Siria

Los rebeldes aliados de Turquía toman el centro de la ciudad siria de Ras al Ain

Las autoridades kurdas elevan a casi 200.000 la cifra de desplazados desde el inicio de la ofensiva

Un vehículo transporta a una combatiente pro-Turquía hoy en el distrito de Akcakale/Efe
Un vehículo transporta a una combatiente pro-Turquía hoy en el distrito de Akcakale/Efelarazon

Los rebeldes sirios aliados de Turquía se han hecho este sábado con el control del centro de la localidad de Ras al Ain, situada en el noreste de Siria, uno de sus principales objetivos en los cuatro días de ofensiva contra las milicias kurdas y tras varias horas de intensos bombardeos sobre la zona. Los bombardeos han sido constantes en la localidad, y donde han podido verse columnas de humo desde la frontera, según un periodista de Reuters. Una fuente turca ha confirmado que “el Ejército Nacional (Sirio) se ha hecho con el control de la zona centro esta mañana”. “Se están llevando a cabo inspecciones en zonas residenciales”, ha asegurado.

En el otro punto neurálgico de la ofensiva, Tel Abyad, unos 120 kilómetros al este, tan solo se han registrado este sábado ataques puntuales de artillería, si bien en cualquier caso no hay indicios de que Turquía vaya a bajar el ritmo tras la petición de Estados Unidos de interrumpir sus avances.

El Ministerio de Defensa de Turquía ha elevado a 415 el número de milicianos “neutralizados” desde el miércoles, cuando el presidente, Recep Tayyip Erdogan, dio orden de empezar las operaciones contra Estado Islámico y, especialmente, contra las Unidades de Protección Popular (YPG) kurdas. El Observatorio Sirio de Derechos Humanos ha asegurado, por su parte, que 74 miembros de las Fuerzas Democráticas Sirias (FDS) -dentro de las cuales se integran las YPG- han perdido la vida, la mayoría en la zona de Tel Abyad. Entre los rebeldes apoyados por Turquía, la cifra de bajas sería de 49, según este grupo. En cuanto a la población civil, el Observatorio ha elevado este sábado a 20 el número de muertos, también la mayoría en Tel Abyad, aunque ha confirmado dos fallecidos en la ciudad de Qamishli.

La ONU calcula que la cifra de desplazados ronda ya los 100.000, aunque las autoridades de la zona kurda de Siria han elevado dicho balance a más de 190.000, cuando el día anterior eran apenas 75.000. Según esta administración, los ataques han derivado en sucesivas oleadas de desplazados desde Dayrik -también conocido como Al Malikiya- hacia la frontera con Irak.

Riesgo de fuga en una cárcel de yihadistas

Por otra parte, un coche bomba ha explotado la pasada madrugada en una cárcel que alberga a miembros de Estado Islámico en la ciudad de Hasaka, también en el noreste de Siria, lo que ha obligado a las fuerzas de seguridad kurdas a enviar refuerzos para impedir una fuga masiva.

El viernes, las FDS ya habían informado de la huida de cinco supuestos miembros de Estado Islámico de una cárcel de Qamishli tras la caída de un proyectil turco en las inmediaciones. Las autoridades kurdas han alertado en los últimos días de la posible huída de terroristas actualmente retenidos.

Irán se ofrece a mediar entre las partes

En el terreno de la diplomacia, siguen las declaraciones y los gestos de algunos países por evitar que el conflicto vaya a más. Con el vacío dejado por las tropas de EE UU, una decisión de Trump muy criticada tanto dentro como fuera de su país, surgen muchos miedos en la región.

el ministro de Exteriores iraní, Mohamad Yavad Zarif, ha ofrecido la mediación de Teherán para tratar de garantizar la seguridad en zonas fronterizas entre Siria y Turquía. Zarif ha justificado esta oferta en el Acuerdo de Adana, un pacto sellado hace 21 años y en el que cual se instaba al Gobierno de Siria a no albergar a miembros del Partido de los Trabajadores del Kurdistán (PKK). Turquía considera que dicho acuerdo nunca llegó a implantarse, pero el jefe de la diplomacia entiende que “aún es válido” y “puede ser la mejor vía para lograr la seguridad” de la zona. “Irán puede ayudar a acercar a los kurdos sirios, el Gobierno sirio y Turquía para que el Ejército sirio y Turquía puedan vigilar la frontera”, ha dicho en una entrevista a la cadena estatal TRT que ha difundido en redes sociales.

El ministro de Exteriores turco, Mevlut Cavusoglu, aseguró el jueves que el Acuerdo de Adana, suscrito en 1998, solo podría aplicarse si antes hay una resolución política de la guerra en Siria. Asimismo, advirtió de que sería necesario que el régimen de Bashar al Asad controlase la parte noreste del país, algo que por el momento no ocurre.