Elecciones legislativas
Macron propone ahora «reducir la inmigración ilegal» para frenar una victoria de Le Pen
El presidente francés ataca las alianzas «contra natura» de la izquierda y la derecha y promete un pacto con centristas, socialistas, ecologistas, democristianos y conservadores moderados
Francia vive un momento de «clarificación histórica». Es la descripción que hace Emmanuel Macron de la situación de convulsión política que vive Francia. Y la reciente voluntad del líder conservador, Eric Ciotti, de pactar con la ultraderecha vendría a ser parte de esa puesta en evidencia, de clarificar en qué campo está cada cual. Que cada uno se retrate ante las legislativas anticipadas a doble vuelta que ha convocado el 30 de junio y 7 de julio, una apuesta arriesgada que nadie sabe bien cómo puede acabar.
El presidente ha justificado su decisión tras la debacle electoral en las europeas y la histórica victoria de Marine Le Pen. «La respuesta no podía llegar ni con un cambio de gobierno ni alianzas en la actual Asamblea Nacional porque Francia continuaría en una situación de bloqueo, sólo la convocatoria permite la clarificación de las cosas y no permanecer bloqueados por los extremos. El retorno a consulta del pueblo soberano era la única solución», ha explicado Macron en la presentación de la hoja de ruta que su coalición centrista tiene ahora para la campaña electoral.
Lo ha hecho fuera del Elíseo, en un pabellón del centro de París para marcar la diferencia: no era un mensaje institucional sino bajando al barro de la campaña electoral y cargando contra los extremos. La estrategia de Macron pasa ahora por agrandar su hipercentro con nombres de Los Republicanos que rechacen un pacto con Le Pen pero también de socialdemócratas y ecologistas que no se integren en el Frente Popular de izquierdas. Una alianza abierta a centristas, socialistas, ecologistas, y conservadores moderados para derrotar al partido de Le Pen, favorito de nuevo en los sondeos, y que alcanza en estos momentos un nivel récord del 34% de intención de voto para las legislativas según un sondeo de Toluna Harris Interactive para RTL. Según dicha encuesta, detrás llegaría el nuevo frente de izquierdas con el 22% y tercera serían las listas de Macron con el 19%.
Macron ha querido mandar un claro mensaje contra los otros dos bloques –la ultraderecha y la izquierda– advirtiendo de que representan a «extremos» que sólo contribuyen a «empobrecer al país» y ha adelantado que su objetivo último es impedir la llegada de Le Pen al Elíseo en 2027. «Las cosas son sencillas. Hoy tenemos alianzas contra natura en los dos extremos» del espectro político, apuntó.
El mandatario ha adelantado una batería de propuestas para lanzar la campaña de los suyos que van desde indexar las pensiones a la inflación a la creación de ocho reactores nucleares más. Sin embargo, estas propuestas van a figurar en programas y mítines donde el propio Macron tenga poco protagonismo. Tras el revés en las europeas, considerado como un «voto de castigo» al presidente, la mayoría de diputados y responsables de su alianza centrista prefieren que se mantenga al margen de la campaña de las legislativas francesas. Muchos de ellos ya han anunciado que esconderán la foto de Macron de sus carteles de campaña.
Así las cosas, será su primer ministro, el joven Gabriel Attal, quien lidere la campaña de las filas oficialistas junto a los responsables de los otros partidos de su alianza: MoDem y Horizontes. El líder del centrista MoDem, François Bayrou, socio de Macron, estimó en la cadena BFM que «no corresponde al presidente de Francia dirigir esta campaña», en la misma línea que el jefe del partido Horizontes, Edouard Philippe, que fue primer ministro de Macron. Attal, Bayrou y Philippe se comprometieron a salir al ruedo de las legislativas, máxime cuando también está en juego quién liderará a la alianza centrista en la elección presidencial de 2027, a la que ya no podrá presentarse Macron tras dos mandatos.
En su acto de presentación de campaña, Macron ha querido hacer un diagnóstico de cómo respira el electorado francés en medio de tanta convulsión. El mandatario galo ha admitido que es necesaria una defensa firme en valores como la laicidad o el orden como preconiza la derecha pero siempre dentro de un «marco republicano» y no dejándose llevar por los ultras. En un momento de autocrítica, el presidente ha admitido su «responsabilidad» en el fracaso de su alianza en las europeas, que atribuyó a que su gobierno no aportó las «respuestas» suficientes a las «inquietudes» de los ciudadanos, como en el mundo rural o en el acceso de los jóvenes a la vivienda.
El adelanto electoral no afecta a Macron, que ya durante la semana dejó claro que no piensa dimitir «sea cual sea» el desenlace de esta secuencia política que está resultando una bucle de movimientos frenéticos entre formaciones políticas ya que el próximo domingo es la fecha tope para presentar listas. El gran riesgo para Macron es que el Reagrupamiento Nacional gane las elecciones e imponga al joven delfín de Le Pen, Jordan Bardella, como candidato a primer ministro en una cohabitación política inédita ya que la ultraderecha accedería al poder por primera vez.
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