Reino Unido
Llegan los primeros inmigrantes al "barco de la vergüenza"
El Gobierno británico traslada a unos 50 solicitantes de asilo hasta el puerto de Portland, donde se ubica la polémica "cárcel flotante"
Tras múltiples aplazamientos en el calendario, el Gobierno británico comenzó este lunes finalmente a enviar a los primeros inmigrantes al "Bibby Stockholm" como parte de su controvertida nueva política migratoria. El gran buque de tres pisos con 222 camarotes del puerto de Portland (Inglaterra) ha sido bautizado por muchos como el “barco de la vergüenza”.
Las ONGs e incluso diputados del Partido Conservador, como el tory Richard Drax, aseguran que se trata de “una prisión flotante”. Pero el Ejecutivo lo describe como “alojamiento básico y funcional”, asegura que será más barato que los hoteles que se utilizan ahora para albergar a los alrededor de 51,000 solicitantes de asilo con un coste al contribuyente de alrededor de 6 millones de libras por día y, ante todo, espera que sirva como medida disuasoria para los que planean cruzar el Canal de la Mancha.
En lo que va de año, alrededor de 15.000 personas han utilizado esta vía para llegar a la costa británica. Supone un 15% menos que el año pasado, pero siguen siendo cifras cargadas de simbolismo político, sobre todo cuando queda un año para las generales, ya que el Ejecutivo prometió que el Brexit permitiría recuperar “el control de la fronteras”.
La llegada de los primeros inmigrantes ayer al "Bibby Stockholm" fue a cuentagotas, ya que muchos de ellos lograron evitar el traslado tras la intervención legal de algunas ONG, como Care4Calais. En el puerto, había manifestantes que acusaban al Gobierno de propiciar un trato “inhumano”. Y también había protestas de locales preocupados por el impacto que tendrá la llegada de inmigrantes en los servicios sociales de la localidad.
Todas las personas a bordo serán solicitantes de asilo masculinos adultos solteros de entre 18 y 65 años a los que se les habrá sometido a evaluaciones de salud física y mental. Las ONG insisten no obstante que retener “a personas que han pasado por experiencias traumáticas en el mar, especialmente en un barco flotante, es cruel”.
Se desconoce cuánto tiempo estarán a bordo mientras se tramita su solicitud de asilo. En 2021, la espera promedio en Reino Unido fue de 15,5 meses, en comparación con los 8,5 meses en Francia, 6,5 meses en Alemania o poco más de tres meses en Austria. El retraso en Reino Unido ha creado un cuello de botella de más de 172.000 personas. El primer ministro, Rishi Sunak, se comprometió a resolver, para fines de 2023, 92.601 casos de asilo registrados antes de junio de 2022.
Pese a que Sunak se ha mostrado mucho más pragmático que sus antecesores en Downing Street en materia de inmigración está adoptando una línea aún más radical consciente de la importancia que tiene este tema entre el electorado. El mes pasado, aprobó una controvertida ley con la que, a partir de ahora, se detendrá y expulsará a todos los que lleguen por vías irregulares, algo que reconoce que puede ser “incompatible” con la Convención Europea de Derechos Humanos.
El plan es mandar a los inmigrantes a Ruanda, país al que Londres ha pagado 140 millones de libras. Pero la medida fue declarada ilegal el pasado mes de junio por la justicia británica. En concreto, la Corte de Apelación recalcó que “las deficiencias en el sistema de asilo de Ruanda son tales como para admitir que existen bases sólidas para creer que haya un riesgo real de que las personas enviadas a aquel país sean devueltas a sus países de origen y acaben sufriendo persecución o trato inhumano, cuando de hecho tendrían argumentos para recibir asilo”.
A finales del año pasado, el Tribunal Superior dio luz verde a la medida, pero los afectados -respaldados por diferentes ONG como el Alto Comisionado para los Refugiados de Naciones Unidas (ACNUR)- recurrieron y la Corte de Apelaciones les dio la razón. No obstante, el Gobierno ha recurrido ante el Supremo. La vista se espera para octubre.
Entre tanto, los ministros están valorando opciones alternativas como la Isla Ascensión, un territorio británico de ultramar situado en el medio del Atlántico. Asimismo, también está en negociaciones con otros países para mandar a inmigrantes, entre ellos, Ghana, Nigeria, Namibia, Marruecos y Níger, que actualmente se encuentra en medio de un golpe militar.
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