Unión Europea

Merkel advierte de que el EI no podrá cambiar su política migratoria

Anuncia un nuevo plan de seguridad que incluirá más vigilancia en internet y refuerzo policial

Angela Merkel, enfocada por decenas de cámaras, tras su rueda de prensa de ayer en Berlín
Angela Merkel, enfocada por decenas de cámaras, tras su rueda de prensa de ayer en Berlínlarazon

Alemania resistirá y no modificará su actual política de acogida pese a la oleada de ataques que sacudió la semana pasada al país.

Alemania resistirá y no modificará su actual política de acogida pese a la oleada de ataques que sacudió la semana pasada al país. La canciller Angela Merkel se mantuvo firme en el «Podemos hacerlo», su lema ante la crisis de los refugiados, y considera que Europa es capaz de manejar la problemática migratoria y al mismo tiempo hacer frente al terrorismo.

La líder de un país que aún se encuentra en estado de «shock» por los trágicos acontecimientos recientes reconoció que el terrorismo yihadista había llegado a Alemania, especialmente después de su primer atentado suicida en la ciudad de Ansbach, reivindicado por el Estado Islámico (EI). Merkel comparó este ataque con los que tuvieron lugar recientemente en Niza (Francia) y en Orlando (Estados Unidos). «Los terroristas quieren que perdamos de vista lo que es importante para nosotros», se pronunció la mandataria en una esperada rueda de prensa que tenía previsto celebrar después de las vacaciones de verano, pero que adelantó como respuesta a los últimos sucesos. «Quieren poner en riesgo nuestro sentido de comunidad y nuestro deseo de ayudar a gente con problemas. Nos oponemos firmemente a ello», añadió Merkel.

La canciller aseguró ayer que su país está «en guerra» con el autodenominado EI, aunque puntualizó que eso no significa «de ninguna manera» que lo esté contra «el islam». Merkel volvió a pedir que no crezca el recelo hacia todos los refugiados como grupo social, un mensaje que el Ejecutivo alemán se ha esforzado en repetir desde que comenzara la sucesión de ataques, la mayoría perpetrados por solicitantes de asilo.

Alemania y Europa «se enfrentan a un reto histórico», según la canciller alemana, quien recordó no obstante que se había conseguido un gran avance «en los últimos once meses», los que han transcurrido desde que diese luz verde a la entrada de miles de refugiados. «Todavía estoy convencida de que podemos hacerlo», apuntó en un discurso que se desarrolla en un delicado contexto nacional.

Aunque las bases de su política de acogida seguirán intactas por el momento –pese a que ha endurecido la legislación de asilo en los últimos meses–, ayer adelantó que se desarrollaría un plan de seguridad de nueve puntos. Este programa, aún por definir, incluye una mayor cooperación con los servicios de Inteligencia de sus socios europeos y estadounidense, así como la implantación de un sistema de alerta inmediata, de más personal y más tecnología. También se tiene previsto establecer una autoridad que regule la seguridad en internet para detectar focos de radicalización y evitar la venta de armamento, y acelerar las expatriaciones para los solicitantes de asilo rechazados, en clara relación con el islamista suicida de Ansbach, que debía haber abandonado el país hace unas semanas.

Especialmente este último atentado, que fue la trágica guinda final al tiroteo en Múnich, el asesinato en Reutlingen y el ataque con el hacha en Wurzburgo ha dejado un escenario espinoso para Merkel. El hecho de que tres de los cuatro autores de los crímenes fueran solicitantes de asilo no mejora la situación de la canciller, que se enfrenta a críticas incluso procedentes de sus socios de Baviera. La región más afectada por los ataques y la puerta de entrada de los refugiados al país, anunció ayer que empleará a 2.000 agentes de seguridad adicionales tras pedir más control migratorio.