Elecciones en Italia
Mario Mauro: «Monti debe ser primer ministro para aprovechar sus cualidades»
Mario Mauro, uno de los italianos más respetados en la UE, abandonó en enero el partido de Silvio Berlusconi para pasar a la coalición de Mario Monti.
–¿Qué papel le gustaría que desempeñase su coalición tras el voto?
–Queremos conseguir un resultado que nos permita proponer a los otros partidos la realización de un plan de reformas que demasiadas veces Italia ha postergado. Durante años, tanto la derecha como la izquierda han tenido la oportunidad de ganar, pero no de gobernar. Nuestro objetivo es insistir en la línea reformista seguida por el Gobierno de Monti. Se han realizado importantes reformas, como la de las pensiones, que se logró sacar adelante en 15 días después de haber sido retrasada durante 15 años, o la reforma constitucional para incluir la regla del déficit cero, algo que se había retrasado 20 años. Queremos seguir adelante con la reforma del mercado laboral y de la Justicia. De esta forma, Italia será otra vez atractiva para los inversores internacionales.
–¿Qué otras reformas plantean?
–La educativa es fundamental, porque hoy tenemos menos licenciados que hace 20 años. Esto muestra que la incapacidad de los partidos para transformar el país ha hecho que Italia deje de ser competitiva.
–¿Es posible una alianza entre la coalición centrista y Berlusconi?
–Recuerdo que Monti en el Gobierno ha sido capaz de apoyarse a la vez en Bersani y Berlusconi. Tras las elecciones, nosotros nos presentaremos ante los otros partidos con esta lista de reformas. Quien quiera adherirse a ellas es bienvenido. No tenemos prejuicios sobre ninguna persona o partido, excepto ante posiciones ideológicas que hagan imposibles estas reformas.
–¿Prefiere ver a Monti como primer ministro o presidente de la República?
–Mi deseo personal es que Monti siga siendo el primer ministro. En este momento tan difícil para nuestro país y para Europa, sus cualidades pueden ser más aprovechadas en un cargo con una fuerte operatividad. El papel de jefe del Ejecutivo me parece más acertado para las necesidades del país y de la UE. No olvidemos que Monti, en el escenario europeo, es quien con más fuerza y credibilidad dice que no hay que limitarse a las políticas del rigor, sino que hay que construir una Europa federal.
–Usted que conoce bien a Berlusconi. ¿Es posible que se produzca la remontada que ansía?
–Berlusconi no es hoy la esperanza de 1994. Al contrario, representa la desilusión de 2011. Es la expresión de una fuerza política a la que tantos, yo incluido, miramos para hacer una revolución liberal en Italia, pero de la que hoy tenemos un dato cierto: tras las elecciones, su partido, el Pueblo de la Libertad (PDL) tendrá el 50% de los votos que logró en 2008. Las encuestas dan al PDL un 19% y en 2008 logró el 38%. Esa experiencia política por mi parte ya está cerrada. Hay que mirar a un nuevo escenario que, construyéndose en torno a Monti, haga que se convierta en la casa de todos los moderados italianos.
–¿Siente que Berlusconi ha traicionado al centro derecha italiano?
–Todos los días debo preguntarme si soy yo quien ha abandonado al PDL o si es el PDL el que ha traicionado a sus ideales, alejándose de la estrategia del Partido Popular Europeo (PPE) y plegándose a lógicas populistas y nacionalistas. Yo he encontrado mi respuesta e intento construir con Monti esta nueva oportunidad para los italianos.
–¿Se cansó de defender a Berlusconi en el Parlamento Europeo?
–La costumbre en Europa de utilizar las polémicas internas de los Estados miembros en clave instrumental no debe ser animada de ninguna manera. Digo con total tranquilidad que en Europa siempre he defendido los intereses de mi país y el interés más general de la construcción de los Estados Unidos de Europa. Por eso sé hoy que la propuesta política de Berlusconi ya no es adecuada a ese escenario. Esta valoración debe ser hecha con valentía también en el ámbito del PPE.
–¿Le molestan los comentarios de Alemania sobre a quién no deben votar los italianos?
–Esta polémica ha sido creada por el propio Berlusconi. Él tuvo la ocasión de reconstruir la relación con el electorado reconociendo sus errores. Sin embargo, prefirió lanzar la hipótesis del complot contra Italia, señalando a Europa y, en especial, a Alemania. Evidentemente, descargar la responsabilidad en otros es una escapatoria ideal para quien no quiere afrontar los problemas. Alguien debería explicar por qué Alemania, que vende a Italia anualmente por valor de más de 50.000 millones de euros, tendría interés en que entrásemos en bancarrota. Cuando se siembra en la campaña electoral la mala semilla del nacionalismo exasperado y de la cizaña entre los pueblos, se recogen tempestades. Es la diferencia entre ideas populares e ideas populistas.
El perfil
Mario Mauro fue vicepresidente del Parlamento Europeo de 2004 a 2009 y estuvo a las puertas de hacerse con la presidencia en 2009, aunque al final el cargo fue para el alemán Martin Schulz. Jefe del grupo de europarlamentarios del Pueblo de la Libertad, abandonó la formación cuando Berlusconi dio marcha atrás en su idea inicial de retirarse de la política. Mauro es uno más de los liberales italianos defraudados con «Il Cavaliere» y ahora mira a Monti como la gran esperanza para sacar al país de su letargo. Pertenece al movimiento católico Comunión y Liberación.
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