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Merkel pide un país fuerte para mantener el respeto europeo

Merkel en su último gran mitin de campaña
Merkel en su último gran mitin de campañalarazon

La canciller alemana y candidata a la reelección subrayó los éxitos de su gestión y garantizó su europeísmo, aunque insistió en que la solidaridad será siempre «con condiciones». «Ni eurobonos ni emisiones de deuda conjunta», garantizó.

El Tempodrom de Berlín acogió ayer el último gran mitin de campaña de Angela Merkel. Su entrada a las 10:35 h no dejó indiferente ni a sus entregados simpatizantes ni a la numerosa prensa alemana y europea. Enfundada en sus habituales pantalones negros y una chaqueta rosa, la líder de la Unión Cristianodemócrata (CDU) fue directa al grano. «Personalmente, pido a los alemanes que me den un mandato fuerte para poder servir a Alemania durante cuatro años más, trabajando para todo el mundo, por una Alemania fuerte, por un país que sea respetado en Europa y ayude a Europa».

Tras recordar que la «crisis no ha terminado» y reiterar que «no habrá solidaridad» con los socios europeos «sin responsabilidad», la canciller alemana reivindicó los logros de una UE que en 2015 conseguirá la proeza de mantener la paz durante setenta años. Reconoció que Alemania es «un gran país y la mayor economía de Europa, pero necesita amigos», aunque algunos la critiquen. Sobre las manifestaciones en Portugal o Grecia, Merkel afirmó que se siente «contenta de poder viajar por un continente que disfruta de libertad de expresión y de manifestación», según confesó ante los aplausos de una entregada audiencia, que le reía sus bromas.

Para conseguir que Alemania siga por el buen camino, recordó el lema que lleva repitiendo durante la última semana: «Cuatro años, dos votos». Porque, según recordó a aquellos que quieren solidarizarse con sus socios liberales, es el segundo voto el que decide quién es al canciller. Ante unos ajustados sondeos que anticipan una noche electoral de infarto, la líder de la CDU instó al público a movilizarse para convencer al 30% de indecisos. «¡Tienen las próximas para eso!», les animó. Pese a su preferencia por reeditar su coalición con los liberales, la canciller no quiso cerrar las puertas a otra gran coalición. «Es cierto que con el SPD resolvimos muchos problemas de 2005 a 2009. Pero fuimos más exitosos en la coalición de la CDU con los liberales», explicó antes de meter el dedo en el ojo a sus rivales criticando su promesa estrella, el salario mínimo. «Si aumentamos los impuestos y las tasas, no tendremos más ingresos, sino menos; no habrá más puestos de trabajo, sino menos», aseguró.

A la salida del mitin y pese al «Calm down» escrito en el autobús de campaña, los militantes de la CDU no disimulaban su nerviosismo. «Luchar por cada sondeo hasta el final ha sido una fuente de motivación, porque la amenaza de una coalición entre socialdemócratas, verdes y el partido de La Izquierda está ahí», reconocía Sigmar repitiendo el argumentario del partido. Vestida con una camiseta naranja, el color de campaña de los cristianodemócratas, Nora, una joven voluntaria, reconocía que «temía que las elecciones se resolvieran en la photo finish». A pocos metros, una jubilada se mostraba más optimista: «No sólo podemos convencer a la gente para que vote, sino que podemos entusiasmarla». «Estoy segura de que ganaremos», repite con una sonrisa.