Relaciones EE UU/Rusia

"Trump no está exculpado"

El ex fiscal especial Robert Mueller compare durante seis horas en el Congreso de EE UU Confirma a los congresistas que el presidente estadounidense podría ser procesado cuando deje la Casa Blanca.

Robert Mueller durante su comparecencia en un comité del Congreso/AP
Robert Mueller durante su comparecencia en un comité del Congreso/APlarazon

El ex fiscal especial Robert Mueller compare durante seis horas en el Congreso de EE UU Confirma a los congresistas que el presidente estadounidense podría ser procesado cuando deje la Casa Blanca.

La larguísima comparecencia del ex fiscal especial Robert Mueller marcaba una jornada clave en Washington, donde, más que un interrogatorio de interés judicial por su investigación sobre la trama rusa, se lidiaba en el Congreso una intensa batalla política con visos de campaña electoral de cara a 2020. Mueller demostró en las 448 páginas de informe la interferencia rusa en las elecciones de 2016, aunque el ex director del FBI no halló indicios suficientes para determinar que hubo conspiración con el entonces candidato presidencial Donald Trump. Sí dejó abierta, en su renuncia al cargo de fiscal especial, la posibilidad de que Trump obstruyera la justicia, tratando de entorpecer dichas pesquisas.

Mueller dejaba en evidencia que no poder acusar a Trump de un delito no significaba que creyera en su inocencia. «Si estuviera convencido de que el presidente no ha cometido un delito, lo habría dicho. Y no lo dijimos», indicó como conclusión final.

Precisamente esas controvertidas declaraciones de Mueller durante su primera y única intervención pública ante los medios, el 29 de mayo, dieron pie a la doble comparecencia de ayer ante el Congreso. Dos audiencias históricas y sin precedentes ante la Cámara de Representantes. La primera, de más de cuatro horas de duración, iniciada por la Comisión Judicial para abordar la obstrucción de la justicia. La segunda, encauzada a responder las preguntas de la Comisión de Inteligencia de la Cámara sobre la interferencia rusa en las elecciones, detalladas en el otro volumen del informe. Preguntas realizadas por los 22 miembros del Comité, cinco minutos cada uno de ellos: otras dos horas en total.

Una de las respuestas más significativas de Mueller se dio en un intercambio con el republicano Ken Buck, al preguntarle sobre la posibilidad de que el presidente pueda ser acusado de obstrucción de la justicia después de abandonar la Casa Blanca. «¿Podría acusar al presidente de un crimen después de que deje el cargo?», dijo Buck. «Sí», señaló contundente Mueller.

Con muchos destacados momentos de tensión, la Cámara servía de testigo de dos bandos muy diferenciados que pronto se medirán el pulso en las urnas. Los demócratas centraban su estrategia en demostrar, a través de heroicos halagos al ex fiscal especial y frases textuales de su informe, las evidencias que para ellos implican al presidente en las acusaciones por obstrucción a la justicia. «Se han demostrado las mentiras en el ataque más serio a nuestra democracia en la historia de EE UU», recalcaban. Mientras, los republicanos se posicionaban a la defensiva y alzando en numerosas ocasiones la voz en favor de su presidente. El malestar de los conservadores se dirigía a la falta de pruebas de unas acusaciones que, a su parecer, los demócratas usan como circo mediático y no con responsabilidad política o judicial.

El demócrata Jerry Nadler preguntó a Mueller sobre si su investigación exoneró a Trump de cualquier crimen, a lo que respondió «no». «El presidente no fue exculpado por los actos que supuestamente cometió», manifestó Mueller. Cuestionado por Nadler, el ex fiscal dijo que Trump «sí» podría enfrentarse a un juicio cuando deje la Casa Blanca.

Y, mientras tanto, el presidente enviaba mensajes por Twitter. «No hay obstrucción, no hay colusión» y copiaba textualmente menciones de prensa a su favor, criticando a los demócratas y poniendo en duda el prestigio de Mueller. «No fue una caza de brujas», se defendió el ex fiscal.