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Merkel y Tsipras se dan una tregua

Merkel destaca la voluntad de acuerdos pese a las diferencias

La canciller alemana recibe con honores militares al primer ministro griego
La canciller alemana recibe con honores militares al primer ministro griegolarazon

En medio del temor a una inminente bancarrota en Grecia, la canciller recibe a su homólogo heleno en Berlín para limar sus diferencias. Alemania reitera que toda ayuda está condicionada a nuevas reformas.

La canciller alemana, Angela Merkel, se reunió ayer en Berlín con el primer ministro griego, Alexis Tsipras, en la primera cita bilateral entre ambos desde la victoria de Syriza. La reunión, a invitación de Merkel, se celebró con la intención de abordar las necesidades financieras de Grecia y discutir sobre las reformas propuestas por Atenas para liberar los fondos de rescate en una semana en la que el país heleno se aproxima a las fechas de vencimiento de pagos. En este contexto, Tsipras también trajo a Berlín el asunto de las compensaciones de guerra reclamadas a Alemania por la ocupación nazi. La canciller alemana recibió al primer ministro griego en la Cancillería en un acto ante las cámaras donde no faltaron honores militares, apretones de mano, saludos a las delegaciones e himnos nacionales. Tras la reunión, que se centró en las dificultades financieras de Atenas y en las reformas propuestas, ambos comparecieron en una rueda de prensa y celebraron posteriormente una cena para seguir tratando las diferentes cuestiones.

Este acto fue el primer acercamiento entre ambos Gobiernos y un intento por recomponer su relación con el que se pretendía, además, ayudar a fortalecer la unidad europea. En definitiva, una aproximación entre ambos líderes para suavizar la tensión que se ha venido generando desde que Tsipras llegó al poder.

La reunión llegó en un momento en el que las relaciones entre ambos países no atraviesan su mejor momento. La ya existente tensión parecía haberse agravado tras el anuncio de la carta que Tsipras envió el pasado 15 de marzo a la canciller alemana, en la que explicaba que para Grecia resultaba imposible pagar la deuda impuesta en las semanas venideras sin una asistencia financiera a corto plazo. El líder griego achacó estas dificultades de pago a las restricciones impuestas por el Banco Central Europeo (BCE) y a la imposibilidad de acceso a los mercados de dinero. Aseguraba asimismo en el texto que a «cualquier Gobierno» le sería imposible cumplir con dichas exigencias en tales circunstancias. Tsipras advertía de que Atenas podía verse forzada a elegir entre pagar las deudas o continuar con el gasto social.

La misiva puso de manifiesto la ya latente preocupación sobre si Grecia podrá ser capaz de abonar salarios y pensiones. A pesar de este hecho, el vicecanciller y ministro de Economía alemán, Sigmar Gabriel, manifestó antes del encuentro en Berlín que se habían puesto «grandes esperanzas» en el encuentro.

Merkel declaró en la rueda de prensa cojunta que existe una voluntad para lograr un acuerdo respecto al programa de reformas sugerido por Atenas, aunque no obvió que puedan existir ciertas diferencias de opinión. La canciller enumeró algunos de los problemas a los que Grecia se enfrenta en la actualidad, como el alto desempleo juvenil, y reconoció la urgencia de una serie de reformas, añadiendo después que la aprobación o no de las propuestas sugeridas por Atenas no le compete únicamente a Alemania, sino también al resto de socios del Eurogrupo. A este respecto, añadió que «todos los europeos son iguales, independientemente del número de habitantes que tengan», y que «Alemania tiene gran interés en mantener buenas relaciones con todos los Estados miembros, incluido Grecia».

Por su parte, Tsipras señaló que «este encuentro inicial podría ser el primer paso para el nacimiento de una nueva relación entre Grecia y Alemania» y expresó su deseo de que ambos países empiecen de cero. Respecto a las compensaciones económicas que Atenas exige para reparar los estragos del nazismo, Tsipras sólo declaró que es un tema que tiene que tratarse de forma separada al de la crisis griega, puesto que, a diferencia de lo anterior, se trata de «una cuestión puramente bilateral» entre Alemania y Grecia. El líder griego insistió en la necesidad de olvidar los estereotipos que contaminan las relaciones entre los dos países. «Ni los griegos son perezosos, ni los alemanes son culpables de todos los males y las desgracias en Grecia», recalcó Tsipras, para a continuación calificar a Merkel como una persona «que sabe escuchar».

A pesar de que esta primera cita podría ser el comienzo de un entendimiento entre ambos países y un intento mutuo para resetear su relación bilateral, Alemania, que es actualmente el mayor acreedor de Grecia, seguirá intentando que el Gobierno de Syriza respete los compromisos adquiridos con el resto de los Estados miembros de la Unión Europea. Este encuentro, según declaró en días anteriores el portavoz del Ejecutivo alemán, Steffen Seibert, no sustituye ni influye en las decisiones del Eurogrupo.

Merkel y Tsipras ya se habían reunido el jueves pasado al margen de la Cumbre de Bruselas, junto al presidente francés, François Hollande, y los responsables del BCE, Mario Draghi; la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker; el Consejo Europeo, Donald Tusk, y el Eurogrupo, Jeroen Dijsselbloem. Un día antes de la cita, el ministro de Exteriores alemán, Frank-Walter Steinmeier, y su homólogo griego, Nikos Kotzias, se citaron igualmente en Berlín para preparar un encuentro, que ha despertado gran expectación en toda Europa.

Tras el encuentro con su homóloga germana, Tsipras se reunió con los líderes de los partidos de la oposición alemana, La Izquierda y Los Verdes.