Guerra en Siria
Mohammad Ali Najafi: «Estamos dispuestos a tener una relación equitativa y justa con Estados Unidos»
El vicepresidente de Irán afirma que «a Arabia Saudí y Qatar no les beneficia que se llegue a un acuerdo en Ginebra II». «De las conferencias de paz se está excluyendo a los grupos sociales influyentes de Siria como los alauíes, por lo que fracasarán»
El vicepresidente iraní, Mohammad Ali Najafi, visita España en una semana crucial para Irán. La UE ha levantado unas sanciones que ahogaban la economía del país a cambio de no enriquecer uranio a más del 5%. Es uno de los primeros logros en política exterior del nuevo Gobierno del presidente Rohani, que se propuso mejorar la economía y las relaciones con Occidente.
–¿El fin de las sanciones es el primer paso para la rehabilitación de Irán?
–Las sanciones generaron graves problemas. Nos enfrentamos a un embargo internacional del petróleo y una limitación en el comercio exterior. También tuvimos problemas con las transacciones financieras. Saludamos su levantamiento y creemos que tendrá un impacto positivo tanto en Irán como en la Unión Europea.
–¿El plan nuclear es una cuestión nacional?
–Creemos que el acceso a la tecnología nuclear con fines pacíficos es un derecho para todos los pueblos. Hace algunos años, nuestro líder de la revolución prohibió el uso de armamentos nucleares bajo una «fatua». Nuestro país persigue el uso pacífico de la tecnología nuclear. Lo que sentíamos antes es que EE UU y algunos países occidentales trataban de coaccionarnos y no lo veíamos lógico. Por eso, soportamos el impacto de las sanciones, pero no renunciamos al derecho que considerábamos justo. Pero cuando se constituyó el nuevo Gobierno sentimos un cambio en el comportamiento de Occidente y le tendimos la mano. Estamos satisfechos con la primera fase del acuerdo porque se ha aplicado exitosamente. Para la segunda fase tenemos tanto la disposición como la seriedad.
–Irán fue invitado a Ginebra II, pero en el último minuto se le retiró la invitación. ¿Esperan algún resultado de la cumbre?
–Hay que aclarar que nuestro país no se ofreció voluntario para participar en la conferencia de Ginebra II. Pero sí aceptamos la invitación. Lamentamos que Ban Ki Moon la retirara bajo la presión de algunas fuerzas y países. Nosotros deseamos que la reunión llegue a un resultado claro sobre la crisis siria, pero no tenemos muchas esperanzas de que eso ocurra. A Arabia Saudí o Qatar, representados en Ginebra II, no les gusta ni les beneficia que se llegue a un resultado. Nos entristece el sufrimiento del pueblo sirio y esperamos que en la mayor brevedad posible salgan de él.
–Teherán apoya a Asad, ¿por principios, por intereses geoestratégicos o por religión?
–Fíjese, nuestra posición respecto a Siria, desde el primer día, ha sido que el que tiene que decidir es el pueblo sirio. Cuando digo «el pueblo», me refiero a tres partes. La primera es el Gobierno, que es una realidad que está gobernando el país. La segunda son los grupos de la oposición, aunque algunos son muy radicales. La tercera son los grupos sociales, que tienen mucha influencia en Siria. Por ejemplo, los alauíes. Nosotros siempre hemos dicho que una solución militar reforzará el terrorismo y aumentará el sufrimiento. Así que habría que buscar una solución en el marco de la reconciliación nacional. Occidente se esforzó en buscar una solución sin el Gobierno sirio. Pero ahora se han dado cuenta de que sin su presencia en las negociaciones no se puede llegar a ningún resultado o éste sería un fracaso. Aun así, esas conferencias siguen ignorando la tercera parte que conforma el pueblo sirio: los grupos sociales con influencia.
–El presidente Rohani se encuentra en Davos. Se esperaban unas palabras sobre el acercamiento a Estados Unidos. ¿Está el deshielo en marcha?
–El presidente Rohani ha manifestado que «nuestro país está dispuesto a fortalecer y aumentar las relaciones con todos los países a los que reconocemos». Esto es, tener una relación equitativa y justa con EE UU.
–Irán es percibido como un país agresivo. En especial por las amenazas a Israel...
–Esa cuestión tiene dos partes. Una está bajo nuestro control y la otra, no. La parte que nos toca es poder presentarnos muy bien al mundo. Reconozco que no hemos actuado muy bien en esa parte. Ha habido anuncios por parte de alguna de las autoridades del país que de ninguna manera han sido la posición del pueblo iraní. El pueblo iraní, como el español, es un pueblo muy cálido, hospitalario, amable. Nos toca cambiar de enfoque, y vamos, paulatinamente, por ese camino.
–He leído que el presidente Rohaní le propuso como ministro de Educación, pero finalmente no lo aprobaron. ¿Es usted un verdadero reformista?
–Sí, durante los años posteriores a la revolución islámica de Irán, he sido considerado un miembro del grupo reformista. Por esta misma razón, no estuve dispuesto a recibir ningún cargo en los últimos ocho años del gobierno del ex presidente Mahmud Ahmadineyad. En todos los otros gobiernos he tenido cargos como autoridad.
–Pero como ministro de Educación, ¿no convenció? ¿Debe ocupar la cartera alguien más cerrado?
–Hay que tener en cuenta que la composición actual del Parlamento iraní es una composición contraria a los reformistas. La mayor oposición que yo recibí para obtener ese cargo fue por mis actividades en las elecciones de 2009 y las actividades posteriores a dichos comicios. Por ejemplo, tras las elecciones, hubo gente que fue detenida, y entonces yo me iba a las familias de esa gente y los visitaba. En ese entonces era miembro del Consejo Municipal de la ciudad de Teherán y lo veía como algo humano el ir a visitar a esas familias. Sin embargo, parte de los diputados del Parlamento no lo veían así y no me creían.
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