumarios que tiene abiertos. Según "Médiapart", los extractos de las escuchas a los que ha tenido acceso, que datan de los meses de enero y febrero pasado, ponen en evidencia que Sarkozy, a través de su abogado Thierry Herzog, puso en marcha "un gabinete negro para neutralizar a los jueces que le investigan".
La principal figura de ese gabinete era el magistrado Gilbert Azibert, que se informaba con consejeros del Tribunal Supremo sobre la marcha de la instrucción sobre si el expresidente había recibido dinero para su campaña de 2007 de la millonaria Liliane Bettencourt y luego transmitía lo conseguido a Herzog.
El defensor de Sarkozy prometió a Azibert, en compensación por los servicios que le prestaba, que el expresidente le ayudaría en su demanda de conseguir un puesto en la administración de Mónaco, unos hechos que tanto el sitio de información en línea como el diario "Libération"no dudaron en calificar de corrupción.
El abogado se lo comunicaba a Sarkozy a través de unos móviles cuyas líneas ambos habían abierto expresamente para esas conversaciones, una de ellas utilizando de forma fraudulenta el nombre de un conocido del letrado, ante la sospecha de que los jueces les habían pinchado sus teléfonos.
Según "Médiapart", Sarkozy y Herzog también fueron prevenidos por otro topo, probablemente en los órganos directivos de la representación de los abogados de París, de que los jueces que investigan la posible financiación de la misma campaña de 2007 con dinero del régimen del derrocado líder libio Muamar el Gadafi preparaban unos registros contra ellos.
La revelación de la existencia de esas escuchas hace dos semanas provocó un cruce de acusaciones entre la izquierda y la derecha, sobre todo por la inconsistencia de las explicaciones que dieron varios miembros del Gobierno, y en particular la ministra de Justicia, Christiane Taubira, sobre el conocimiento que tenían de esas instrucciones.
El partido de Sarkozy, la Unión por una Mayoría Popular (UMP) pidió la dimisión de Taubira por haber mentido, algo que ella misma y el primer ministro, Jean-Marc Ayrault, han descartado con el argumento de que no ha habido ninguna injerencia en lo que hacen los jueces, a diferencia de lo que ocurría cuando gobernaba Sarkozy.
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