Reino Unido
May se propone activar el Brexit el 9 de marzo
El Parlamento británico abre el debate para invocar el artículo 50, mientras el Gobierno trata de acelerar el proceso de salida de la UE
El Parlamento británico abre el debate para invocar el artículo 50, mientras el Gobierno trata de acelerar el proceso de salida de la UE
«Éste no es un debate sobre si Reino Unido debe dejar la Unión Europea o sobre cómo debe hacerlo. Se trata de implementar una decisión ya tomada, un punto sin retorno ya superado». Con estas palabras, David Davis, el ministro del Brexit, comenzó ayer el histórico debate en Westminster, donde ambas cámaras tendrán que votar el proyecto de ley presentado por el Gobierno de Theresa May para pedir a sus señorías autorización para solicitar de manera formal a Bruselas el divorcio. «Le preguntamos a la gente si quería dejar la UE, y decidieron que sí», prosiguió Davis. «Confíen ahora en el pueblo», exhortó a su auditorio.
Con este trámite parlamentario, el Ejecutivo obedece la decisión del Tribunal Supremo, que la semana pasada ratificó el fallo del Tribunal Superior que obligaba a May a contar con la aprobación de los Comunes y los Lores antes de activar el artículo 50 del Tratado de Lisboa. La jornada –la primera de un debate que se puede alargar durante los dos próximos meses– fue intensa y se prolongó hasta medianoche para escuchar a los más de 90 diputados que habían pedido la palabra.
Hoy tendrá lugar la votación de esta primera fase, y aunque los nacionalistas escoceses y los liberal demócratas ya han adelantado que votarán en contra, no supondrá un problema para el Gobierno conservador que, aparte de la mayoría parlamentaria, cuenta además con el apoyo del liderazgo laborista. El principal partido de la oposición, en cualquier caso, presentará una serie de enmiendas la próxima semana antes de que el proyecto pase a los Lores.
Según publicó ayer «The Times», la «premier» quiere que la medida esté aprobada por el Parlamento el 7 de marzo, con el objetivo de activar formalmente el Brexit dos días más tarde, coincidiendo con la cumbre europea de Malta. May siempre ha querido activar el artículo 50 antes de que finalice el mes de marzo, pero el calendario podría retrasarse si los Lores también presentan enmiendas al texto.
El debate parlamentario podría suponer la enésima revuelta interna de los laboristas contra su líder, Jeremy Corbyn. El veterano político ha impuesto a sus filas el grado mayor de disciplina de voto para que apoyen el texto, pero alrededor de 60 rebeldes están dispuestos a desafiarle, entre ellos varios miembros del denominado «gobierno en la sombra», que en los últimos días ha sufrido varias dimisiones. Tal y como explicó Sir Keir Starmer, responsable del Brexit en la oposición, se trata de una cuestión muy complicada para la formación, ya que dos tercios de los diputados laboristas representan a los distritos electorales que votaron por abandonar la UE y un tercio a gente que votó por la permanencia.
Por parte de los liberal demócratas, Nick Clegg, portavoz de esta formación en asuntos europeos, y que en su día fue viceprimer ministro de David Cameron, aseguró que su partido no votará en contra de la decisión del pueblo británico en el referéndum del 23 de junio, sino porque los ciudadanos no fueron informados adecuadamente sobre las consecuencias de la salida del bloque comunitario. Esta formación sólo cuenta con nueve escaños en la Cámara de los Comunes, pero tiene 102 asientos en la de los Lores. En la bancada «tory», ayer tomó la palabra Ken Clarke, el único diputado que parece decidido a votar en contra del Brexit. Clarke, que cosechó grandes aplausos, aseguró que «el ser miembro de la UE es una cuestión de interés nacional».
Aparte de este proyecto de ley, la primera ministra británica también se ha comprometido ante los diputados a presentar un «libro blanco» con los detalles de los objetivos de negociación con Bruselas y que podría darse a conocer mañana.
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