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Los líderes europeos diseñan un plan para una paz duradera en Ucrania
Exigen alcanzar un alto el fuego antes de empezar a negociar el final de la guerra

El hecho de que Donald Trump no haya llegado a un acuerdo con Vladimir Putin sin el consentimiento de Kiev se considera ya de por sí un triunfo para la diplomacia europea, siempre en alerta por la imprevisibilidad del presidente estadounidense ante una guerra en la que está en juego el futuro de todo el Viejo Continente.
Los líderes occidentales se muestran optimistas tras la reunión del lunes con el republicano en la Casa Blanca. Pero lo cierto es que la brecha entre las demandas de Rusia y la disposición de Ucrania a ceder sigue siendo enorme y existe una gran confusión sobre qué propuso exactamente Trump y qué acordó Putin, si es que lo hizo, durante la cumbre de Alaska.
Todas estas cuestiones fueron abordadas ayer, primero en una reunión de la "coalición de los dispuestos" - co presidida por el premier británico Keir Starmer y el presidente francés Emmanuel Macron- y luego en una videoconferencia organizada por el presidente del Consejo Europeo, António Costa, quien volvió a reiterar que la UE está unida en su "apoyo inquebrantable a Ucrania". "Nuestras principales prioridades son detener las matanzas, impulsar el intercambio de prisioneros y asegurar el regreso de los miles de niños secuestrados por Rusia", señaló.
La declaración se hizo eco del comunicado publicado por Downing Street sobre "cómo ejercer más presión, incluso mediante sanciones, sobre Putin hasta que demostrara que estaba dispuesto a tomar medidas serias para poner fin a su invasión ilegal".
Reino Unido y Francia lideran una iniciativa para desplegar una "fuerza de paz”, en caso de que se alcance el alto el fuego, a fin de que Moscú no lleve a cabo una nueva agresión rusa. Pero estos planes requieren el firme respaldo de Estados Unidos. Trump recalca que no habrá tropas estadounidenses sobre el terreno, pero no descarta otras opciones. “Estamos dispuestos a ayudarlos con ciertas cosas, probablemente con operaciones aéreas, porque nadie tiene el tipo de recursos que nosotros tenemos", declaró ayer a la cadena Fox, donde afirmó que los europeos "van a adelantar la ofensiva".
Los jefes de Estado Mayor de los 32 países miembros de la OTAN se reunirán por videoconferencia este miércoles para analizar los últimos acontecimientos. Por su parte, el jefe de las fuerzas armadas británicas, Tony Radakin, asistirá a reuniones en el Pentágono donde comunicará a sus homólogos estadounidenses que el Reino Unido está dispuesto a proporcionar soldados para brindar apoyo logístico y entrenamiento, pero no desplegará tropas cerca de Rusia. Pese a que se había hablado de desplegar hasta 30.000 soldados para proteger las posiciones ucranianas, la propuesta se ha reducido debido a la oposición de algunos países europeos.
Moscú reitera su “categórica oposición a cualquier escenario que implique el estacionamiento de un contingente de la OTAN en Ucrania”, según declaró el Ministerio de Asuntos Exteriores ruso.
Otras propuestas de garantías de seguridad incluyen que los aliados occidentales ofrezcan a Kiev una protección similar a la del Artículo 5, similar al compromiso de defensa colectiva de la alianza, que considera un ataque contra un miembro como un ataque contra todos.
Pero, de momento, todo es difuso. Al igual que la perspectiva sobre la disposición de Putin a reunirse con Zelenski en las próximas semanas para intentar poner fin a una invasión que se alarga ya por tres años y medio. Macron ha propuesto Ginebra como sede de la reunión y un alto funcionario estadounidense declaró a Reuters que Hungría también se estaba considerando.
Sin embargo, el asesor del Kremlin, Yuri Ushakov, solo ha dicho que Putin y Trump discutieron la idea de "elevar el nivel de representantes" en las conversaciones sobre Ucrania, sin aclarar qué implicaría y sin mencionar una posible reunión trilateral con Trump y Zelenski. Por su parte, el ministro de Asuntos Exteriores ruso, Sergei Lavrov, declaró ayer a la televisión estatal que cualquier reunión entre los presidentes ruso y ucraniano tendría que prepararse "muy minuciosamente".
La cuestión que confiere a las cesiones territoriales es la más importante. Lo que Rusia no ha podido conseguir aun combatiendo, lo está exigiendo ahora como condición para firmar la paz. Su prioridad está en la parte occidental de la provincia de Donetsk, que aún se encuentra firmemente en manos ucranianas. Pero no es solo el simbolismo lo que le importa. El verdadero objetivo es obligar a Ucrania a abandonar su estratégicamente crucial "cinturón fortaleza", una línea de 50 km que abarca cuatro ciudades y varios pueblos, y que obstaculiza no sólo el objetivo de Putin de conquistar todo el Donbás, sino también su capacidad de amenazar a otras regiones.
Zelenski ha establecido una línea roja firme contra la cesión de territorios más allá de la ocupación actual o la legitimación del control de Moscú. Las garantías de seguridad para una paz duradera resultan poco convincentes si este “cinturón de fortaleza” se entrega al invasor.
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