Sudán
Masacre: al menos 800 civiles han sido asesinados en Darfur a manos de milicias árabes
ACNUR ha confirmado que una sucesión de ataques contra la localidad de Ardamata ha dejado tras de sí un creciente número de pobladores negros asesinados
La guerra civil en Sudán se ramifica en formas de violencia que escapan de la pugna puramente política entre los generales Hemedti y Al Burhan. Hay guerras dentro de esta guerra. Motivos secundarios que se resguardan en las esquinas de los motivos principales. El mundo mantiene su mirada fija en Gaza o en Ucrania mientras Sudán se desploma en el negro agujero del desconocimiento y la falta de atención que recibe un conflicto cuyas graves consecuencias todavía no han sido puestas de manifiesto con la contundencia requerida a la comunidad internacional.
Una de estas guerras dentro de la guerra, sostenida a partir de motivos secundarios y apenas conocidos por el público general, es la limpieza étnica que viene sucediendo en la región sudanesa de Darfur y que se ha cobrado en los últimos 20 añosentre 300.000 y 500.000 vidas.
Es por esta razón que las milicias árabes conocidas como Janjaweed, hermanadas con las Fuerzas de Apoyo Rápido (RSF) lideradas por el general Hemedti, hace meses que aprovechan la inestabilidad en Sudán para multiplicar sus esfuerzos a la hora de masacrar a las poblaciones negras de la región de Darfur. Los métodos de las milicias Janjaweed son simples y letales: grupos de árabes armados irrumpen en poblaciones negras desprotegidas ante el derrumbe del Estado como consecuencia de la guerra civil, saquean, prenden fuego a los hogares, reúnen a los hombres en grupos y abren fuego contra ellos. Sin remordimientos. Coreando el nombre de su dios. También asesinan a ancianos, mujeres y niños por millares. Para comprender la magnitud de los números que afectan a las poblaciones negras de Darfur, y su barbarie, en el genocidio perpetrado por los árabes desde 2003 han muerto en torno a un 1.818% más de darfuríes negros, que palestinos han sido abatidos por Israel desde la Primera Intifada en 1988.
Cifras inexactas
El último acto criminal de las milicias Janjaweed y sus camaradas de las RSF: ACNUR informó este viernes de que al menos 800 personas han sido asesinadas en una sucesión de ataques de las milicias árabes contra la localidad de Ardamata, ubicada a escasos kilómetros de la capital de Darfur Occidental, Geneina. Las muertes, que comprenden a mujeres, hombres, ancianos y niños por igual (aunque la mayoría de las víctimas serían hombres en edad militar) han ocurrido en los últimos días. Los números exactos se desconocen, igual que se desconoce el número exacto de asesinados en Darfur desde 2003.
Los ataques también afectaron a un campamento de desplazados internos situado en Ardamata y donde los árabes prendieron fuego a 100 refugios. El portavoz de ACNUR, William Spindler, confirmó en una rueda de prensa sostenida en Ginebra que “hemos recibido informes de refugiados que llegan a Chad y hablan de milicias armadas que van de casa en casa matando a hombres y niños en Ardamata”. Las cifras de desaparecidos se calculan en centenares.
Es posible que el lector se sorprenda de que los números de muertes totales en Darfur tengan un margen de error de 200.000 individuos. También puede sorprender que en pleno siglo XXI se esté dando un genocidio que lleva durando 20 años y que nadie ha sido capaz de frenar, ni los sucesivos gobiernos sudaneses, ni la misión de Naciones Unidas que concluyó su mandato en Darfur en 2021. El lector haría bien en sorprenderse. Pero también debería considerar que Geneina, capital de Darfur Occidental, se encuentra ubicada a 1.000 kilómetros de Yamena (capital de Chad) y a 1.500 kilómetros de Jartum (capital de Sudán). Geneina se encuentra ubicada en el desierto más profundo, en la esquina de una región, Darfur, cuyo territorio equivale al tamaño de España. En el marco de la actual guerra civil, los accesos aéreos y terrestres a la zona se ven condicionados por la virulencia de los combates, mientras que la frontera de Chad (ubicada a 35 kilómetros de Geneina) se encuentra en máxima alerta desde el inicio del conflicto.
Son entre 300.000 y 500.000 personas asesinadas en uno de los puntos más inaccesibles del planeta. El Gobierno de Sudán, enfrentado contra las RSF, acusa al grupo paramilitar de promover una limpieza étnica, nombrándolo como máximo responsable. Pero no sería exacto: las RSF, aunque íntimamente vinculadas al asesinato de las poblaciones negras de Darfur y aliadas de las milicias Janjaweed, sólo forman parte de una acción genocida que se remonta a las décadas (si no siglos) previas a su formación en 2013. Este es el peor genocidio del siglo XXI, el que sucede en Darfur. Lejos de todos, indiferente a la mayoría. Y las cifras bailotean, ahora ochocientos, cerca de ochocientos, más de ochocientos, casi ochocientos muertos en los últimos días. Muertos cuya vida desaparece en el vaivén de los números que nadie comprueba.
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