
Donald Trump
Lingotes de oro, aviones e incluso nominaciones a los Nobel: los regalos con los que medio mundo quiere agasajar a Trump
Diversos gobiernos y empresarios recurren a regalos llamativos para mantener buenas relaciones con el expresidente, en un contexto de negociaciones comerciales y tensiones políticas

Para ganarse la simpatía del imprevisible presidente Donald Trump y buscar su benevolencia, especialmente en asuntos comerciales como los aranceles, numerosos líderes mundiales y grandes empresarios han recurrido a gestos y regalos llamativos. Desde lingotes de oro hasta aviones y nominaciones al Premio Nobel, las ofrendas han sido variadas y ostentosas, intentando influir en un personaje conocido por su gusto por el lujo y la exhibición.
Un ejemplo reciente tuvo lugar el 6 de agosto, cuando Tim Cook, CEO de Apple, entregó a Trump un obsequio muy especial en el Despacho Oval: un disco de vidrio elaborado en Kentucky, diseñado por un exmilitar empleado por Apple, grabado con el nombre del presidente y presentado sobre un pedestal de oro macizo procedente de Utah. Este regalo buscaba mitigar las críticas de Trump hacia la empresa, que reprocha por no fabricar sus iPhones en Estados Unidos.
El interés por agradar a Trump no es exclusivo del sector tecnológico ni algo nuevo. En marzo pasado, Gianni Infantino, presidente de la FIFA, regaló a Trump una gran escultura dorada del trofeo del Mundial de Clubes, que permaneció varias semanas en la oficina presidencial. En contraste, la presidenta suiza Karin Keller-Sutter, cuyo país enfrenta aranceles de hasta el 39% en EE. UU., no logró concretar una reunión con Trump durante una reciente visita urgente a Washington, evidenciando que no todos los líderes reciben el mismo trato.
Uno de los regalos más comentados es el que el emirato de Qatar le entregó a Trump: un Boeing 747 para usar como avión presidencial. A pesar de las críticas y acusaciones de posibles conflictos de interés desde la oposición demócrata, Trump defendió la aceptación de esta aeronave, calificándola de “estúpido” rechazar un regalo valorado en unos 400 millones de dólares. Este tipo de gestos forma parte de una estrategia internacional para congraciarse con el presidente, en medio de su política proteccionista global.
En otra esfera, el primer ministro de Camboya, Hun Manet, y el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, han propuesto a Trump como candidato al Premio Nobel de la Paz. Esta nominación se suma a la del primer ministro pakistaní, reflejando el interés de ciertos gobiernos por fortalecer la relación con Estados Unidos bajo su liderazgo.
Por último, en el Reino Unido, el líder laborista Keir Starmer llevó una carta firmada por el rey Carlos III para invitar a Trump a una visita oficial, en un intento de conectar con el presidente, quien siente fascinación por las monarquías. Durante su estancia en Escocia, Trump también fue recibido para visitar dos complejos de golf de su familia. Pese a estas muestras de atención, el Reino Unido afronta aranceles del 10% en sus exportaciones a EE. UU., aunque esta tasa es inferior a la aplicada por otros bloques, como la Unión Europea con un 15%.
Así, mientras Trump sigue mostrando una inclinación hacia los regalos ostentosos y las exhibiciones de poder, gobiernos y empresarios intentan descifrar la fórmula para mantener su favor.
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