Colombia

Las FARC marcan el camino al ELN

El Gobierno colombiano también negociará con la segunda guerrilla del país una justicia a la carta para los insurgentes y la posibilidad de que participen en política con un partido propio

El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, es agasajado con varios regalos por miembros del poblado indígena de Misak, en Bogotá
El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, es agasajado con varios regalos por miembros del poblado indígena de Misak, en Bogotálarazon

El Gobierno colombiano también negociará con la segunda guerrilla del país una justicia a la carta para los insurgentes y la posibilidad de que participen en política con un partido propio

Aunque todavía queda un largo camino por recorrer, la hoja de ruta de los futuros acuerdos entre el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y el Gobierno de Colombia se basará en las negociaciones mantenidas durante los últimos seis años con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Hay diferencias entre las dos guerrillas, pero también experiencia ganada en este tipo de procesos que conviene rescatar. Las FARC y el ELN –primera y segunda guerrilla del país– compartirán la solución a los puntos sobre justicia transicional y participación política en sus respectivos diálogos de paz con las autoridades, según informó ayer el jefe negociador de la Casa de Nariño para el proceso con el ELN, Frank Pearl. La justicia transicional pactada entre el Gobierno y las FARC obliga a investigar y sancionar las graves violaciones de los derechos humanos y los crímenes internacionales cometidos en el marco del conflicto de más de medio siglo por quienes hayan participado en él, tanto agentes del Estado como guerrilleros.

Plantea tres posibles vías de sanción: una con restricciones de libertades y derechos de entre cinco y ocho años para quienes confiesen desde el principio; otra con privaciones efectivas de la libertad de entre cinco y ocho años para quienes aporten verdad tardiamente; y una última con penas de cárcel de hasta 20 años para quienes se nieguen a reconocer los hechos. Además, el acuerdo prevé «las más amplias amnistías» para los guerrilleros por delitos políticos y conexos y contempla un «trato equitativo» para los miembros de las Fuerzas de Seguridad, ya sean militares o policías. En el apartado de participación política, las partes acordaron que, una vez completados el desarme y la desmovilización, el partido nacido de las FARC podrá concurrir a sus primeras elecciones en 2018 y se le eximirá del requisito de obtener el tres por ciento de los votos en los comicios al Senado o la Cámara de Representantes.

También se les garantizará una representación mínima de cinco senadores y cinco diputados durante los próximos dos períodos electorales. «Sólo se asignarán las que faltaran para completar cinco escaños, de tal manera que cuando la lista obtenga cinco o más, no se les asignará ninguno adicional», explica el Alto Comisionado para la Paz. Otro de los puntos claves son los secuestros. Pearl aseguró que antes del próximo 3 de noviembre el ELN se comprometió a poner en libertad a los dos secuestrados que aún permanecen en su poder.