Estado Islámico
Los veinte rehenes del Estado Islámico
El Estado Islámico ha decapitado a su tercer rehén, David Haines, un británico de 44 años y ahora amenazan con cortar la garganta de otro rehén británico, identificado como Alan Henning, dejando claro que no piensan frenar su chantaje contra los gobiernos que actúan contra ellos. Pocas horas antes de que Haines fuera ejecutado, la familia del trabajador humanitario envió un mensaje al Estado Islámico pidiendo su liberación e intentando abrir una vía de diálogo con los radicales, que evidentemente falló. No era la primera vez que las familias de los rehenes trataban de lograr su liberación, con lágrimas y súplicas, y también con negociaciones, supuestamente desaprobadas o, incluso, impedidas por los gobierno de Washington y Londres. La política de EE UU y Reino Unido es la de no pagar rescates, ni hacer concesiones ante los terroristas que piden, además de dinero, la liberación de presos yihadistas en cárceles occidentales. Según la Prensa americana, los captores de Foley pidieron un rescate de 100 millones de euros por él, poco antes de ejecutarle, pero el Gobierno estadounidense advirtió a la familia de que no pagaría el rescate. Los parientes de Sotloff también habrían intentado obtener la liberación del reportero, que fue supuestamente vendido al Estado Islámico por rebeldes sirios «moderados» por entre 20.000 y 40.000 euros aproxiamadamente, según desveló su familia, pero negó posteriormente la Casa Blanca.
Las contradicciones y tensiones entre las familias de las víctimas y el Gobierno americano dan a entender que hubo intentos de negociar por parte de los parientes, frustrados ante la negativa de Washington a dialogar con los terroristas. Aun así, desde el comienzo de la ofensiva americana contra el EI en Irak, hubiera sido muy poco probable la liberación de los rehenes estadounidenses, que representan ahora mismo su única arma contra los bombardeos de EE UU. En estos momentos se calcula que hay al menos 20 rehenes extranjeros en manos del EI en Siria, donde el grupo tiene su principal bastión en Raqa, provincia en la que se cree que mantienen secuestrados a los cautivos, todos ellos trabajadores humanitarios, periodistas y fotógrafos. En este grupo, podrían estar dos jóvenes cooperantes italianas, que fueron secuestradas durante el verano, aunque Roma no ha confirmado que se encuentren en manos del EI.
Los gobiernos, organizaciones y familias de los rehenes tratan de que no se publiciten sus raptos, para intentar lograr una liberación que, en el caso de los europeos, ha sido lograda anteriormente mediante el pago de rescates. La negociación con el Estado Islámico es más difícil que con otros grupos rebeldes islamistas como la filial de Al Qaeda en Siria, el Frente de Al Nusra. Asimismo, los occidentales secuestrados se han convertido en la principal arma de guerra del EI para luchar contra los bombardeos de Estados Unidos contra sus bases en Irak y en Siria que empezaron el pasado mes de agosto.
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