Muerte de Prigozhin

El líder de Wagner, Yevgueni Prigozhin, enterrado en secreto en San Petersburgo

El jefe del grupo de mercenarios ha sido despedido sin honores, orquestas, guardia militar ni disparos en una ceremonia a la que no acudió Putin

Con el entierro de Yevgueni Prigozhin, Rusia cierra otro capítulo de su historia reciente. Volvió a ocurrir en agosto, como el golpe de Estado de la URSS, en 1991. Como la crisis del rublo, en 1998. La triste noticia del hundimiento del submarino Kursk también saltó a las portadas de medio mundo en un mes de agosto.

Se sabía que el funeral de Prigozhin tendría lugar este martes, a pesar de los rumores que intentaban alejar a los seguidores de Wagner del lugar del sepelio. Durante esta mañana, fuentes extraoficiales hacían correr el rumor de que el creador del grupo de mercenarios más famoso de Rusia sería enterrado en el cementerio de Serafimovski (lugar donde descansan los padres del presidente Putin). Hasta allí se desplazaron numerosos periodistas a los que se les prohibió el acceso a un camposanto en el que acababan de instalar un detector de metales. Coches fúnebres vacíos y efectivos de la policía llevados expresamente hacían de anzuelo. Solo hacía falta esperar.

Aunque la realidad fue dada a conocer a media tarde a través del gabinete de prensa de Prigozhin. «La despedida de Yevgueni Viktorovich se ha celebrado a puerta cerrada. Quienes deseen despedirse pueden visitar el cementerio de Porojovskoye», rezaba este escueto comunicado.

El lugar elegido, fundado por Pedro I en 1715, tiene un acceso más limitado y se encuentra a las afueras de San Petersburgo. A pesar de haber sido condecorado en vida como «Héroe de la Federación de Rusia», el título más alto con el que se puede reconocer a un ciudadano ruso, Prigozhin fue despedido sin honores, orquestas, guardia militar ni disparos.

El canal ruso TG, citando una fuente anónima, informaba de que la madre de Prigozhin había llegado por la mañana al cementerio, acompañada por representantes del grupo Wagner. Allí pagó las tasas administrativas y la preparación de la tumba. El estrecho camino hacia el lugar donde esperaba la sepultura obligó al coche fúnebre a parar su recorrido, siendo completado a pie por varios miembros de Warner, que portaron a hombros el féretro. En total fueron unas 40 personas quienes acompañaron el cuerpo de Prigozhin al lugar su eterno descanso.