Escalada

Luz verde al Pentágono para entrar a Ucrania y reparar los F-16 y los sistemas Patriot averiados

El Gobierno de Biden ha decidido levantar una restricción clave que, hasta ahora, impedía a contratistas militares estadounidenses trabajar dentro de Ucrania

Ucrania.- Dinamarca envía un nuevo lote de cazas F-16 a Ucrania
Ucrania.- Dinamarca envía un nuevo lote de cazas F-16 a UcraniaEuropa Press

El Gobierno de Joe Biden ha decidido levantar una restricción clave que, hasta ahora, impedía a contratistas militares estadounidenses trabajar dentro de Ucrania en la reparación de equipos suministrados por Estados Unidos. Esta medida, aprobada recientemente, permite al Pentágono adjudicar contratos a empresas estadounidenses para operar en Ucrania por primera vez desde el inicio de la invasión rusa en febrero de 2022, según informó un alto funcionario a la cadena de noticias CNN.

Hasta este mes, la política de Washington había prohibido que ciudadanos estadounidenses vinculados a empresas de defensa ingresaran a Ucrania para realizar labores de mantenimiento de armas, dejando estas tareas en manos de técnicos ucranianos o en centros de reparación situados fuera del país. Sin embargo, el cambio de estrategia abre la posibilidad de una presencia directa de contratistas que puedan ayudar a las Fuerzas Armadas de Ucrania en la reparación de equipos clave en territorio ucraniano, aunque siempre bajo estrictas medidas de seguridad y lejos de las zonas de combate.

Según el funcionario que habló con CNN, se trata de una medida que refleja la creciente complejidad y el desgaste de los equipos suministrados por Washington, especialmente en lo que se refiere a aviones de combate F-16 y sistemas de defensa antimisiles Patriot. "Ambos requieren un alto grado de especialización técnica para su mantenimiento", explicó el funcionario, subrayando que estos contratistas estarán específicamente enfocados en tareas de reparación y mantenimiento, sin ninguna participación directa en operaciones de combate contra las fuerzas rusas.

La autorización para que los contratistas operen en Ucrania llega en un momento de tensión política en Estados Unidos, ya que se aprobó pocos días antes de las elecciones del 5 de noviembre, en las que el expresidente Donald Trump salió victorioso. Este cambio en la política militar podría interpretarse como un intento del actual Gobierno de reafirmar su compromiso con la defensa de Ucrania, incluso en un contexto de creciente debate interno sobre la prolongación del apoyo militar a Kiev.

A la par que se confirma la entrada de los contratistas, el Pentágono ha iniciado un proceso de licitación para contratar a un “pequeño número” de empresas que tengan la experiencia técnica necesaria para colaborar en la reparación de estos sistemas de defensa avanzados. Esta medida, además, podría acelerar los tiempos de respuesta en el campo de batalla, dado que permitirá que el equipo militar estadounidense en manos de las fuerzas ucranianas pueda regresar al frente con mayor celeridad.

El despliegue de estos contratistas tiene como objetivo asegurar que el costoso y complejo armamento que EE.UU. ha proporcionado a Ucrania continúe operando de manera efectiva en el terreno. De hecho, el esfuerzo estadounidense por mantener el estado operativo de los F-16 y los sistemas Patriot ha cobrado una importancia crucial en un conflicto que sigue sin resolverse a casi dos años de su inicio. La necesidad de experiencia técnica se ha hecho más urgente conforme el desgaste de estos equipos y la sofisticación de las ofensivas rusas han incrementado las demandas de reparación.

La presencia de estos contratistas también permitirá aliviar la presión sobre el personal militar ucraniano, que hasta ahora ha asumido la carga de reparar estos sistemas con formación proporcionada a través de Estados Unidos y otros aliados. Aunque se ha entrenado a muchos técnicos ucranianos para mantener el equipo militar estadounidense, los F-16 y los sistemas Patriot requieren conocimientos técnicos complejos que solo algunos contratistas especializados poseen, lo cual ha limitado la capacidad ucraniana de mantener el material bélico en pleno funcionamiento.

A pesar del impacto potencial de esta decisión en el campo de batalla, existen dudas sobre la continuidad de esta política. Aunque la administración de Biden ha aprobado esta medida, su futuro dependerá de la postura del presidente electo, Donald Trump, quien asumirá la presidencia el 20 de enero de 2025. Trump ha declarado en repetidas ocasiones que tiene la intención de finalizar la guerra en Ucrania "en 24 horas" después de asumir el poder, aunque no ha ofrecido detalles sobre cómo lograría esta promesa.

La entrada de contratistas estadounidenses en Ucrania podría ser un tema espinoso para la administración entrante, que podría optar por revertir esta decisión como parte de su compromiso de reducir la implicación de EE.UU. en el conflicto. Trump ha sido crítico con las políticas de apoyo militar a Ucrania y podría ver esta medida como un paso hacia una mayor involucración directa de Estados Unidos en el conflicto.

En el contexto de un conflicto que sigue sin señales claras de resolución, el apoyo logístico y técnico proporcionado por Estados Unidos a través de sus contratistas representa un respaldo significativo a la defensa ucraniana, que se enfrenta a una de las campañas militares más desafiantes en su historia reciente. Los F-16 y los sistemas Patriot son considerados activos de alto valor en la defensa contra los ataques aéreos y misiles rusos, y mantener estos sistemas en funcionamiento es fundamental para la estrategia de defensa de Kiev.

Al permitir que contratistas especializados trabajen en Ucrania, Washington asegura un apoyo más efectivo y rápido para las tropas ucranianas, lo cual podría jugar un papel clave en los meses venideros. Sin embargo, la continuidad de esta medida depende del respaldo político y de la capacidad de la administración entrante de Trump para implementar su visión sobre el conflicto.