
Magreb
Marruecos se aproxima a la victoria diplomática definitiva en el Sáhara
En el éxito diplomático marroquí ha sido clave el apoyo de la Administración Trump, tanto la primera como la actual

"Abrimos un nuevo capítulo victorioso en el proceso de consagración de la marroquinidad del Sáhara destinado a cerrar definitivamente el dossier». Así comenzaba el rey Mohamed VI su alocución a la nación apenas minutos después de la histórica votación en la tarde del viernes en el Consejo de Seguridad de la ONU sobre el mandato de la misión para el referéndum en el Sáhara Occidental, la conocida como Minurso.
Sin duda, tienen las autoridades marroquíes motivos para la satisfacción tras lo acontecido en Nueva York. Por primera vez y coincidiendo simbólicamente con el 50º aniversario de la Marcha Verde, la ONU privilegia en una resolución el plan de autonomía que Rabat presentó en abril de 2007 ante la institución como propuesta para resolver el conflicto que le enfrenta con el Frente Polisario.
Un conflicto enquistado desde hace varias décadas que lastra las relaciones entre Marruecos y Argelia,la integración magrebí en definitiva, y también las relaciones entre los distintos Estados de la Unión Europea y los vecinos del norte de África, y que ha hecho sufrir a varias generaciones de personas obligadas a vivir en los campamentos de Tinduf o en el exilio europeo.
Según la resolución 2797, «tomando como base la propuesta de autonomía marroquí con vistas a alcanzar una solución política final y mutuamente aceptable que proporcione la autodeterminación del pueblo del Sáhara Occidental», el Consejo de Seguridad reconoce que «una autonomía genuina podría representar la solución más factible». El texto presentado por la representación estadounidense no cierra la posibilidad de que se planteen otras propuestas, pero elimina las alusiones a un referéndum de autodeterminación.
La resolución aprobada por el Consejo de Seguridad de la ONU con 11 votos a favor, tres abstenciones –Rusia, China y Pakistán– y la ausencia en la votación de Argelia –el patrocinador del Frente Polisario, que sigue siendo para Naciones Unidas el representante del pueblo del Sáhara Occidental– es, sin duda, el triunfo de la labor concienzuda de una diplomacia inteligente y asertiva, la marroquí, durante décadas.
El éxito diplomático marroquí de este viernes no puede explicarse sin el apoyo de la Administración Trump, de la primera y de la actual. Hace cinco años, en los estertores de su primer mandato, el presidente estadounidense hacía un reconocimiento de la soberanía marroquí sobre la que fuera colonia española. Este verano, Trump volvía a manifestar públicamente idéntica posición.
Como está ocurriendo en Gaza, la Administración Trump se ha implicado de lleno en la tentativa de solución un conflicto que enfrenta en último término a los dos grandes países del Magreb, Marruecos y Argelia. El enviado del presidente para Oriente Medio, Steve Witkoff, revelaba el pasado día 24 de octubre la voluntad de su Administración de alcanzar un acuerdo entre Argel y Rabat «en los próximos 60 días».
Desde entonces, la presión de la diplomacia marroquí le permitió ir recabando apoyos a sus posiciones en el Sáhara de sus principales aliados, Francia, España y el Reino Unido. En marzo de 2022, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendió la propuesta autonómica como «la base más seria, creíble y realista» para la resolución del conflicto, abandonando la tradicional neutralidad española. Pero Marruecos quiere más y seguirá presionando para que este o sucesivos gobiernos españoles reconozcan su soberanía.
Con todo, la victoria marroquí no es total. La amenaza de veto ruso y chino y la presión argelina obligaron a la parte estadounidense, encargada de la redacción de la resolución, a introducir cambios respecto al borrador inicial, que consideraba la propuesta de autonomía simplemente como «la solución más factible» sin el uso de la perífrasis verbal modal –«podría representar la solución más factible»– , como consta en la fórmula final. Asimismo, el texto definitivo aprobado en la tarde de este viernes deja constancia de que la solución debe «procurar el derecho a la autodeterminación» del pueblo del Sáhara Occidental.
Además, la resolución finalmente aprobada concede a la Minurso un año más sobre el terreno, cuando la versión inicial propuesta por la Administración Trump contemplaba seis meses máximo.
Con todo, el éxito diplomático marroquí no quiere decir que estemos más cerca de una resolución aceptable por las partes, insiste la ONU. Como era previsible, el Frente Polisario anunció ayer su renuncia a participar en el proceso de negociaciones a la vista del texto aprobado.os conservaría las competencias en defensa, política exterior y el ámbito religioso.
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