Deportaciones
Llega a Albania el primer barco militar con 16 migrantes fletado por Italia
Son diez egipcios y seis bangladeshíes rescatados el pasado domingo en aguas del mar Mediterráneo
El proyecto 'estrella' de la primera ministra de Italia, Giorgia Meloni, para hacer frente a la inmigración irregular externalizando la gestión de los flujos migratorios fuera de la Unión Europea (UE) comienza a dar sus primeros pasos. Después de un año de anuncios y retrasos, un buque de la Marina militar italiana llegó este miércoles a Albania con los primeros 16 migrantes rescatados en el Mediterráneo central, que Roma internará en los centros de identificación y retención construidos por el Gobierno italiano en el país balcánico.
Se trata de un total de diez personas procedentes de Bangladesh y seis de Egipto que fueron sometidos a un proceso de identificación en el mismo puerto de llegada en la localidad albanesa de Schenhgjin, donde Italia ha levantado un primer centro para gestionar las llegadas. En las próximas horas, los inmigrantes serán trasladados a un segundo centro en la vecina localidad de Gjader, donde esperarán alrededor de un mes hasta que las autoridades italianas decidan sobre sus solicitudes de asilo en el país transalpino. En caso de ser aceptada, serán trasladados a Italia. Sin embargo, si las autoridades italianas consideran que no tienen derecho a la protección internacional, deberán esperar en Albania para ser repatriados a sus países de origen.
Antes de desembarcar en suelo albanés, los migrantes que viajaban en la nave militar italiana 'Libra' fueron sometidos a un primer control a bordo para verificar que cumplían los requisitos: hombres no vulnerables procedentes de países considerados seguros, según indicó el Ministerio del Interior italiano.
Organizaciones humanitarias como Amnistía Internacional o Médicos Sin Fronteras (MSF) expresaron su “inquietud” por el comienzo de los traslados a centros de acogida fuera de la UE de los migrantes rescatados en Mediterráneo central. “Es probable que la última estrategia de Italia para eludir y externalizar sus responsabilidades respecto a las personas que buscan seguridad y protección se traduzca en más abusos y violaciones de los derechos humanos”, denunció en un comunicado MSF.
Según esta ONG, la medida impedirá el acceso a la protección internacional que otorga el asilo porque “es imposible evaluar adecuadamente la vulnerabilidad de las personas mientras están en un barco en alta mar”, declaró Juan Matías Gil, responsable de búsqueda y rescate de Médicos Sin Fronteras.
El protocolo entre Roma y Tirana firmado el año pasado e impulsado por el Gobierno ultraderechista que lidera Meloni está inspirado en la propuesta fallida del ex primer ministro británico Rishi Sunak de deportar a Ruanda a los 'sin papeles' del Reino Unido. El acuerdo, que estará vigente al menos durante los próximos cinco años, permitirá a Italia utilizar dos zonas en territorio albanés, una en el puerto de Shengjin y otra en en el de Gjader, a 20 kilómetros de distancia, donde podrá trasladar a un máximo de 36.000 personas al año. En esta última zona Italia ha construido varias estructuras que servirán para procesar las solicitudes de asilo o expulsión de los migrantes rescatados en aguas internacionales por barcos italianos.
El primer centro, donde ya han sido trasladados los primeros 16 migrantes, tiene capacidad para unas 880 personas y acogerá a los solicitantes de asilo, que sólo podrán permanecer 28 días. En la segunda estructura, con 144 plazas, esperarán para ser repatriados. Existe además un tercer edificio con 20 plazas que hará las funciones de una pequeña prisión. Los tres centros son administrados por las autoridades italianas, mientras que la policía albanesa se encarga de realizar actividades de vigilancia en el exterior.
Meloni reivindicó este martes el acuerdo suscrito con Albania como “un buen ejemplo” a imitar por el resto de socios europeos. La primera ministra subrayó que todo el proceso se desarrolla “bajo jurisdicción italiana y europea”, aunque los migrantes tengan que esperar en un tercer país, que no pertenece a la UE, a que se resuelva su solicitud de asilo.
A pesar de las reticencias iniciales, el acuerdo ha recibido el beneplácito explícito de la presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, que esta semana en una carta dirigida a los Veintisiete hizo un llamamiento a abrir el debate sobre la creación de centros de deportación fuera de la UE siguiendo el ejemplo italiano. “Con el inicio de las operaciones del protocolo entre Italia y Albania, podremos sacar lecciones de esta experiencia práctica”, aseguró.
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