Inseguridad

Al menos 600 personas fallecen en África de forma violenta durante el mes de marzo

La violencia intercomunal, los ataques yihadistas y la violencia policial, a las que habría que sumarles las cifras ocasionadas por las catástrofes naturales, dejan tras de sí un reguero de sangre en el continente africano

Rebeldes del M23 en República Democrática del Congo.
Rebeldes del M23 en República Democrática del Congo.larazon

Al menos 600 civiles han fallecido este mes de marzo en África de forma violenta. La cifra no incluye los homicidios entre particulares, debiéndose únicamente a episodios de violencia intercomunal, violencia yihadista y violencia policial. En su mayoría se refieren a las matanzas de entre diez y cuarenta personas que ocurren semanalmente en el continente. Asimismo, la dificultad intrínseca a la naturaleza del continente africano para obtener cifras completas lleva a resaltar que es probable que hayan ocurrido más muertes de las mencionadas, debido a que el hermetismo de ciertas regiones impide tener conocimiento de muchos de los fallecimientos hasta que los organismos internacionales no publican sus informes trimestrales o anuales, si es que se informa de dichas muertes alguna vez. Esto se da, por ejemplo, en República Centroafricana, Sudán del Sur o Somalia, países sobre los que todavía no se han recogido datos para este mes de marzo, más allá de unos pocas víctimas filtradas a la prensa.

Las naciones más castigadas han sido República Democrática del Congo (más de 170 fallecidos), Nigeria (más de 160 fallecidos), Burkina Faso (más de 140 fallecidos) y Mali (más de 100 fallecidos). Los países africanos con un mayor número de muertes originadas por una catástrofe natural fueron Tanzania y Malawi, que en total sumaron cerca de 1.300 muertes a causa del ciclón Freddy que asoló sus territorios a mediados de mes.

Burkina Faso

Burkina Faso vive actualmente una guerra abierta contra el yihadismo, después de que el capitán de artillería que dirige el país desde el último golpe de Estado de 2022, Ibrahim Traoré, declarase la guerra abierta a los terroristas afincados al norte del país. Aunque la mayoría de las muertes fueron provocadas por las diferentes facciones yihadistas, 22 de ellas ocurrieron a manos de las fuerzas armadas burkinesas, en un ejercicio de violencia gubernamental que la Junta Militar ha justificado en que la nación se encuentra en “guerra” y que hace falta tomar medidas drásticas, si es necesario, para acabar con el enemigo y sus cómplices. Recordemos que Burkina Faso es el segundo país más afectado por el terrorismo del mundo, sólo por detrás de Afganistán según el Global Terrorism Index (GTI), y que es a su vez el país del mundo donde más civiles murieron a causa del terrorismo en 2022, con 1.135 víctimas contabilizadas.

República Democrática del Congo

La complejidad de los conflictos que acribillan República Democrática del Congo reparte las muertes ocurridas en el mes de marzo entre los yihadistas y los diferentes episodios de violencia intercomunal que se suceden en el este y el sur del país. Aunque el conflicto más sonado en RDC corre a cuenta del grupo guerrillero M23, la complejidad étnica y religiosa reproduce otros choques, como pueden ser el que se desarrolla entre las comunidades teke y yaka, que ya se cobró 140 vidas en octubre de 2022 según un informe de Naciones Unidas; o el asesinato de diecisiete personas a manos de milicianos de la CODECO el pasado 25 de marzo. Igualmente, el yihadismo cobra una fuerza creciente en el país de la mano del Estado Islámico y de las Fuerzas Aliadas Democráticas (ADF por sus siglas en inglés). Estos últimos fueron responsables de la peor matanza en el mes de marzo, cuando más de cuarenta personas fueron asesinadas a machetazos en las localidades de Mukondi y Musa, en la castigada provincia de Kivu Norte. Para comprender la magnitud de la situación en Kivu Norte, podría bastar con señalar que en 2018 se contabilizaron 134 grupos armados en esta provincia del este congoleño.

Nigeria

La mayoría de las muertes sucedidas en Nigeria suelen ocurrir debido a la amenaza yihadista posicionada en el norte del país, en especial de la mano de Boko Haram (Nigeria ocupó el octavo lugar en el ranking del GTI en 2022). Pero también se repiten los choques entre comunidades, que este mes se saldaron la vida de al menos 16 personas después de que un grupo de hombres de la etnia fulani abrieran fuego contra unos agricultores a raíz de una disputa previa. Cabe a destacar la muerte violenta de hasta 109 personas, según el Gobierno nigeriano, causadas por la violencia electoral que rodeó las elecciones presidenciales y gubernamentales de finales de febrero y mediados de marzo de este año. 109 homicidios que dejaron patente la difícil situación democrática de Nigeria, donde la religión y la etnicidad se empapan de política y provocan, cuando no las muertes citadas, un clima en extremo inestable que dificulta el correcto desarrollo de un proceso electoral.

Mali

Las únicas cifras de muertes en Mali (puesto número 4 en el ranking GTI) fueron facilitadas a finales de mes por el Grupo de Apoyo al Islam y los Musulmanes, el grupo terrorista con mayor presencia en el país y que anunció haber acabado con la vida de 104 personas en marzo. Estas cifras son, sin embargo, incompletas. El hermetismo procurado por la Junta Militar que gobierna el país desde 2021 impide una correcta valoración de la situación en el centro y el norte de Mali, que se encuentra a efectos prácticos invadido por los distintos grupos yihadistas. Aquí también se repiten las secuencias de violencia intercomunal entre grupos de las etnias fulani y dogon, mientras que son conocidas las matanzas de civiles fulani perpetradas a manos de las Fuerzas Armadas malienses en colaboración con el Grupo Wagner. Las muertes de civiles en Mali suelen darse a través de ataques a las aldeas que se hayan resistido a la presencia yihadista o a los ataques esporádicos que realizan estos contra vehículos que transitan las carreteras que llevan al norte y al oeste.

Violencia policial y catástrofes naturales

La violencia policial también ha causado estragos en Senegal (3 fallecidos), Sudán (1 fallecido) y Kenia (3 fallecidos), donde los gobiernos de sendos países han reaccionado de forma violenta a lassucesivas protestasque todavía hoy están en desarrollo. Mientras que Sudán hace décadas que vive inmersa en una serie de dictaduras, las protestas en Senegal nacen del temor de la población a que el actual presidente, Macky Sall, caiga en la tentación de presentarse por tercera vez a las elecciones, algo que la constitución senegalesa prohíbe de forma expresa. Igualmente, el líder de la oposición, Ousmane Sonko, fue condenado este jueves por difamación a una multa de 300.000 euros y 3 meses de prisión, aunque finalmente no ingresará en ella y se le permitirá presentarse a las elecciones presidenciales que tendrán lugar en 2024.

Las protestas en Kenia llevan casi tres semanas sucediéndose cada lunes y cada jueves, hostigadas por el líder de la oposición, Raila Odinga. Los manifestantes se lanzan a las calles para reclamar una mejoría del coste de vida, que se ha disparado a causa de la subida de precios del trigo desde el inicio de la guerra de Ucrania. Odinga lucha por la creación de una nueva Comisión Electoral, después de que el Tribunal Supremo keniano desestimara su recurso de apelación a los resultados de las elecciones presidenciales que tuvieron lugar en el pasado mes de agosto.

Cuatro fallecidos a manos del separatismo camerunés cerrarían la lista de la muerte del mes de marzo. Faltaría sumar los homicidios intencionados y no relacionados con las causas expuestas más arriba, y lo que probablemente sean varias decenas, si no centenas de muertes ocasionadas por los diferentes conflictos sobre los que es imposible obtener información reciente. Se desbrozan sin embargo tres causas fundamentales de las muertes violentas en África: el terrorismo, los conflictos intercomunales y las catástrofes naturales que atrapan y arrastran con las riadas en Tanzania y Malawi, si no exterminan vidas a través de la inanición que lleva meses asolando el cuerno de África, que la ONU calcula que ha acabado con 44.000 niños desde el mes de agosto. Los números de las víctimas en África pasan así de cientos a miles en cuestión de un párrafo, se confunden y se estiran, pasan página, se olvidan, sepultadas unas sobre las otras hasta que son tantas, tan confusas, que el mundo se encoge de hombros y deja de mirar.