Conflicto Israel-Palestina
Miles de palestinos rezan en la Explanada de Mezquitas por vez primera en meses
Miles de palestinos de todas las edades rezaron hoy en la Explanada de las Mezquitas de Jerusalén por primera vez en meses, después de que Israel aceptara retirar la restricción de acceso para los menores de 50 años. La emoción era hoy el sentimiento mayoritario tras meses en la que la tensión se mascaba en los accesos a la zona árabe de la ciudad vieja de Jerusalén, donde los jóvenes se juntaban para rezar en las calles bajo la atenta mirada de las fuerzas de seguridad israelíes.
"Es nuestro derecho, es nuestro lugar sagrado. Esto es lo normal. Nadie nos debería decir quién puede subir o no", dijo a Efe Salim Houdari, un hombre de 41 años que aparcó su vehículo a una prudencial distancia de la Explanada para evitar las multas de la Policía de Tráfico israelí, que podían ascender a más de cien euros.
"No son solo las cosas tan visibles como el cierre de la mezquita las que hacen crecer la tensión. Son estas pequeñas cosas del día a día las que también enfadan a la gente. Aquí nunca se ponen multas y menos en viernes", argumento Houdari.
Según la Policía israelí, unas 40.000 personas participaron este viernes en la oración frente a la mezquita de Al Aqsa, en una de las mañanas mas tranquilas de los últimos meses en Jerusalén, pese a que en el sermón el imán criticó las restricciones israelíes.
En una de las entradas a la ciudad vieja, Hazim al Hasan, empleado de un comercio del Monte de los Olivos, advertía, por su parte, que seguirán con la defensa de la explanada, el tercer lugar mas sagrado del islam tras La Meca y Medina.
"Estamos aquí para rezar pero también para defender este lugar. Es nuestro lugar sagrado y Jerusalén nuestra capital", afirmó este joven de 22 años.
De la misma opinión era Hamis, estudiante de posgrado, para quien Al Aqsa es "el símbolo de todos los musulmanes, no solo de los palestinos. Todos la defenderemos", señaló.
El fin de la restricción, en vigor desde hace semanas, se produce horas después de que el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, viajara a Ammán para reunirse con el rey Abdalá II de Jordania y el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, para reducir la tensión en torno a Jerusalén.
La tensión había crecido sin freno en la ciudad desde que a principios de julio tres extremistas judíos mataron a un adolescente palestino en venganza por el asesinato tres semanas antes, a manos de exconvictos islamistas, de tres estudiantes israelíes en Cisjordania ocupada.
Desde entonces se han repetido los enfrentamientos entre policías y jóvenes palestinos, así como los ataques de palestinos y colonos judíos.
La tensión alcanzó el cenit en las últimas tres semanas con dos atropellos mortales de conductores palestinos -que mataron a tres israelíes y una ciudadana ecuatoriana- en Jerusalén Este y el intento de asesinato de un rabino ultranacionalista que se repone en el hospital.
Tras el ataque al rabino, Israel cerró por vez primera en 40 años la Explanada de las Mezquitas al rezo musulmán, lo que llevó a Jordania (el país que tiene la jurisdicción sobre dicho recinto desde 1967 y renovada en 1994, en virtud del acuerdo de paz jordano-israelí) a llamar a consultas a su embajador en Tel Aviv.
Uno de los principales motivos de tensión fue la decisión de Israel de restringir la entrada de palestinos a la Explanada y la recurrente subida de ultranacionalistas judíos a este área, en el que también se erigieron el primer y segundo templo judíos, conocidos como el de Salomón -destruido por los asirios en el siglo VI a.C- y de Herodes, destruido por los romanos en el año 70.
Los ultranacionalistas judíos pretenden cambiar el status quo de esta explanada, firmado en 1967 y que entrega la gestión a las autoridades jordanas y la seguridad exterior a las fuerzas israelíes.
Según la ley judía, la subida a orar al Monte del Templo -como quieren los nacionalistas- está prohibida hasta que regrese el mesías y construya el Tercer Templo.
En puridad, señala la ley judía, los creyentes no deberían ni siquiera plantearse pisar la explanada para no cometer por error el acto impío de hollar el "sancta sanctorum", el lugar más sagrado del Templo y cuya ubicación exacta dentro del recinto no está clara.
Pese al fin de las restricciones, la Policía israelí ha despegado un amplio dispositivo de seguridad en torno a la Explanada y la ciudad vieja de Jerusalén, ante la posibilidad de que estallen disturbios.
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