Catástrofes y Accidentes
Moscú se niega a aceptar la hipótesis del atentado
Pese a que no ha localizado las cajas negras del Tu-154, insiste en el fallo humano o del motor
Pese a que no ha localizado las cajas negras del Tu-154, insiste en el fallo humano o del motor.
Las labores de búsqueda de las víctimas y fragmentos del avión ruso siniestrado el domingo continuaron ayer sin descanso en el Mar Negro, a menos de dos kilómetros de la ciudad costera de Sochi. Los expertos consiguieron subir a la superficie varios cadáveres y recuperaron 154 fragmentos, aunque no consiguieron localizar las cajas negras, las cuales revelarán lo ocurrido a bordo del Tu-154 que se estrelló en la madrugada del 25 de diciembre a los pocos minutos de despegar del aeropuerto de Ádler. Más de 45 embarcaciones, siete batiscafos y un despliegue de 3.500 personas trabajan en las labores de rescate de los restos, que se encontraban a unos 27 metros de profundidad.
Las autoridades rusas insistieron en descartar que la catástrofe aérea se debiera a un ataque terrorista. Así, el portavoz del Kremlin, Dimitri Peskov, dijo a los periodistas que «se están considerando todas las hipótesis de los hechos», pero que «la posibilidad de que sea un acto terrorista no está entre las principales». Por su parte, desde el Servicio Federal de Seguridad ruso (FSB, antiguo KGB) aseguraron que las principales causas de la tragedia que manejan los investigadores son «el impacto de objetos en los motores; combustible de mala calidad que pudiera ocasionar una pérdida de velocidad y un fallo de los motores, un error de pilotaje o un fallo técnico del avión».
Sin embargo, fuentes próximas a la investigación también apuntaron a un posible exceso de carga en el avión, una versión que descartaron muchos expertos debido a que el Tupolev tiene capacidad para llevar hasta 180 pasajeros y llevaba sólo a la mitad. El aparato tampoco transportaba equipos de uso civil y militar que hubieran podido causar una explosión a bordo del aparato, según confirmaron anteriormente las autoridades rusas. «Tenemos que entender que los aviones no caen así porque sí», dijo al periódico «Moskovski Komsomolets» el ex comandante de un aparato Il-96 Serguei Knishov.
Este experto subraya que, tratándose de un avión del Ministerio de Defensa de Rusia, hay que partir de que tanto el aparato como los pilotos eran de los mejores. «Las condiciones climáticas eran buenas y en caso de una situación de emergencia, la tripulación estaba obligada a emitir una señal de socorro, pero no lo hizo. Será que no le dio tiempo», explica el ex piloto.
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