Moscú cancela la acreditación de seis diplomáticos británicos por "indicios" de espionaje

Un nuevo encontronazo entre Moscú y Londres se ha sumado a la creciente tensión de Rusia con las potencias occidentales, especialmente después de la advertencia del Kremlin de que considerará un "casus belli" el uso contra su territorio de las armas de largo alcance entregadas por Occidente a Ucrania.

El Ministerio de Asuntos Exteriores de Rusia ha anunciado que cancela la acreditación de seis diplomáticos británicos, en cuyas labores se detectaron "indicios de actividades de espionaje y sabotaje", informó hoy el Servicio Federal de Seguridad (FSB) ruso y recoge la agencia Efe.

La decisión fue adoptada en base a la documentación aportada por los servicios de seguridad y "en repuesta a las numerosas acciones inamistosas de Londres", se afirma en el comunicado del FSB, citado por la agencia oficial rusa TASS.

Este viernes, el primer ministro británico Keir Starmer se reúne en la Casa Blanca con el presidente Joe Biden con la posibilidad, de momento solo una especulación y un anhelo de Kyiv, de que pacten dar luz verde para utilizar los misiles anglo-franceses Storm Shadow y estadounidenses Atacms, que tienen un alcance de más de 300 kilómetros, en territorio ruso.

Hasta ahora, el presidente estadounidense se ha mostrado reacio y lo cierto es que la decisión no está exenta de riesgos. Permitir que Ucrania dispare armas de fabricación occidental contra el Kremlin podría tener un impacto político dramático en el curso de la guerra.

Pero el viaje conjunto realizado el pasado miércoles a Kyiv por parte del ministro de Exteriores británico, David Lammy, y el secretario de Estado de Estados Unidos, Antony Blinken, daba pistas sobre un cambio de posición por parte de Washington, donde las elecciones de noviembre y la posibilidad de una victoria de Donald Trump, obligan a no demorar demasiado la toma de decisiones.