Wagner, descabezado

«El motín dirigido por Prigozhin y Utkin hace dos meses selló el destino de Wagner y el suyo propio»

El profesor Katchanovski explica a LA RAZÓN qué futuro espera a los mercenarios sin sus líderes. «Es probable que el Gobierno ruso recurra al grupo Wagner reestructurado o a nuevas compañías mercenarias con antiguos comandantes y miembros de Wagner, pero bajo un férreo control»

Un retrato del propietario de la empresa militar privada Wagner Group Yevgeny Prigozhin yace en un monumento informal junto al antiguo 'PMC Wagner Centre' en San Petersburgo
Un retrato del propietario de la empresa militar privada Wagner Group Yevgeny Prigozhin yace en un monumento informal junto al antiguo 'PMC Wagner Centre' en San PetersburgoASSOCIATED PRESSAgencia AP

Hace exactamente un mes, el director de la CIA, William Burns, hizo declaraciones públicamente sobre lo acontecido tras el motín de los wagneritas en junio, durante el Foro de Seguridad de Aspen. «[Vladimir] Putin es alguien que generalmente piensa que la venganza es un plato que se sirve frío. Así que va a tratar de resolver la situación en la medida de lo posible. Pero, de nuevo, según mi experiencia, Putin es el máximo apóstol de la venganza. Así que me sorprendería que Prigozhinse librara de más represalias por esto», advertía.

Con el misterioso accidente en Kuzhenkino, no sólo desaparece el líder, Prigozhin, también la cúpula de los polémicos mercenarios. Y es que a bordo del Embraer Legacy que se desplomó rumbo a San Petersburgo, también iba el comandante y cofundador de Wagner Dmitri Utkin, quien en circunstancias normales habría sido el sucesor natural. Utkin era de la máxima confianza de Prigozhin y muy admirado entre los milicianos por su labor en los frentes de Siria y Ucrania.

«Es bastante seguro que el grupo Wagner no sobrevivirá en su forma original. El motín dirigido por Prigozhin y Utkin hace dos meses selló el destino de Wagner y el suyo propio», asevera Ivan Katchanovski, profesor en la Universidad de Ottawa y experto en antiguas repúblicas soviéticas. Entonces, «Putin declaró abiertamente que este motín fue una traición de Prigozhin, y Putin también ha dicho que no perdona las traiciones», recuerda Katchanovski a LA RAZÓN.

Otro posible aspirante a liderar los Wagner era Valeriy Chekalov. Pero de acuerdo con la Agencia Federal de Transporte Aéreo de Rusia, su nombre también figura entre los siete pasajeros y tres tripulantes muertos. Chekalov era uno de los amigos más cercanos al oligarca ruso y se encargaba de la logística del grupo de mercenarios. Supervisaba los contratos de Prigozhin para suministrar alimentos a los milicianos y los proyectos en el extranjero relacionados con la exploración geológica, el petróleo o la agricultura. Yevgeni Makaryan, antiguo agente de Policía, se unió a las filas de los mercenarios en 2016. Mientras que Sergei Propustin, alias «Kedr», llevaba con ellos desde 2014 y estaba al frente de una unidad especial que suministraba a Prigozhin muchos de sus guardaespaldas.

Katchanovski asegura que ya «varios informes indicaban que a los comandantes y miembros de Wagner se les había dado la opción de unirse al Ejército ruso o a otras compañías mercenarias que están bajo un control más estricto del Gobierno ruso». Y es que, aunque Wagner era «nominalmente una empresa privada dirigida por Prigozhin, dependía de la financiación, el transporte y las armas que le proporcionaba el Gobierno ruso».

El grupo de mercenarios Wagner «de facto promovió los objetivos del Gobierno ruso, al tiempo que le dio una negación plausible de la participación del Estado ruso, por ejemplo, en el apoyo a los separatistas en Donbás durante la guerra en 2014, o en otras misiones militares en Siria, Libia, Mali, Sudán y otros países», explica el profesor. Por esta razón, añade Katchanovski, «es probable que el Gobierno ruso recurra al grupo Wagner reestructurado o a nuevas compañías mercenarias con antiguos comandantes y miembros de Wagner, pero bajo un férreo control».

Y apunta a que hasta se podría cambiar el nombre, pues era el alias de guerra de Utkin, «porque Richard Wagner era el compositor favorito de Hitler».

En cuanto al temor de si los milicianos pueden entrar en los países vecinos a Bielorrusia, Katchanovski es muy cauto. «Es poco probable que los mercenarios vayan a Polonia o a Lituania, precisamente porque son países de la OTAN. Su participación sería considerada por los estados de la Alianza como un ataque de Rusia y desencadenaría el artículo 5 que llevaría a una posible guerra entre Rusia y la OTAN».

Donde sí podrían causar problemas es en Rusia. «Los canales de Telegram cercanos a la empresa de mercenarios Wagner acusaron a los militares rusos de derribar el avión con Prigozhin y Utkin. Un canal del destacamento neonazi 'Rusichi', que forma parte de Wagner, escribió que su error fue no llegar hasta el final durante el motín». Sin embargo, el experto apunta a que es «poco probable que se produzcan nuevos disturbios armados tras la desaparición de Prigozhin y Utkin y la retirada del armamento pesado de los Wagner por parte de los militares rusos y el traslado de los mercenarios a Bielorrusia». Aunque insiste en que, con todo, «el destacamento 'Rusichi' es pequeño».