Turismo polémico

El Monte Sinaí, uno de los lugares más sagrados del mundo, se convertirá en un macro complejo turístico de lujo en Egipto

El proyecto estatal amenaza el patrimonio histórico y cultural de la región

El Monte Sinaí, uno de los lugares más sagrados del mundo, se convertirá en un macro complejo turístico de lujo en Egipto
Monasterio de Santa Catalina, localizado en el Monte SinaíBerthold WernerCreative Commons

El emblemático enclave de Jabal Musa (considerado el Monte Sinaí bíblico), que es considerado uno de los lugares más sagrados del mundo para judíos, cristianos y musulmanes, se ha convertido en el epicentro de un debate internacional tras el anuncio de un proyecto para construir un macrocomplejo turístico de lujo en su entorno. La montaña, identificada tradicionalmente como el lugar donde Moisés recibió las Tablas de la Ley, es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y un importante destino de peregrinación.

Impacto sobre el patrimonio cultural

El monasterio de Santa Catalina, una abadía cristiana en funcionamiento continuo desde el siglo VI, se ha convertido en epicentro de las tensiones después de que un tribunal egipcio dictaminara que los terrenos monásticos pertenecen al Estado. Mientras tanto, el ministro de Vivienda, Sherif el-Sherbiny, defendió el proyecto como "el regalo de Egipto para todo el mundo y todas las religiones", asegurando que se preservará el carácter ambiental y patrimonial del enclave.

El conflicto también ha adquirido una dimensión internacional: la Fundación Santa Catalina, que cuenta con el rey Carlos III como patrono, trabaja en la conservación de los manuscritos del monasterio. El monarca ha descrito el lugar como "un gran tesoro espiritual que debe preservarse para las generaciones futuras".

Las consecuencias más graves las sufre la comunidad beduina Jebeleya, formada por unas 4.000 personas, cuyas casas y campamentos ecológicos han sido demolidos sin apenas compensaciones económicas. A ello se suma la preocupación de organismos internacionales: en 2023 la Unesco pidió detener las obras y elaborar un plan de conservación, mientras que World Heritage Watch ha solicitado incluir la zona en la Lista de Patrimonio Mundial en Peligro.

Egipto presenta el plan como motor económico y turístico, pero críticos y comunidades locales advierten que puede dañar el paisaje, los modos de vida tradicionales y el valor espiritual del Monte Sinaí compartido por las tres grandes religiones monoteístas.