Argentina

Milei adopta un perfil de estadista antes de asumir la presidencia de Argentina

El líder conservador modera su discurso antes de la ceremonia de investidura, pero mantiene sus polémicas apuestas económicas

AME8259. BUENOS AIRES (ARGENTINA), 19/11/2023.- Fotografía de archivo fechada el 19 de noviembre de 2023 que muestra al presidente electo de Argentina, Javier Milei, durante su discurso en el "búnker" electoral tras conocer los resultados que le dieron como ganador del balotaje, en Buenos Aires (Argentina). Identificado con la figura de un león melenudo y con actitudes más propias de una estrella del rock, el 'loco' Javier Milei se convertirá este domingo en el "primer presidente liberal libe...
El 'loco' Milei se convertirá en el "primer presidente liberal libertario" de la historiaJuan Ignacio RoncoroniAgencia EFE

Hoy será el día con el que Javier Milei nunca se atrevió a soñar. El líder de La Libertad Avanza (LLA) recibirá la banda presidencial y se convertirá en el nuevo presidente de Argentina, rompiendo con años de tradición política dominada por el peronismo kirchnerista con apenas paréntesis.

El nuevo presidente jurará su cargo en la sede del Congreso, donde su predecesor, Alberto Fernández, le entregará la banda albiceleste de presidente de la República. Allí, Milei pronunciará su primer discurso como jefe de Estado, esperado con máxima expectación y entre dudas sobre qué perfil mostrará, el incendiario en el que cimentó su éxito como candidato, o el más moderado y aparentemente realista que ha adoptado desde su triunfo electoral del pasado 19 de noviembre.

Siendo un novato en la arena política, y al frente de un partido recién nacido, Milei propulsó su candidatura y su gancho para el electorado más joven con propuestas radicales y polémicas, como la supresión del Banco Central, la adopción del dólar como moneda oficial, la vuelta a la penalización del aborto e incluso la legalización de la venta de órganos.

Aquel Milei se declaraba en guerra contra la «maldita casta política» argentina, a la que llegó a comparar con «excremento» y tachaba al Papa Francisco de «representante del maligno en la Tierra» e «imbécil», y lo acusaba de «afinidad con comunistas asesinos».

Pero ese Milei parece en cierta medida domesticado. Como presidente electo, consciente de que necesitará del apoyo de la facción de la derecha liderada por el expresidente Mauricio Macri para llevar su gestión a buen puerto, ha incluido en su equipo a figuras destacadas del macrismo, como Patricia Bullrich, que será su ministra de Seguridad pese a que la que llamó «asesina» cuando ambos eran rivales en la campaña, o Luis Caputo, a quien criticó duramente cuando era ministro de Macri y al que ha confiado el Ministerio de Economía, seguramente la cartera más crítica para sus planes de liberalizaciones y privatizaciones masivas.

En un aparente intento de adoptar un perfil de estadista, Milei ha multiplicado desde su elección sus contactos internacionales; también con el Papa, con el que conversó por teléfono y al que invitó a visitar Argentina el año que viene.

Milei mantuvo llamadas con líderes internacionales, entre ellos el presidente estadounidense, Joe Biden y el francés, Emmanuel Macron, entre otros. También con su adorado Donald Trump, el expresidente estadounidense al que Milei admira, pero al que no se espera en su toma de posesión.

El presidente electo también suavizó su tono hacia China. Aunque en la campaña había amenazado con romper las relaciones con la superpotencia asiática, Milei agradeció públicamente la carta de felicitación que recibió de su líder, Xi Jinping.

Milei ha iniciado sus acciones diplomáticas antes incluso de tomar posesión. La semana pasada viajó a Washington acompañado por su equipo para reunirse con el asesor del presidente Joe Biden para América Latina, Juan González, y el subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental, Brian Nichols. Allí manifestó su disposición de alinear a Argentina en la órbita de Washington.

Sus colaboradores mantuvieron reuniones con los directivos del Fondo Monetario Internacional (FMI), organismo clave en cualquier plan de recuperación económica para Argentina, ya que se trata del principal prestamista del país.

De momento, algunos líderes internacionales ya han confirmado su asistencia a la juramentación de Milei. El rey Felipe VI de España acudirá, como suele hacer cuando toma posesión cualquier presidente latinoamericano. Los presidentes de Chile, Paraguay, Uruguay y Ecuador también han confirmado su asistencia y se cuenta con la del ucraniano Volodimir Zelenski, según han informado medios locales. Este le ofreció la celebración en Argentina de una cumbre de paz sobre la guerra entre su país y Rusia. A Donald Trump no se le espera. También el primer ministro de Hungría, el ultranacionalista Viktor Orbán, ha viajado a Buenos Aires, para asistir a la ceremonia de investidura y, de paso, reunirse con el expresidente de Brasil, Jair Bolsonaro.

Las grandes ausencias serán las de los presidentes de Colombia y Brasil. Lula da Silva declinó asistir tras haber recibido insultos por parte del libertario durante las elecciones y Gustavo Petro mostró abiertamente su oposición al nuevo presidente argentino.

La principal incógnita será la de su primer discurso presidencial, en la que debería dejar ya algunas claves de sus planes como gobernante.

De momento, ha trascendido que Milei ha querido introducir algunos cambios simbólicos en el acto. Al contrario de lo que es tradición, recibirá la banda presidencial en las escaleras exteriores del Congreso, como suele suceder en Estados Unidos, y no en el salón del legislativo, para que el nuevo presidente pueda compartir la jornada con sus seguidores, a los que ha animado a acudir con la bandera nacional. De allí, marchará hacia la Casa Rosada, en un desfile que no se llevaba a cabo desde la asunción de Fernando de la Rúa en 1999. La era Milei habrá comenzado.