Terrorismo yihadista
Los esclavos del califato
Los coptos se marchan a Libia en busca de trabajo pero acaban en las redes del EI. Seis cristianos permanecen secuestrados.
En sus pasaportes aparecen nombres cristianos que no son típicos en Oriente Medio y todos llevan una cruz tatuada en su mano derecha, dos señas que les hacen ser blanco fácil de los ataques islamistas. La comunidad copta supone el 10% de la población egipcia y ha sido históricamente objeto de violencia en la región. Tras la caída de Mubarak, quien tampoco fue tolerante con las minorías religiosas, y la llegada al poder de los Hermanos Musulmanes su situación no hizo más que empeorar. Aunque el golpe de Estado que bajó del poder a Mursi y provocó el ascenso del general Al Sisi, hoy presidente del país, supuso para ellos un alivio. Aun así, como se ha demostrado con la decapitación de 21 coptos a manos del Estado Islámico en Libia, siguen siendo el foco de sangrientos ataques islamistas. El investigador por los derechos de las minorías y las libertades en Egipto Mina Thabet está en contacto con las familias de los asesinados, los cuales son de origen muy humilde, y les está ayudando en su duelo. Pero Thabet tampoco se olvida de otros coptos que llevan desaparecidos desde agosto en el país vecino. El jueves, este activista acompañó a las familias en su audiencia con el número dos del ministerio de Exteriores en El Cairo. «Están devastadas», asegura. La comunidad copta, por la mala situación laboral y la falta de oportunidades en Egipto ha emigrado a Libia en busca de una nueva vida. «Eligen este país porque es la opción más barata. Aunque una vez allí, sus condiciones laborables tampoco es que sean una maravilla, no están asegurados, ni bien pagados», afirma. Además, asegura que a pesar de que Al Sisi prometió antes de llegar al poder ayuda los coptos, muchas de estas medidas no se han aplicado. Desconfía también de que, como ha dicho el presidente, se vaya a construir una iglesia en memoria a los coptos decapitados. «De momento sólo es una promesa. Espero que lo cumpla, pero durante más de dos años no ha reconstruido muchas de las iglesias que fueron saqueadas y demolidas por los extremistas. ¿Por qué iba a hacerlo ahora? También hizo la misma promesa cuando en febrero de 2014 siete coptos fueron asesinados en Bengasi (Libia) por el grupo extremista Ansar al Sharia. Hace un año, el Gobierno prometió compensaciones económicas a sus familiares, empleo y la construcción de una iglesia. Nada de eso ocurrió», afirma. Tras la decapitación de los 21 religiosos, Thabet asegura que hay más miembros de su comunidad secuestrados por el EI. «En agosto seis coptos y un musulmán egipcios fueron secuestrados. No se sabe nada de ellos desde entonces. Las familias están desesperadas. En el Ministerio de Asuntos Exteriores, Badr Abdel Aty, nos ha prometido más esfuerzos y nos ha dicho que lo más probable es que no estén muertos, porque no se ha sabido de ninguna otra matanza. Ojalá simplemente estén siendo forzados a trabajar gratis, como esclavos, y no estemos ante otro secuestro yihadista», aseguraThabet, quien confía en que la situación con los coptos no llegue a los niveles de violencia y crueldad que se vive en Siria e Irak.
✕
Accede a tu cuenta para comentar