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Caracas

María Corina Machado: «Nos tenemos que organizar con celeridad y valentía frente a un régimen sin escrúpulos»

La diputada venezolana defiende la protesta cívica y asegura que el país no puede esperar a las próximas elecciones para derribar al chavismo. «Venezuela es un país en efervescencia, donde la protesta es cada día mayor y donde la represión está desatada». La dirigente opositora denuncia que la comunidad internacional «nos ha dado la espalda»

María Corina Machado
María Corina Machadolarazon

La diputada independiente María Corina Machado es una firme partidaria de trasladar a la calle el descontento social que existe en Venezuela por la falta de libertades, la alta inflación y la inseguridad ciudadana. Con la mirada puesta en un horizonte político que suponga la caída del presidente Nicolás Maduro, la dirigente opositora asegura en una entrevista telefónica con LA RAZÓN que los venezolanos no pueden esperar a 2019, fecha de las próximas elecciones presidenciales, para cambiar el rumbo del país. "Frente a un régimen autoritario, sin escrúpulos, no podemos esperar, tenemos que organizarnos con celeridad, con claridad y con valentía". La postura de Machado y de otros dirigentes como Leopoldo López o el alcalde de Caracas Antonio Ledesma se aleja de la visión del principal líder opositor, Henrique Capriles, quien días atrás había asegurado: "No voy a acompañar atajos, ni caminos que nos lleven a callejones sin salida".

-El Gobierno acusa a la oposición de desestabilizar el país y de alentar un golpe de estado. ¿Qué piden ustedes?

-Las amenazas del Gobierno llegan todos los días; pero nuestra respuesta es clara, no podemos caer en chantajes. ¿Quiénes tienen las armas y quiénes las ha distribuido? ¿Quién es el responsable de no haber desarmado a las 12.000 bandas de narcotráfico del país y a las 400 bandas criminales que poseen armas de guerra? Al único que le interesa la violencia es al régimen. Nuestra propuesta es pacífica, por eso tenemos que acompañar la voz de los manifestantes. Hay quien dice que tenemos que esperar. Y yo respondo, ¿esperar a qué? ¿A la destrucción de Venezuela? No puedes pedir a una madre que le mataron a un hijo y que está en la morgue que espere a que le maten a su otro hijo. Cada media hora asesinan a un venezolano en Venezuela, sobre todo a los más jóvenes. El Gobierno aprobó una ley de Precio Justo por la cual todos los medios de producción pueden ser expropiados cuando a Maduro le dé la gana. A los sindicalistas les tienen perseguidos con juicios y a los medios de comunicación los quieren hacer desaparecer. El país está luchando por su supervivencia. Estamos luchando contra un régimen sin escrúpulos y, además, estamos aislados de la comunidad internacional, que nos ha dado la espalda en estas horas. ¿Qué más piden, que terminen de demoler la república? En estas horas tenemos que apelar a nuestras profundas convicciones democráticas y, lejos de debilitarnos, estas amenazas nos dan más fuerza para continuar.

-¿Qué opciones hay para derribar al Gobierno?

-La Constitución establece distintos mecanismos. Uno de ellos es el referéndum revocatorio, otro es una enmienda constitucional, pero también está la formación de una asamblea nacional constituyente o la renuncia del presidente. Tenemos la obligación histórica de alzar la voz e inspirar a un pueblo a la lucha democrática y pacífica. No podemos permitir que por la vía de la resignación, del miedo y del apaciguamiento se acabe la resistencia y los espacios democráticos en Venezuela.

-¿Es partidaria de negociar con el Gobierno?

-El diálogo entre las fuerzas políticas es la esencia de una democracia. Ahora bien, este Gobierno no ha planteado diálogo sino sumisión e imposición, y lo que está buscando es legitimidad y estabilidad en una situación crítica política, social y económica. Un dialogo entre iguales donde haya una respeto a una agenda común es desde luego indispensable, pero este régimen no ha demostrado la más mínima intención de un diálogo en estos términos, por eso ha llegado el momento de demostrar nuestra fortaleza como pueblo y obligar al régimen a aceptar y a respetar la Constitución y los derechos de una mayoría.

-¿Está viviendo Venezuela una escalada de tensión social?

-Lo que estamos viviendo estos días en Venezuela es un país en efervescencia, donde la protesta es cada día mayor y donde la represión está desatada. Esta semana, decenas de estudiantes se manifestaron en Margarita en contra de la injerencia cubana y les acusaron de un delito de terrorismo y les llevaron a la peor cárcel del país. Los estudiantes de Táchira son juzgados como terroristas en un cuartel. A los trabajadores de PDVSA de Puerto de la Cruz que se manifestaron les enviaron la Guardia Nacional y les llevaron presos. El Gobierno está reprimiendo ferozmente y esa represión llega a los medios de comunicación. Ya van 10 periódicos cerrados y 15 en riesgo de ser cerrados porque no les dan las divisas para importar papel. Los jóvenes han llamado a los ciudadanos a la calle. Además de en Caracas, en distintas zonas del país se están sumando ciudadanos para defender sus derechos. La fuerza de la movilización va a depender de la determinación de los ciudadanos a la hora de elevar su voz con firmeza y civismo, porque quien quiera provocar violencia es el Gobierno.

-Hay distintas visiones en la coalición opositora sobre la mejor manera de combatir al Gobierno. ¿Está en riesgo la Mesa de la Unidad?

-Todo lo contrario. La unidad es un sentimiento del país, de los venezolanos que queremos vivir en democracia y que entendemos que sólo tendremos justicia, libertad, trabajo digno y seguridad cuando logremos cambiar un régimen que ha ido provocando todos los males de manera intencional, porque forma parte de un proyecto de sumisión y de dominación del país. Y esa unidad y ese espíritu tienen que crecer. Que exista debate crítico sobre las distintas visiones y estrategias no es una señal de división, sino de pluralismo y de madurez entre una coalición que entiende que estamos viviendo una situación crítica donde el Gobierno ha decidido afianzar la represión contra todo aquel que disiente, ya sean sindicalistas, empleados públicos, políticos o periodistas.

-De las distintas visiones que hay entres los dirigentes opositores, ¿se impondrá una distinta a la estrategia actual?

-Bueno, estamos viviendo una nueva etapa. Lo que vivimos el año pasado fue contundente para los venezolanos. Quedó demostrado que podemos ser mayoría, incluso ganar una elección, como ocurrió el 14 de abril; frente a un régimen que no es democrático no se logra con ello un cambio político. Lo que estamos planteando ahora es la organización en la calle, la fuerza ciudadana para la protesta y la movilización, que no sólo es un derecho humano fundamental sino un derecho consagrado en la Constitución. Estas manifestaciones están teniendo lugar de forma espontanea por todo el país, y nuestra obligación es dar apoyo político con un objetivo común, que es canalizar esa fuerza para activar -como establece la Constitución- uno de los mecanismos para una remoción constitucional del régimen lo antes posible.

-¿Habrá elecciones primarias a finales de este año en la oposición para elegir un nuevo líder que sustituya a Capriles?

-Eso definitivamente no está en este momento en la agenda prioritaria ni del país ni debe estarlo a nivel de la oposición. Obviamente que tendremos una coalición electoral. Pero en estos momentos hay una Venezuela que está desesperada, que se mata a tiros, que se muere de hambre, de angustia y de miedo.

-¿Están de acuerdo todos en la oposición en que hay que apoyar estas manifestaciones?

-Algunos más que otros. Hay quienes dicen que hay que esperar hasta 2019 porque no hay nada que hacer. Esta es una posición que yo respeto pero que no comparto. Frente a un régimen autoritario, sin escrúpulos, no podemos esperar, tenemos que organizarnos con celeridad, con claridad y con valentía.