Hamburgo

Marea solidaria en Europa ante la crisis de los refugiados

El clamor de las principales capitales contrasta con el «no a los sirios» de los países del Este

Miles de personas se sumaron a la convocatoria realizada por varias organizaciones e instituciones públicas en favor de la tolerancia
Miles de personas se sumaron a la convocatoria realizada por varias organizaciones e instituciones públicas en favor de la tolerancialarazon

Miles de personas se manifestaron ayer en las capitales de toda Europa por la crisis de los refugiados. La mayoría, en defensa de sus derechos y en favor de la unidad y la solidaridad en la Unión Europea. Sin embargo, países como Polonia, República Checa o Eslovaquia acogieron manifestaciones para mostrar su rechazo. La división en la ciudadanía es la misma que reflejan sus Gobiernos. Una visión diferente sobre la gestión de esta crisis humanitaria, que provoca una vez más que Europa no permanezca unida. Surge de nuevo un choque de pensamiento, que supondrá sin duda un duro golpe a la imagen exterior de la UE.

Desde la Comisión Europea se trabaja para poder gestionar de una forma justa la llegada de refugiados a Europa, pero la comunicación no llega a los ciudadanos más reacios. Sin embargo, al margen de que hubiera ciudades ensalzando un «no» a los sirios que buscan refugio en Europa, la mayoría de las capitales vibraban ayer por el «sí». Capitales como Madrid, Londres, Copenhague, Glasgow, Atenas o Berlín eran recorridas por miles de personas que se manifestaban por los derechos de esos refugiados, que dejan un país en guerra. Por la dignidad del ser humano, por el derecho a recibir asilo y porque se tomen medidas para evitar que familias enteras se lancen a cruzar el Mediterráneo, en un viaje que saben dónde comienza pero no dónde termina.

«Los refugiados son bienvenidos aquí», «Ningún ser humano es ilegal». Estos eran los principales eslóganes de las ciudades solidarias. En Londres, el nuevo líder laborista, Jeremy Corbyn, no dudaba en encabezar una de las manifestaciones y cargar contra la política migratoria del primer ministro, David Cameron. Reino Unido, sin embargo, junto a Dinamarca e Irlanda legalmente no tienen por qué acoger refugiados si no quisieran, porque cuentan con una cláusula de excepción. Aún así las tres sociedades han salido a la calle para pedir solidaridad con los refugiados, una llamada a la que sólo han respondido positivamente los Gobiernos de Dublín y Londres.

Pero no todo fueron buenas palabras en el seno de Europa. Del otro lado, el negativo, los mensajes eran duros. «Iros a casa» o «Paremos la islamización de Europa» rezaban algunos carteles en ciudades como Varsovia o Bratislava. Desde Praga, «No queremos ni refugiados, ni islam en la República Checa. La salida de Europa es la solución». Desde Budapest, el primer ministro húngaro, Viktor Orban, pedía un plan de ayuda de 3.000 millones de euros para los países vecinos de Siria, y que sean ellos quienes resuelvan la crisis migratoria.

Ayer, asociaciones internacionales como Amnistía Internacional y otras ONG respaldaron el Día Europeo de acción por los refugiados. Concluyó con multitudinarias manifestaciones, a dos días de que se reúnan los ministros del Interior, en una de las citas más esperadas y a la vez más criticadas por su tardanza en convocarla. La sociedad europea exige soluciones donde se impongan como valores aquellos que fomentaron la creación de Europa. Las esperanzas están puestas en la cumbre de que se celebra mañana lunes en Bruselas, donde se espera un acuerdo de mínimos que haga gestionar de emergencia la reubicación de refugiados de Oriente Medio entre los diferentes Estados miembros.

Hamburgo

Miles de personas participaron hoy en Hamburgo (norte de Alemania) en concentraciones convocadas en favor de la acogida de refugiados y contra la xenofobia tras la prohibición de una marcha neonazi en la ciudad por parte del Tribunal Constitucional germano. Según fuentes policiales, la manifestación convocada por organizaciones de izquierda ante la estación central, que reunió a unas 7.500 personas, derivó en disturbios cuando un grupo de extremistas atacó un tren ante la sospecha de que en él había ultraderechistas, lo que obligó a suspender temporalmente el tráfico ferroviario.

Mientras, en el centro de la ciudad, frente al ayuntamiento, miles de personas se sumaron a la convocatoria realizada por varias organizaciones e instituciones públicas en favor de la tolerancia y el multiculturalismo.

Los teatros de Hamburgo se sumaron a las marchas contra la xenofobia con carteles que rezaban "Ningún espacio para los nazis"y las radios regionales suspendieron sus emisiones a mediodía para leer un comunicado conjunto en favor de una ciudad abierta.

Las concentraciones fueron organizadas ante la intención de grupos ultraderechistas de celebrar hoy en Hamburgo el que denominaron "Día de los patriotas alemanes", evento que prohibieron los tribunales ante el temor de que se registraran incidentes violentos.

Los organizadores de esa jornada recorrieron a lo largo de la semana todas las instancias judiciales hasta que el Tribunal Constitucional ratificó anoche la prohibición asumiendo los argumentos de las fuerzas policías, que esgrimieron que no contaban con suficientes efectivos para garantizar la seguridad.

Ante los rumores de que los ultraderechistas pudieran reunirse finalmente en la cercana ciudad de Bremen, a pesar de que también en esa localidad se prohibieron las concentraciones neonazis, la policía adoptó medidas de precaución y suspendió el mercado que se organiza cada semana en el centro.