Rusia

La lujosa vida de la familia del fundador del Grupo Wagner

La mujer, la madre y los hijos de Prigozhin han sabido esquivar las sanciones internacionales

Yevgueni Prigozhin, en un cementerio de mercenarios de Wagner al sur de Rusia
Yevgueni Prigozhin, en un cementerio de mercenarios de Wagner al sur de Rusia AFP

Yevgueni Prigozhin era un perfecto desconocido para el gran público antes de la entrada a escena del Grupo Wagner en la guerra de Ucrania. Aunque su presencia era más que notable en temas tan delicados como la presunta manipulación de varios procesos electorales a lo largo y ancho del planeta o el eco de los disparos de sus soldados en los rincones más recónditos del mapa. Prigozhin, el oligarca que comenzó su andadura profesional vendiendo perritos calientes en las calles de San Petersburgo ha terminado sirviendo en bandeja al mismísimo presidente de Rusia la «cabeza» de algún adversario. El también conocido como «chef de Putin» accedió al mandatario a través de los platos que servía en sus lujosos restaurantes de la antigua capital rusa y se ha usado esas influencias para agrandar un imperio empresarial de medidas exacerbadas.

El confidente de Putin está acusado por EE UU de crear una «fábrica de trolls» en internet con el objetivo de influir en las presidenciales que le dieron la victoria a Donald Trump en 2016. El Departamento del Tesoro ya ha anunciado nuevas sanciones contra él, por «dirigir los esfuerzos rusos para influir en las elecciones de mitad de mandato en EE UU en 2018». Demasiado poder para un hombre de 58 años, que ha pasado nueve de ellos en la cárcel.

Constantemente en el ojo del huracán, Prigozhin también es el jefe de un clan familiar no tan conocido. El miembro más longevo del mismo es su madre, Violetta Prigozhina, que con 83 años puede presumir de haberle ganado a la UE en los tribunales después de que fuese sancionada por apoyar a Wagner. Sus abogados convencieron a los jueces de la primera sala del Tribunal General de la UE en Luxemburgo de que no tenía vínculos económicos con su hijo ni con su empresa principal, Concord. Se levantaron las restricciones en su contra y se ordenó al Consejo de la UE que pagara sus costas legales. A pesar de ello, Reino Unido y Canadá mantienen sus sanciones en contra de la anciana, muy conocida en los ambientes peterburgueses del arte por ser la propietaria de una galería y pintar cuadros al óleo.

El 20 de febrero del año pasado, cuatro días antes del comienzo de la invasión rusa de Ucrania, Veronika Prigozhina, la hija menor del magnate, compitió en un evento de salto «amateur» en Oliva, cerca de Valencia montando un caballo gris llamado Dithara y terminó en cuarto lugar. Su otra hija, Polina, también jinete, ha competido en diversos eventos ecuestres internacionales a pesar de que su padre ya estaba bajo sanciones, según la Federación Internacional de Deportes Ecuestres (FEI), el organismo rector de la equitación, que muestran cómo desde 2014 Veronika y Polina, la hija mayor de Prigozhin, compitieron fuera de Rusia en cientos de eventos con caballos llamados Happy Feet, Brunetti y Zitana en certámenes celebrados en Alemania, Francia, Portugal, Italia, Bélgica y España. Ninguno de los caballos montados por las hijas de Prigozhin estaba registrado a su nombre en la federación internacional.

A finales de 2019, ya con sanciones adoptadas contra el patrimonio personal de Prigozhin, incluido su jet privado, casi todos los caballos montados por sus dos hijas fueron registrados de nuevo en la federación ecuestre rusa a nombre de otras personas. Entre ellos estaba el purasangre Cazapiloko. Polina siguió compitiendo con ese mismo caballo.

Businessman Yevgeny Prigozhin, left, serves food to Russian Prime Minister Vladimir Putin, center, during dinner at Prigozhin's restaurant outside Moscow, Russia, Friday, Nov. 11, 2011.
Businessman Yevgeny Prigozhin, left, serves food to Russian Prime Minister Vladimir Putin, center, during dinner at Prigozhin's restaurant outside Moscow, Russia, Friday, Nov. 11, 2011. Misha JaparidzeAgencia AP

Los miembros de la familia directa del fundador del grupo Wagner no se pueden considerar beneficiarios pasivos de su riqueza. En 2022, EE UU dijo que tanto su hija Polina como su hijo Pavel y su esposa Lyubov «desempeñaban varios roles en la empresa comercial de Prigozhin», que se beneficia de «su estatus de favorito dentro de la élite de Rusia».

Pavel habría luchado con el grupo paramilitar en Siria siendo incluso condecorado con la «cruz negra», la medalla de Wagner. La esposa de Prigozhin, Lyubov, desempeña «varios roles en [su] empresa comercial», junto con otros miembros de la familia, según Washington. Los registros muestran cómo los hijos de Prigozhin han sido propietarios de numerosas acciones en las empresas de su padre, que han llegado a intercambiar varias veces entre ellos.

En 2019, Polina se convirtió en accionista de una empresa rusa llamada Lakhta Plaza, que el Tesoro de EE UU sancionaría más tarde, en marzo de 2022. Lakhta Plaza, ahora bajo el control de Pavel, según documentos internos de la firma, ha compartido un auditor y número de teléfono con empresas rusas que han enviado equipos industriales pesados a empresas mineras y madereras en África que han sido posteriormente sancionadas por los Estados unidos y la Unión Europea por ser fachadas de Wagner.

Veronika, la hija menor del oligarca, que cumplió la mayoría de edad el pasado mes de marzo, es ahora el único miembro de su familia directa cuyo nombre no se encuentra entre los señalados por las sanciones occidentales, un hecho del que la familia Prigozhin parece estar al tanto. Los registros corporativos rusos muestran que, a fines del año pasado, Veronika se convirtió en propietaria de una antigua empresa familiar que ahora controla un hotel en San Petersburgo.