Represión en Venezuela

Maduro anuncia el enésimo plan de emergencia contra el desabastecimiento

Amenaza con una «justicia muy severa» para quien no respete los precios máximos oficiales

El presidente venezolano, Nicolás Maduro, utilizará a la Asamblea Nacional Constituyente para poner en marcha las nuevas medidas económicas
El presidente venezolano, Nicolás Maduro, utilizará a la Asamblea Nacional Constituyente para poner en marcha las nuevas medidas económicaslarazon

Cada vez que el presidente Nicolás Maduro anuncia nuevas medidas económicas, el bolsillo de los venezolanos se vacía aún más.

Cada vez que el presidente Nicolás Maduro anuncia nuevas medidas económicas, el bolsillo de los venezolanos se vacía aún más. Desde que llegó al poder sustituyendo a Hugo Chávez, la maltrecha economía del país caribeño sólo ha empeorado. Ayer, el mandatario afirmó que en los próximos días se tomarán medidas de emergencia para mejorar la situación; los mercados tiemblan. Y de nuevo la herramienta para acometer los cambios será la flamante Asamblea Nacional Constituyente instaurada por el oficialismo. Sus miembros tomarán medidas para que se respete el control de precios en el país y aplicará «justicia muy severa» a quienes se salten esas regulaciones.

«Una comisión especial de la Constituyente está trabajando directamente conmigo y la próxima semana, que empieza mañana, se van a dar a conocer un conjunto de acciones para que se respete el precio máximo de los productos y para un conjunto de acciones de justicia, digamos muy severa, que van a sacudir la sociedad», dijo ayer Maduro.

En una entrevista con el periodista José Vicente Rangel en el canal privado Televen, recordó que no le «tiembla el pulso» al tomar medidas de este tipo y acusó a los comerciantes de utilizar la cotización del «dólar criminal» para inflar los precios de sus productos y lucrarse a costa del pueblo. El mandatario hizo referencia al dólar que se vende en el mercado paralelo a tipos de cambio no regulados marcados por el mercado, al margen de las tasas del bolívar fijadas por su Gobierno.

La impotencia de Maduro frente a la crisis es clamorosa. Su primera acción fue militarizar los ministerios y crear el Órgano Superior de la Economía en septiembre de 2013, cinco meses después de llegar al poder. Esta instancia de coordinación estatal tenía como objetivo garantizar el abastecimiento, y a la vez, inspeccionar y controlar el funcionamiento de la economía. Declaró que asumiría la «batalla económica contra la guerra fascista». En noviembre lanzó un conjunto de medidas que iban desde la inspección fiscal a almacenes, a la protección del precio justo, y la creación del Centro Nacional de Comercio Exterior y del registro para importar. Un año después las medidas no habían sido suficientes, por lo que firmó 28 leyes vía habilitante, una ley mediante la cual podía gobernar por decreto.

En lo que va de año, la Comisión de Finanzas de la Asamblea Nacional ha reportado una inflación acumulada del 249%, cercana a la registrada por el Fondo Monetario Internacional en 2016 del 274%. La última publicación oficial de estos índices la hizo el Banco Central de Venezuela en febrero de 2016, cuando después de 13 meses sin ser publicadas, informó de que en diciembre de 2015 había cerrado con una inflación de 180,9%, superando los dos dígitos que obtuvo en 2014: 63,6%. Los economistas estiman que el diciembre del 2017 la inflación acumulada podría rondar el 1.000%.

La pobreza también es otro indicador que ha roto techo con el Gobierno de Maduro, pero no necesariamente para bien. Con la encuesta sobre Condiciones de Vida de 2016 (realizada por varias universidades) se conoció que el 81,8% de los hogares venezolanos está viviendo por debajo del umbral de la pobreza, un 8,8% más que en 2015 y casi el doble del de 2014, cuando la cantidad de familias que estaban en situación de pobreza llegaba al 48%.

Por su parte, el presidente de Fedecámaras, Carlos Larrazábal, expresó su preocupación por que la ilegítima Asamblea Nacional Constituyente agrave los problemas económicos del país. Larrazábal, que calcula una caída del PIB de entre 7% y 10%, precisó que de 12.000 establecimientos industriales sólo quedan 4.000 o 4.500, trabajando al 30% o 35% de su capacidad. Además, indicó que sólo se sembró una tercera parte de la tierra, por lo que se podría agravar el desabastecimiento para el segundo semestre. «Este semestre que viene no nos trae nada bueno», agregó el presidente de la federación, que reúne a entidades gremiales privadas.