Política

Suecia

Los populistas gobiernan ya en cinco países de la UE

El tabú de los partidos tradicionales a aliarse con fuerzas eurófobas ha quedado atrás en Italia, Austria, Hungría, Polonia y Finlandia

El líder del partido ultraderechista Demócratas Suecos, Jimmie Akesson/REUTERS
El líder del partido ultraderechista Demócratas Suecos, Jimmie Akesson/REUTERSlarazon

El tabú de los partidos tradicionales a aliarse con fuerzas eurófobas ha quedado atrás en Italia, Austria, Hungría, Polonia y Finlandia

El tradicional eje izquierda-derecha ha dado paso en los últimos años en Europa a la unión entre los viejos partidos y las nuevas formaciones populistas. Actualmente, la extrema derecha xenófoba y eurófoba gobierna en cinco de los 28 socios de la UE y en Dinamarca es socio parlamentario del Gobierno.

SUECIA

Su origen se remonta a 1998, cuando nacen los Demócratas Suecos (DS) como refundación del partido neonazi «Mantén Sueca a Suecia». En aquellas elecciones apenas logró un 0,4%. Hubo que esperar a que Jimmie Akesson y su equipo se hicieran con las riendas de la formación en 2015 para emprender una campaña de lavado de imagen que la hiciera elegible ante el electorado. En 2012, pusieron en marcha una política de «tolerancia cero» contra sus miembros más extremistas que ha supuesto la expulsión de un centenar de personas por sus lazos neonazis o su apología del racismo en las redes sociales. Fruto de estas purga es la eliminación de la organización juvenil del partido, cuyos antiguos miembros han formado recientemente una nueva formación aún más a la derecha, Alternativa para Suecia (AfS). Prueba de los constantes escándalos que protagoniza el partido es un vídeo que muestra a dos de sus diputados golpeando con tubos de hierro a inmigrantes en Estocolmo.

En declaraciones a LA RAZÓN, Nicholas Aylott, profesor de Ciencias Políticas de la Universidad de Södertörn de Estocolmo, reconoce que «para muchos votantes, activistas y políticos, el pasado de SD es absolutamente relevante. Las personas que conozco, por ejemplo, realmente creen que la democracia sueca estaría en grave peligro si llegara a estar cerca del poder». Sin embargo, matiza que «entre un quinto y un cuarto del electorado, tales escándalos ahora tienen poco o ningún impacto. Probablemente vean un voto por SD como un medio de protesta más que como una elección sobre el próximo Gobierno».

NORUEGA

El país fue el laboratorio europeo de un Gobierno de coalición entre los conservadores de Erna Solberg y el Partido del Progreso (Fr) en 2013. Ambas formaciones repitieron la coalición tras las elecciones de 2017, pero los populistas continuaron el declive iniciado cuatro años antes y cayeron al 15,3%, tras socialdemócratas y conservadores.

DINAMARCA

DS se ha puesto como modelo a seguir el Partido del Pueblo Danés (DF), que desde 2001 apoya parlamentariamente a sucesivos Gobiernos liberales a cambio de restringir la otrora generosa política migratoria del país nórdico. Fue el segundo partido en 2015 (20,6%).

FINLANDIA

Tras los pasos de Noruega, Finlandia también constituyó en 2015 un tripartido de derechas que incluía a los ultrancionalistas Verdaderos Finlandeses de Timo Soini, actual ministro de Exteriores, que quedó como tercera fuerza con el 17,7%.

AUSTRIA

En unas las elecciones anticipadas de hace un año, la inmigración polarizó el debate político de tal forma que socialdemócratas (SPÖ) y conservadores (PPÖ), los partidos que se han turnado en el poder desde el final de la II Guerra Mundial, perdieron influencia a favor del Partido Liberal (FPÖ) de Hans Christian Strache, que quedó en tercera posición con el 26% de los votos, a menos de un punto del SPÖ. Sebastian Kurz llegó en diciembre a la cancillería tras un pacto de coalición con los populistas que le permitió gobernar.

FRANCIA

La segunda vuelta de las presidenciales francesas de mayo de 2017 dibujaron ese nuevo eje establishment versus populismo. Emmanuel Macron se impuso a la ultraderechista Marine Le Pen con el 66% de los votos frente al 33% de la hija del fundador del Frente Nacional, Jean Marie Le Pen que se enfrentó a Jacques Chirac en 2002.

ALEMANIA

Como en Suecia, la crisis de refugiados de 2015 dio la ultraderecha alemana el oxígeno que le faltaba para entrar en el Parlamento, del que se quedó fuera en 2013 por un puñado de votos. En cambio, hace un año irrumpió como tercera fuerza con el 12,6%. Según los últimos sondeos, ya superaría a los socialdemócratas del SPD y sería la segunda tras los democristianos de Merkel (CDU/CSU).

ITALIA

La Liga Norte fue una de las grandes triunfadoras de las elecciones italianas de marzo. No solo superó por primera vez a Forza Italia de Silvio Berlusconi en la coalición de derechas con el 17,4%, sino que logró formar una agrupación antisistema con el Movimiento 5 Estrellas.

PAÍSES BAJOS

Tras una encarnizada campaña, el Partido de la Libertad de Geert Wilders quedó segundo en las elecciones de 2017 con 13,1%, por debajo de su máximo histórico logrado en 2010 (15,5%),

HUNGRÍA

Aunque pertenece a la familia del Partito Popular Europeo (PPE), la política del Fidesz está más proxima al populismo de derechas, con los que comparten sus ultranacionalismo y su rechazo a los refugiados.

POLONIA

El regreso del partido Ley y Justicia al poder en 2015 ha supuesto un deterioro del sistema democrático polaco. Especial preocupación despierta en la Comisión Europea la reforma judicial, que acaba «de facto» con la independencia judicial.

GRECIA

El ultraderecista Amanecer Dorado no oculta su condición neonazi. Es el tercer partido con el 7%, detrás de la izquierdista Syriza y la conservadora Nueva Democracia.