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Letta deja su futuro y el de Italia en manos del Parlamento

El primer ministro busca ganar apoyos en una moción de confianza y Napolitano quiere evitar las urnas

Letta deja su futuro y el de Italia en manos del Parlamento
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Enrico Letta pone la suerte de Italia en las manos de Dios. Traicionado el sábado por su socio de Gobierno, Silvio Berlusconi, quien obligó a dimitir a los ministros de su partido, y con el Gobierno al borde del precipicio, el jefe del Ejecutivo comentó ayer en un acto por la paz organizado por la Comunidad de San Egidio que «sería útil» si a alguno «se le escapaba alguna oración por Italia en estos días». Además de en Dios, Letta confió en el presidente de la República, el octogenario Giorgio Napolitano, para intentar seguir en el poder. Se reunió ayer con él para tratar la crisis política y estudiar cómo reconducirla. Ambos dirigentes acordaron llevar la cuestión al Parlamento para que todos los partidos muestren a la luz su posición. Los debates comenzarán probablemente hoy, al final de los cuales se celebrará una moción de confianza.

Antes de reunirse con Letta, Napolitano aclaró cuál es su postura. Su intención es tratar de que el Ejecutivo siga en pie buscando nuevos apoyos en el Parlamento o, en su defecto, levantar un nuevo Gabinete destinado a sobrevivir el tiempo suficiente para cambiar la ley electoral. De acudir de nuevo a las urnas con el actual sistema, es probable que se repitiera el endiablado resultado de los comicios de febrero, que obligaron a los dos grande partidos a formar una inédita Gran Coalición. «Sólo disolveré las Cámaras ante la imposibilidad de que no haya Gobierno», comentó el presidente de la República durante una visita a Nápoles.

Cumpleaños de «Il Cavaliere»

En el día de su cumpleaños (celebró ayer 77), Silvio Berlusconi no se resistió a permanecer alejado del incendio que ha provocado en el Gobierno italiano. Lo hizo desde casa, a través de la «telepolítica» a la que es tan aficionado. Primero descolgó el teléfono para intervenir en un acto de su partido en Nápoles, de donde es originaria su novia, Francesca Pascale, 49 años menor que él. «Mis asuntos personales nada tienen que ver con lo ocurrido», dijo «Il Cavaliere», insistiendo una vez más en una separación que cada vez menos italianos se creen. El magnate espera que se convoquen elecciones anticipadas «cuanto antes» y asegura que va a ganarlas. «Estoy preparado para la batalla» electoral.

En su llamada, también explicó por qué precisamente ahora ha provocado la caída del Gobierno, tras semanas especulando con esta posibilidad. Según él, se debe a la decisión de Letta de parar la acción del Ejecutivo e impedir así la congelación de la subida del IVA. «No aceptaremos la responsabilidad por el aumento de los impuestos», comentó, desempolvando luego uno de sus viejos eslóganes electorales: «Estamos frente a una izquierda que sigue metiendo las manos en los bolsillos de los italianos». «Il Cavaliere» se reunirá esta tarde con sus parlamentarios para explicarles su postura y unificar posiciones en la crisis política.

Las palabras del ex mandatario, lejos de intentar reconducir la situación, agravan la crisis y alejan la posibilidad de un reencuentro con Letta. Sólo se atrevió a dibujar una posibilidad de acuerdo: «Si el Gobierno propone una ley de estabilidad realmente útil a Italia, la votaremos». Su intención sería la de teledirigir al Ejecutivo desde fuera, pues desde el sábado no cuenta con los ministros del PDL, que se vieron obligados por «Il Cavaliere» a dimitir. Berlusconi no debió de saciarse con su llamada telefónica, pues poco después publicó un mensaje en Internet en el que se presentó como un mártir. Va a ser esa su baza electoral de cara a los próximos comicios. «A los que me dicen que por qué no me hago a un lado aceptando con cristiana resignación mi suerte judicial, les digo que lo haría sin dudarlo si fuera útil al país». La situación de Italia, en su opinión, le obliga en cambio a seguir al pie del cañón. El magnate italiano, tres veces primer ministro, ya está inmerso en una nueva campaña electoral y se prepara para un nuevo asalto a la cosa pública.

El histriónico Beppe Grillo recupera el papel de partido bisagra

Aunque la suerte política del país podría depender en parte de él, Beppe Grillo, el cómico y fundador del Movimiento Cinco Estrellas (M5E), no abandona sus modos agresivos. Ayer le tocó aguantar sus andanadas al presidente de la República, Giorgio Napolitano, de quien dijo que «podría seguir los pasos del 'psicoenano' (refiriéndose a Berlusconi) y acabar en arresto domiciliario». Al ser preguntado sobre la posibilidad de que el M5E apoye un nuevo Ejecutivo liderado otra vez por Enrico Letta, zanjó la discusión apostando por la convocatoria de elecciones anticipadas. «Votaremos y reconstruiremos el país con un Ejecutivo del M5E», aseguró Grillo.