El cetro del monarca

Miles de sudafricanos exigen a Carlos III que devuelva el diamante tallado más grande del mundo, de 530 quilates

La joya fue encontrada en Pretoria en 1905 y se extrajo de una gran piedra de 3.100 quilates

Cetro real de la monarquía británica con el diamante la Estrella de Africa en el centro
Cetro real de la monarquía británica con el diamante la Estrella de Africa en el centroWikipedia

Amablemente pero con firmeza. Miles de sudafricanos han pedido a la monarquía británica, y especialmente a Carlos III, que devuelva el mayor diamante tallado del mundo, una pieza de 530 quilates (100 gramos de peso), que fue encontrada en 1905 en Sudáfrica, un país que se convirtió en república en 1961. Esta piedra preciosa se convertirá en una parte clave de la ceremonia de coronación de este sábado en Londres, ya que está insertada en el cetro real que sostendrá el rey de Inglaterra.

El diamante se conoce con el nombre de la Gran Estrella de África, y es la joya tallada más grande del mundo. Se conoce con el nombre de Cullinan, llamada así por el magnate de los diamantes británico Thomas Cullinan, en cuya mina fue encontrado en 1905. No es la primera vez que Sudáfrica reclama este diamante. En 1995, cuando al reina Isabel II visitó el país, el jefe de la tribu azania exigió a la soberana la devolución del Gran Estrella de África.

Cullinan es una gema brillante y con un tono ligeramente azulado, y se extrajo de una gran piedra de 3.100 quilates cerca de Pretoria. Del bloque inicial se sacaron nueve diamantes Cullinan numerados del I al IX y otras 96 piezas menores. Las dos primeras joyas, las Cullinan I y II, pertenecen a la Corona británica. De hecho Cullinan II, de 317 quilates, adorna la corona real. Las otras siete piezas eran de la reina Isabel, quien los llevaba engarzados en un collar, una sortija y varios broches.

En 1907, la compañía británica Transvaal Colony regaló la pieza al rey Eduardo VII, el tatarabuelo de Carlos III, con motivo de su 65 cumpleaños. Pagó por él 150.000 libras esterlinas, lo que hoy equivaldrían entre 18 y 21 millones de libras.

Mientras tanto, se colocó un diamante más pequeño adicional de la misma piedra principal, llamado Cullinan II, en la Corona del Estado Imperial, que suele exhibirse en ceremonias del monarca británico. Tanto la corona como el cetro se guardan junto con otras joyas de la corona en la Torre de Londres.

En medio de un contexto de revisión histórica y petición de devoluciones de obras de arte expoliadas por las antiguas metrópolis a sus colonias, algunos surafricanos exigen la devolución del diamante a Londres tras una iniciativa privada que ha reunido unas 8.000 firmas, según la agencia Reuters.

“El diamante tiene que venir a Sudáfrica. Tiene que ser un signo de nuestro orgullo, nuestra herencia y nuestra cultura”, dijo a Reuters el abogado y activista de Johannesburgo Mothusi Kamanga. “Creo que, en general, los africanos están comenzando a darse cuenta de que descolonizar no es solo permitir que las personas tengan ciertas libertades, sino también recuperar lo que nos han expropiado”.

Ha habido algunas discusiones en torno a las gemas presentes en la coronación: la corona de la ceremonia de la reina Camilla, por ejemplo, no contendrá un diamante y también está rodeado de controversia.

No es la primera vez que se pide el regreso de la Estrella de África al lugar donde fue hallado. Desde que se derogó el Apartheid en el país, algunos ciudadanos han reclamado que la preciosa gema sea devuelta al pueblo de Suráfrica. Uno de esos momentos se remonta a 1995, cuando la reina Isabel II realizó su primera visita al país en 48 años.

“Creo que ya no importa. Las cosas han cambiado, estamos evolucionando”, dijo un residente surafricano llamado Dieketseng Nzhadzhaba a Reuters.