Lyon

Le Pen promete liberar a los franceses de Europa

La líder del Frente Nacional lanzó ayer su campaña electoral en Lyon con un discurso nacionalista y proteccionista. Ante una audiencia entregada, anunció mano dura contra la inmigración y el terrorismo islamista para poner a «Francia Primero».

La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, durante la convención de su partido hoy en Lyon.
La líder del Frente Nacional, Marine Le Pen, durante la convención de su partido hoy en Lyon.larazon

La líder del Frente Nacional lanzó ayer su campaña electoral en Lyon con un discurso nacionalista y proteccionista. Ante una audiencia entregada, anunció mano dura contra la inmigración y el terrorismo islamista para poner a «Francia Primero».

«Está en juego nuestra existencia como pueblo», afirmó ayer Marine Le Pen ante los militantes del Frente Nacional (FN). El público, enfervorizado, enarbolaba banderas de Francia, pancartas de «Marine presidenta», y gritaba «on est chez nous!» (estamos en nuestra casa). La candidata al Elíseo de la ultraderecha construyó su discurso de campaña en torno a dos enemigos capitales: la globalización y el fundamentalismo islamista. «Han hecho de la globalización económica una ideología que rechaza todas las regulaciones y despoja a la nación de los elementos que la constituyen, permitiendo que nazca y crezca otra globalización, el fundamentalismo islamista», afirmó Le Pen. Los militantes que llenaban el anfiteatro, hasta el punto de que hubo que acomodar a los que no podían entrar en otras dos salas, respondían con el eslogan «on est chez nous!» a cada una de las denuncias de Le Pen, como cuando decía que «los franceses nos sentimos desposeídos» o «no queremos vivir bajo el yugo del fundamentalismo islámico», y hablaba de «resistencia» o «reconquista».

Entre los asistentes había cierto aire de triunfo. Para Nadine, que venía de la región de Vichy, este año «es el año de la presidencia para Marine». Está convencida, como muchos, otros que «la historia de François Fillon», las acusaciones de abuso de bienes sociales contra el aspirante de Los Republicanos, puede ayudar a su candidata, no sólo a ganar la primera vuelta de las presidenciales, como ya hizo su padre, Jean-Marie Le Pen, en 2002, sino pasar con éxito la segunda y convertirse en presidenta de Francia. Le Pen les prometió ayer que ella tras su elección no olvidará las promesas de campaña «como hacen todos los otros». La candidata del Frente Nacional les aseguró que defenderá una laicidad estricta: «No habrá otras leyes y valores que los franceses, los que han venido a vivir a Francia, es para encontrarse con Francia, no para transformarla a la imagen de su país de origen. Si lo que querían es vivir como en su casa, les bastaba haberse quedado allí».

Para los que no respeten la Ley, habrá «tolerancia cero», aseguró la líder del FN, que quiere aumentar el presupuesto para la Justicia y «acabar con la impunidad de los delincuentes, las zonas sin ley y los tráficos de droga». También en este caso el ser extranjero será un hándicap suplementario, porque los enviará a cumplir sus penas de prisión en su país de origen. «Así quedarán plazas libres », afirmó la candidata ultraderechista.

Le Pen insistió en el tema del fundamentalismo islamista. «No nos dejemos intimidar», pidió a sus oyentes mientras proponía que los franceses que estén fichados sean castigados con una pena de indignidad nacional y que «las vitrinas legales del islamismo en internet» sean cerradas para frenar la propaganda de las redes terroristas.

Tras el islamismo, llegó el turno de otro de los grandes enemigos del Frente Nacional: la Unión Europea. La líder decretó que «es un fracaso», y denunció que había puesta a Francia «bajo tutela». «Tendremos que encontrar un compromiso con Europa», aseguró Le Pen, «para recuperar una soberanía». En caso de que no se alcance ningún acuerdo, la candidata a la presidencia de la República francesa está dispuesta a proponer un referéndum a los ciudadanos para que puedan «deshacerse de estas pesadillas y recuperar la libertad». Lo que se ha bautizado ya como «Frexit». Tal y como ya indicó la víspera al hacer públicas sus 144 propuestas programáticas, si alcanza la jefatura de Estado, Le Pen está determinada a que Francia salga del comando integrado de la OTAN, así como a inscribir en la Constitución la dedicación de un mínimo del 2% del PIB para el presupuesto de defensa.

Todas estas ideas eran aplaudidas por un buen número de jóvenes, como Jean, que lleva siete años en el Frente Nacional, tras pasar tres junto a los centristas. «Mi familia es de origen italiano», comentaba antes del mitin, «inmigrantes que vivieron para trabajar en las minas. Han sido comunistas de toda la vida, pero hasta mi abuela, que ha estado votando durante 40 años comunista, en las últimas elecciones votó al Frente Nacional». La razón de su militancia en el FN es que «no me gusta estar gobernado por la UE, porque eso no es verdadera democracia». Ahora está convencido de que «las victorias de los populismos que hay en Europa, la de Donald Trump en Estados Unidos y el Brexit en Gran Bretaña, nos permiten soñar con una victoria de Le Pen».

Eso mismo piensa la líder del Frente Nacional, que ve con satisfacción la acción del presidente norteamericano en el que ella se proyecta a su vez como presidenta: «Donald Trump respeta sus promesas, actúa deprisa y fuerte en el interés de su pueblo», eso es lo que Marine Le Pen quiere hacer para imponer su programa como presidenta de Francia. La candidata del Frente Nacional no sólo elogió el estilo de gobierno del magnate, si no que emuló su mantra nacionalista de «América primero» con un atronador «Francia primero».