Política

Unión Europea

May pedirá a la UE una nueva prórroga para el "brexit"

La «premier» solicitará a Bruselas otra prórroga del Brexit «lo más corta posible» para pactar con los laboristas un acuerdo que cuente con el respaldo mayoritario. Si fracasa, el Parlamento volverá a tener el control.

La primera ministra británica, Theresa May / Foto: Reuters
La primera ministra británica, Theresa May / Foto: Reuterslarazon

La «premier» solicitará a Bruselas otra prórroga del Brexit «lo más corta posible» para pactar con los laboristas un acuerdo que cuente con el respaldo mayoritario. Si fracasa, el Parlamento volverá a tener el control.

El Brexit no se materializó el 29 de marzo. Y ahora tampoco parece que lo hará el 12 de abril porque Theresa May volverá a pedir más tiempo a la UE para evitar el temido divorcio caótico, al ser incapaz de sacar adelante en Westminster el acuerdo de retirada. Tras una reunión extraordinaria con su Gabinete de siete horas, la «premier» compareció en Downing Street, donde anunció que volverá a pedir una prórroga a Bruselas para tratar de pactar con la oposición laborista una vía de salida que cuente con un respaldo mayoritario entre sus señorías.

«Siempre he dejado claro que una ruptura sin acuerdo podría convertirse en un éxito a largo plazo, pero la mejor solución es hacerlo con un acuerdo, así que vamos a necesitar una nueva extensión del artículo 50», matizó. May no quiere que esta nueva ampliación se alargue más allá del 22 de mayo porque, de otra manera, Reino Unido estaría obligado a participar en las elecciones europeas. En cualquier caso, son los Veintisiete los que tienen la última palabra y pueden poner todo tipo de condiciones.

El mes pasado, cuando May solicitó la primera extensión, Bruselas ya advirtió de que sería hasta el 22 mayo sólo si la Cámara de los Comunes conseguía ratificar el acuerdo. En caso contrario, Londres debía comunicar su «plan B» el 12 de abril.

En su intento por desbloquear «in extremis» una crisis institucional sin precedentes, May ofrece ahora al líder de la oposición, el laborista Jeremy Corbyn, acordar un plan conjunto que pueda lograr una mayoría en la Cámara Baja. Si este proyecto no llega a buen puerto, el Ejecutivo propondrá entonces a los diputados que voten sobre una serie de opciones alternativas, que, por el momento, no ha desvelado. «El Gobierno está preparado para obedecer la decisión de la Cámara», subrayó la líder «tory». «Podemos y debemos encontrar un compromiso que logre cumplir con lo que los británicos votaron. Estamos en un momento decisivo en la historia de estas islas, que requiere unidad nacional», dijo.

Ahora bien, May recalcó que cualquier plan debe pasar por aprobar el acuerdo que cerró con los Veintisiete en noviembre. Bruselas ya ha reiterado en varias ocasiones que no piensa reabrir este documento. Por lo que se interpreta que lo que la «premier» estaría dispuesta a negociar ahora es la declaración política. Este segundo documento, legalmente no vinculante, esboza cómo podrían ser las futuras relaciones con el bloque. En este sentido, se podría estar dejando la puerta abierta a la negociación de una unión aduanera, una opción que han pedido los laboristas y que cuenta también con gran aceptación en la Cámara. Anoche, Corbyn se mostró dispuesto a dialogar porque «Reconocemos que [May] ha dado un paso» en la buena dirección. El martes, cuando sus señorías votaron diferentes alternativas al acuerdo, ninguna consiguió ser aprobada. Pero la propuesta del «tory» Ken Clarke de negociar con la UE una unión aduanera quedó solo a tres votos.

El viernes, la Cámara Baja rechazó el acuerdo de retirada por 344 votos contra 286. La diferencia de 58 escaños, mejora la derrota de 149 de marzo y nada tiene que ver con la humillación de enero: 230 escaños. El número de «tories» rebeldes ha ido disminuyendo. Había muchos rumores de que May llevaría a cabo un cuarto intento esta semana, pero ante la falta de garantías, opta por pedir, de nuevo, ayuda al otro lado del Canal de la Mancha.

Mientras el caos domina el escenario político al otro lado del Canal de la Mancha, los Veintisiete aprietan los dientes en la recta final de las negociaciones. Ayer todos los mensajes fueron en la misma dirección, ya que, como constató el presidente de la Comisión, Jean Claude Juncker, resulta vital preservar la unidad en los momentos decisivos. El primero en abrir la veda fue el negociador jefe de la UE que advirtió sobre el aumento de las posibilidades de un Brexit caótico el 12 de abril. «Así no vamos a organizar una salida ordenada de Reino Unido», constató Michel Barnier, para quien «es cada día más probable» un divorcio a las bravas tras el reguero de votaciones fallidas en Wetsminter.

La falta de un «plan B» en Londres hace temer a los Veintisiete que el torbellino británico acabe instalándose de forma definitiva en la política europea. Por eso, Barnier volvió a pedir ayer a Reino Unido una «sólida justificación» para una prórroga larga, lo que incluiría un segundo referéndum o unas elecciones generales y también llevaría aparejada la participación en las elecciones europeas. En términos muy parecidos se expresó Emmanuel Macron tras entrevistarse en París con el «premier» irlandés, Leo Varadkar. Para el presidente francés, «no es seguro» que Reino Unido consiga una prórroga, ya que «la UE no puede ser rehén a largo plazo de la resolución de un crisis política en Reino Unido». Varadkar se mostró algo más optimista al señalar que aún queda tiempo antes de que May pueda acudir a Bruselas con una propuesta creíble, aunque admitió que todo apunta a un Brexit caótico. El presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, en cambio, pidió paciencia: «Incluso si, después de hoy [por ayer], no sabemos cuál será el resultado final, seamos pacientes».