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El barco Lifeline con 230 inmigrantes llega a Malta tras seis días de espera

Los países que acogerán a los migrantes son Bélgica, Países Bajos, Francia, Italia, Irlanda, Luxemburgo y Portugal

El Lifeline llega al puerto La Valeta/Foto: reuters
El Lifeline llega al puerto La Valeta/Foto: reuterslarazon

Los países que acogerán a los migrantes son Bélgica, Países Bajos, Francia, Italia, Irlanda, Luxemburgo y Portugal

El barco de la ONG alemana Lifeline con unos 230 inmigrantes a bordo llegó hoy al puerto maltés de La Valeta, después de permanecer seis días en el Mediterráneo central a la espera de que algún país le permitiera desembarcar a los rescatados.

a embarcación arribó lentamente al puerto de la capital de Malta y los inmigrantes, según mostraban los medios locales, se agolpaban en su cubierta, después de pasar seis días en el mar tras su rescate por la negativa inicial de Italia y Malta de acogerlos.

Las autoridades de Malta han decidido autorizar el atraque del buque de salvamento 'Lifeline' tras llegar a un acuerdo con varios países europeos para que acojan a los 230 inmigrantes y refugiados.

En declaraciones a la prensa, el primer ministro maltés, Joseph Muscat, ha contado que varios países de la Unión Europea se han ofrecido a acoger junto a Malta a los migrantes rescatados. Los países que acogerán a los migrantes son Bélgica, Países Bajos, Francia, Italia, Irlanda, Luxemburgo y Portugal, según 'Malta Today'.

Sin focos ni periodistas a bordo, la odisea de los 233 rescatados que viajan en el buque «Lifeline» ha pasado casi inadvertida. Han estado seis días a la deriva, amontonados «en una cubierta de tan sólo 33 metros de longitud, en la que apenas podían moverse y mucho menos estirar las piernas para dormir durante la noche», relata a LA RAZÓN Tamino Böhm, uno de los responsables de la ONG alemana que les rescató en el Mediterráneo Central. Su historia es muy similar a la del «Aquarius», el buque de Médicos Sin Fronteras y SOS Mediterraneé que atracó hace diez días en el puerto de Valencia. Sin embargo, en esta ocasión el Gobierno de Pedro Sánchez ha reclamado «una solución europea».

El pasaje lo componen 145 hombres, 70 menores no acompañados, 14 mujeres, tres bebés y un niño de dos años que viaja solo. Fueron socorridos el pasado miércoles, cuando se encontraban a la deriva, a bordo de las ya conocidas como «barcazas de la muerte» que salen de Libia. Desde entonces, han permanecido varados, «con el motor encendido» a tan sólo «25 millas» del puerto maltés de La Valeta. Sin moverse, con una «constante sensación de mareo» y alimentándose «de fideos instantáneos y arroz». Han viajado con médicos, enfermeros y paramédicos, por lo que la vida de ninguno ha corrido peligro, «aunque el lunes por la noche tuvimos que desembarcar a un migrante», explica.

También la senadora de Izquiera Unida Vanessa Angustia, junto a una delegación de parlamentarios europeos, pasaron la noche del lunes a bordo del barco de rescate para tratar de coordinar una solución al dramático e inhumano trance en el que se encuentra. En las últimas horas, «la situación se ha agravado porque hay previsión de que cambie el viento, poniendo en peligro la vida de los rescatados», asevera.

Los inmigrantes, dice, están tranquilos, pero con cierta inseguridad. «No hay ni un hueco libre en la cubierta, sólo hay espacio para los chalecos», señala con preocupación. Les han explicado que están esperando a que los Estados, la Unión Europea y las ONG resuelvan el drama migratorio. En la últimas semanas se han convertido en moneda de cambio de las políticas migratorias europeas.

A última hora de ayer, los socios europeos llegaron a un acuerdo para desembarcar a los migrantes en Malta y repartir al pasaje entre los países miembros. Bélgica, Países Bajos, Francia, Italia, Irlanda, Luxemburgo y Portugal están dispuestos a acoger a una parte de ellos.

Todavía se desconocía cuál será la suerte de un joven nigeriano de 21 años que lleva cuatro vagando por África y terminó esclavizado en Libia antes de subirse a este buque. Ni si otro joven de Sierra Leona, que intentó cruzar por segunda vez el Mediterráneo tras presenciar la muerte de diez personas en su patera, logrará por fin su sueño.