Muere Thatcher
Las Malvinas, la guerra que convirtió a Thatcher en heroína
Margaret Thatcher era una de las mujeres más odiadas entre los argentinos. De hecho, suelen comparar a la «Dama de Hierro» con Evita, enfatizando que la mujer de Perón era compasiva mientras que la británica tuvo una actitud belicosa. Y es que hablar de Tharcher es hurgar en la herida no cerrada. El 2 de abril de 1982, tropas argentinas desembarcan en Puerto Stanley, capital de las islas Malvinas. Era el inicio de la «Operación Rosario». El ataque militar pretendía recuperar el archipiélago, cuya soberanía había sido reivindicada por Argentina desde que en 1833 el capitán Onslow, al mando de la fragata Clio, ocupara las islas en nombre de la Corona británica. La reconquista de Las Malvinas (Falkland, para los ingleses), antigua reivindicación histórica, se convirtió enseguida en una cuestión de orgullo nacional para los argentinos. El régimen militar del país, desprestigiado y cuestionado por una década de sangrienta dictadura, la represión interna y la crisis económica, se encontraba en un callejón sin salida, y decidió recuperar las islas. El general Leopoldo Fortunato Galtieri, presidente de Argentina, contó con el apoyo popular y numerosos voluntarios que querían participar en una guerra patriótica para recuperar un territorio que era considerado como una herencia legítima del régimen colonial español. Pero la contienda también adquirió un tinte patriótico en Gran Bretaña, donde la primera ministra intentaba recuperar el protagonismo británico en la escena internacional. La mano dura de la «Dama de Hierro» no podía permitir el desprestigio internacional que suponía perder las Malvinas de esa manera, y el conflicto se convirtió en una reivindicación imperial y patriótica, aunque se produjera en el lejano Atlántico Sur, a más de 8.000 kilómetros del país. Tras el desembarco, el Parlamento británico se reunió el 3 de abril de 1982. Thatcher no dudó ni un minuto en movilizar a la Royal Navy para recuperar las islas Malvinas y enseguida dejó claro que no habría negociación ni diálogo hasta que se produjera la retirada efectiva de las fuerzas de ocupación. La guerra fue corta pero sangrienta. En poco más de dos meses perdieron la vida cerca de mil personas (casi 700 argentinos y más de 200 británicos). El 14 de junio de 1982, se declaró el alto el fuego y Argentina firmó la rendición. Perdido el apoyo popular, los militares convocaron elecciones para diciembre de 1983, que pusieron fin a la dictadura militar con la victoria del candidato radical, Raúl Alfonsín. Para la Junta Militar argentina, la derrota fue el principio del fin. En Londres, el episodio de las Malvinas dio gran popularidad a Margaret Thatcher, que ganó las elecciones de junio de 1983. «Murió impune, sin ser juzgada», dijo Mario Volpe, un líder de los veteranos de la guerra de las Malvinas de 1982. El ex combatiente cree que la «Dama de Hierro» tuvo la oportunidad de frenar la guerra de las Malvinas, pero que la decisión de hundir el crucero argentino general Belgrano intensificó el conflicto. El Gobierno de Cristina Fernández, que lleva a cabo una ofensiva diplomática para que Londres acepte negociar la soberanía en las islas, se mantuvo en silencio sobre la muerte de Thatcher.
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