Miami
Matos, el comandante que desafió a Fidel, muere en Miami
Le quedaban apenas segundos de vida, pero el comandante Huber Matos siguió haciendo planes para Cuba, como siempre, para cuando sea libre, la única Cuba que parecía existir en su mente, a juzgar por sus comentarios llenos de esperanza. Las últimas palabras de quien fuera el quinto comandante de la Revolución Cubana junto con Fidel Castro, su hermano Raúl, Ernesto «Che» Guevara y Camilo Cienfuegos fueron: «La lucha continúa. ¡Viva Cuba Libre!», según indicó a LA RAZÓN su nieto Huber Matos Garsault, de 39 años. En el año 2009, Matos aclaró las cosas durante una entrevista a la agencia Associated Press: de quinto nada. Fue el tercer comandante por detrás de los Castro y por delante del «Che» y su querido Camilo Cienfuegos. Eso fue antes de que se enfrentase a Fidel Castro.
«Le dije que él quería convertir Cuba en una dictadura comunista», recordó a LA RAZÓN en una entrevista en 2006, año en que Miami estalló de júbilo con la transferencia de poder del Fidel a Raúl Castro. En un principio, pensaban que había muerto. Había llegado la «solución biológica a la situación cubana», como se refieren en el Café Versailles, centro de operaciones de la vieja disidencia cubana en la Calle 8 del barrio de la Pequeña Habana en Miami, a la muerte de, al menos, Fidel Castro. Esos días, el teléfono de la casa de Miami del comandante no dejaba de sonar. «Me ha llamado todo el mundo menos Fidel y Raúl», dijo con ironía, sonriente, a este periódico, mientras parecía que faltaba poco para que terminase el régimen de los Castro. Matos describió entonces a Raúl como un hombre «sin condiciones. Es un tipo cobardón y criminal». Pero en La Habana se encargaron de hacer una transición encubierta y la Cuba libre, que parecieron tocar con los dedos desde Miami durante esos días, no llegó.
En cambio, Huber Matos no se dio por vencido nunca. Falleció en la madrugada del 27 de febrero en Miami. Dos días antes le ingresaron en el Hospital Kendall Regional tras sufrir un ataque al corazón. Un día después, pidió que le retirasen el equipo que le ayudaba a respirar. Quería hablar con su esposa María Luisa Araluce, con sus hijos y sus nietos. Era el final. Pero el teléfono no paraba de sonar. Su nieto explicó a este periódico que le llamaron desde Cuba. Le aseguraron que no pararían hasta que la isla fuese libre. Le cantaron el himno nacional.
Matos Garsault reconoce que «para nosotros su vida ha sido un regalo. Se encontraba bien. Pero estuvo 20 años en la cárcel. Salió en 1979», recordó en referencia a la orden de su arresto el 21 de octubre de 1959 después de su abandono. Huber Matos y su amigo Camilo Cienfuegos, que desapareció misteriosamente, tenían la preocupación de que Fidel iba a traicionar los postulados democráticos de la Revolución Cubana. El «Che» y Raúl Castro pidieron «paredón» para Matos, pero Fidel decidió encerrarle durante 20 años. En 2009, durante una entrevista con LA RAZÓN por el aniversario del ascenso de Castro al poder, Matos recordó que «la revolución cubana ha terminado convertida en el fraude más costoso y escandaloso que ha tenido que pagar un pueblo en la historia. Los cubanos están obligados a mentir y a rebajarse», recordó.
No obstante, el cuerpo de Huber Matos descansará en Cuba. Su nieto, con el que no sólo le unió el nombre sino también una gran cantidad de aventuras y anécdotas cuando de joven le hacía de chófer por las calles de Miami, indicó que «será velado el domingo en Miami. Después, será trasladado a Costa Rica, país donde creció la familia que le acogió cuando llegó como exiliado. Y finalmente, será trasladado a Cuba cuando ésta sea libre».
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